¡A toda madre!
Disculpen lectoras lectores esta tan mexicana expresión, pero es que no hallo la forma de expresar mi regocijo, mi contento, mi algarabía, mi optimismo, porque según el señor Felipe Calderón Hinojosa, que hace como que es Presidente de México, y según el señor Fernando Gómez Mont, que cobra por hacer como que es secretario de Gobernación, de golpe y porrazo han acabado ya con la violencia y la crisis económica.
Según Calderón fue a decir a Alemania que México superó no cuatro sino cinco jinetes del Apocalipsis: el virus de la influenza humana, la crisis económica, la violencia, la peor sequía en 70 años y la mayor caída petrolera en toda la historia. Atrás de él irrumpió el señor Gómez Mont quien fue a Washington a anunciar no que se superó la violencia como había dicho horas antes su jefe en Berlín, sino que “el ciclo de la violencia va a disminuir en algún momento del próximo mes”, o sea en junio, así, tajantemente.
Cómo la ven. Así, porque ellos lo dicen, México está a toda madre –nuevamente, disculpen la expresión, pero es que los anuncios de nuestros dos próceres la valen–. ¿Violencia? ¡Cuál! Es puro chisme de los periódicos, de los noticieros de la radio, de la televisión, de los portales web, de los blogueros, de los twitteros, de los enemigos de México.
¿Crisis económica? ¡Por Dios! Dónde, a qué horas, de quién. ¿Sequía? Seguramente el gobernador de Veracruz Fidel Herrera ha estado dilapidando los recursos con su apoyo a ganaderos y agricultores del norte del estado para la construcción de ollas a efecto de almacenar agua y mitigar los efectos de los calorones, ya que el señor Calderón desde Alemania superó la sequía.
Por mí mismo, por mi familia, por mis hijos, por mis amigos en aprietos, por mis compañeros y compañeras de trabajo que ya no saben cómo enfrentar sus apuros económicos, por mis vecinos que viven en deplorables condiciones, por mis conocidos a los que me encuentro en las casas de empeño llevando lo poco y único que tienen para obtener recursos a fin de sobrevivir, cuánto me alegra los anuncios de estos dos distinguidos panistas.
El señor Calderón ofreció en campaña que iba a eliminar la tenencia vehicular y cumplió de inmediato cuando llegó al gobierno. Prometió que sería el presidente del empleo y hemos tenido que importar mano de obra de otros países porque ya no nos damos abasto aquí con tantas fuentes de trabajo. Dijo que acabaría con la violencia y en efecto, ha sacado a la calle al Ejército sólo para que no se entuma en sus cuarteles porque el país es un remanso de paz gracias a la efectiva política de seguridad del gobierno federal. Ofreció que no aumentaría los impuestos y en efecto, lo ha cumplido al pie de la letra: no sólo no los ha aumentado sino que los ha rebajado y no ha creado ninguno y casi manda a fusilar a quien propuso elevar el IVA. Desde que llegó al gobierno bajaron el precio de las gasolinas y el gas, el de las tarifas eléctricas, el del transporte de pasajeros. La canasta básica no sólo se ha enriquecido con más productos sino que los ha rebajado y hoy todas las familias comen pollo, pescado, carnes, frutas, en abundancia e incluso se pueden dar el lujo de comer productos importados y hasta beber licores de importación. En fin. Ahora ha anunciado la vuelta de México al paraíso.
Otro hombre de palabra como el señor Gómez Mont le ha puesto fecha a la disminución del “ciclo de la violencia” para el próximo mes. Tan pronto lo dijo corrí a empezar a coleccionar los ejemplares de los diarios que daban cuenta de las ejecuciones porque pronto serán pieza de museo ya que esa violencia pasará a mejor vida en cuestión de días.
Me indigna leer a un enemigo de la patria como el señor Omar Gutiérrez de Anda, presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, quien de inmediato reviró diciendo que la recuperación económica del país “es un deseo del presidente Felipe Calderón”, pero que aún está lejos de lograrse y que todavía falta mucho para superar la crisis.
Otro aguafiestas, como siempre que no falta uno, es el senador priista Francisco Labastida Ochoa, quien sostuvo que la declaración de Calderón “es excesivamente optimista y más de corte electoral”. Otro traidor al país, Francisco Javier Castellón, coordinador económico del PRD en el Senado también, neciamente reta al Ejecutivo a tomar medidas si deveras cree que ha mejorado la situación frenando los aumentos de precios e combustibles y servicios.
¿Incontinencia verbal? ¿Verborreo electorero? ¿Optimismo desbordado? ¡Por favor! El presidente Calderón nunca miente, tiene un alto concepto del honor y no se va a exponer a ir al extranjero a mentir, ya ven las verdades de a peso que dio a conocer cuando puso al descubierto que un grupo de jóvenes de Ciudad Juárez no eran ni estudiosos ni deportistas sino unos viles pandilleros aliados de los narcos y por eso los acaribillaron. A los alemanes les dijo la pura neta y le han creído tanto que los inversionistas teutones ya hacen cola para venir a invertir al país.
Qué bueno que conforme pasen los días y se acerque el 4 de julio, día de las votaciones, nos van a ir dando más sorpresas gratas, más anuncios y seguramente durante el periodo oficial de las campañas van a acabar con todos los problemas de México para que los mexicanos se vuelquen a votar por los candidatos panistas: seguramente de aquí a julio se acabará la pobreza, la desigualdad, todos los mexicanos tendrán servicio de agua potable, drenaje, alcantarillado, acceso a leche, carne, huevo, los obreros mínimo tendrán un tsurito, los maestros ya no van a tener que andar pidiendo “raits” en las carreteras para ahorrarse el pasaje al ir a sus centros de trabajo porque tendrán tanto poder adquisitivo como para comprar un buen auto, las escuelas todas van a tener electricidad, baños dignos, aire acondicionado, habrá computadoras para todos los alumnos y maestros, en fin.
Yo, por lo pronto, luego de los anuncios de Calderón y Gómez Mont, pasaré un fin de semana como nunca en mi vida. Y que vengan más jinetes del Apocalipsis.