Verdaderamente novedoso resulta el nuevo ejercicio que acaba de iniciar este lunes el periódico El Economista para medir cuantitativamente las campañas locales, es decir de los estados, en internet.
El influyente medio especializado en economía y finanzas (tiene suscrito un acuerdo con el diario EL PAIS de España) al presentar el primer resultado –lo hará todos los lunes, según anuncia– explica de qué se trata.
Señala que los candidatos y candidatas a gobiernos locales usan Internet como una herramienta para transmitir información, interactuar con sus electores potenciales e incluso atacar a sus oponentes.
“Para nuestra fortuna, la evidencia de estos esfuerzos queda inevitablemente registrada y puede ser usada como un insumo para entender el perfil de los procesos locales y de sus protagonistas, en al menos tres rubros: popularidad, conflicto y nivel de gasto aproximado”.
“¿Qué tan popular es un candidato o candidata en línea?”, preguntan y explican lo que ellos llaman un “popularómetro”. Señalan que para responder a esa pregunta usan cinco mediciones: el nivel de influencia global en Twitter, que usa, a su vez, los criterios de uso de la red social, desde el número de respuestas hasta el número de retuiteos por cada mensaje escrito; el cambio en el número de seguidores en Twitter en una semana; el crecimiento en el número de amigos en su cuenta de Facebook; el número de resultados en una búsqueda en Google durante la última semana, y el posicionamiento en encuestas, como un indicador inevitable de popularidad electoral. Esas cinco mediciones se ponderan y se promedian para obtener un indicador global de popularidad.
En este primer ejercicio presentan resultados de medición en Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Zacatecas… y Veracruz (no explican por qué no los de los otros estados donde habrá elecciones o si lo harán en una segunda entrega).
Qué pasa con Veracruz. Resulta que en índice de popularidad global también el candidato del PRI-PVEM Javier Duarte de Ochoa marcha en primer lugar con un promedio de 5.2 pero, sorpresa, seguido de Dante Delgado Rannauro, del PRD-PT-Convergencia con una cifra de 4.6, mientras que atrás de ellos aparece Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN-PANAL con 3.7
De las cinco mediciones que hacen, el del posicionamiento en encuestas no la mencionan porque es obvio que dan por supuesto que los porcentajes ya se conocen debido a que los han publicado otros medios escritos con base en sus propias encuestas (Imagen de Veracruz, Milenio y El Universal mencionan a Javier Duarte de Ochoa, Miguel Ángel Yunes Linares y Dante Delgado Rannauro, en ese orden).
De las cuatro restantes, ¡en una va arriba Dante Delgado!: en la influencia global en Twitter. Ahí alcanza 54 puntos contra 50 de Javier Duarte y 46 de Miguel Ángel Yunes. En las otras tres puntea el candidato priista.
En seguidores en Twitter en la última semana Javier Duarte tuvo 168, Dante Delgado 133 y Miguel Ángel Yunes 114, aunque en seguidores en general hasta antes de esa medición, el del color naranja tiene una cifra de 2,166, el tricolor de 1,928 y el azul de sólo 993.
Por lo que hace a los amigos en Facebook, en la última semana Javier Duarte tuvo una cifra de 5,226, Dante Delgado de 4,492 y Miguel Ángel Yunes Linares de sólo 582. Hasta antes, en general el priista tenía 10,286 amigos, Dante Delgado 3,092 y Miguel Ángel Yunes 5,145.
Finalmente, en cuanto a resultados en búsqueda en Google, en la última semana Javier Duarte registra una cifra de 103,000 contra 71,700 de Miguel Ángel Yunes y 47,600 de Dante Delgado.
El Economista no deja de mencionar que hay en YouTube un total de 58 videos negativos de los candidatos en los estados mencionados que corresponden a campañas negativas fuera de los medios tradicionales controlados por las regulaciones electorales, aun cuando es frecuente que dichos videos sean dados de baja por “violar derechos de autor”.
Un dato interesante. El periódico recopiló manualmente información sobre menciones negativas a los candidatos en Twitter por parte de otros usuarios y señala que en la última semana detectó 981, la mayoría del proceso electoral en Veracruz (claro, aquí la guerra sucia está al día).
Sobre todo lo anterior, de entrada se debe considerar que quienes hacen más uso de las llamadas redes sociales (un servicio de red social se centra en la construcción y la verificación de las redes sociales online para las comunidades de personas que comparten intereses y actividades, o que están interesados en explorar los intereses y las actividades de otros, y que requiere el uso de software, define wikipedia en su portal) son los jóvenes, que son los que además entienden y manejan muy bien ese tipo de lenguaje y por lo tanto que las cifras que menciona El Economista se refiere a las preferencias e intereses de los jóvenes.
Estos son otros tipos de indicadores que habrá que tomar muy en cuenta, aparte de los de las encuestas tradicionales, y que derivan de herramientas de la cibernética, de la modernidad, de la comunidad virtual, que en otros países tienen mucho uso y que incluso como en la pasada elección en los Estados Unidos influyeron mucho en el triunfo del ahora presidente Barack Obama.
Habrá que estar pendientes para ver qué tanto este ejercicio de El Economista motiva a que todos los equipos de campaña refuercen el interés por las redes sociales y para ello contraten a equipos de especialistas que se pongan a trabajar de inmediato, aunque la verdad hay ya poco tiempo para hacerlo con éxito.
Y si se pone atención en lo que actualmente está pasando con las campañas en Veracruz, bien nos podemos dar cuenta que se sigue privilegiando el esquema tradicional: el clásico mitin y el uso de los medios escritos, radiofónicos y televisivos. Ahí también tenemos ya un rezago y empezamos a acumular años de retraso. Todavía funciona, pero hay de aquel que no se ponga las pilas y no advierta que las herramientas del futuro, las de las redes sociales, están tocando la puerta con insistencia y con ellas las nuevas generaciones.