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Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

Polvos de aquellos lodos

09/05/2016 08:18 a.m.

El escándalo estalló aquella noche del lunes 30 de enero de 2012: policías federales habían asegurado en el  Aeropuerto de Toluca 25 millones de pesos en efectivo transportados en un avión del Gobierno de Veracruz. El dinero quedó de inmediato a disposición del Ministerio Público Federal, informó entonces la Procuraduría General de la República (PGR).

El efectivo lo habían trasladado en una maleta y en una mochila Miguel Morales Robles y Said Zepeda, a quienes se identificó como “colaboradores del gobierno del estado”, aunque se dijo que en realidad eran empleados de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), lo que nunca se aclaró pero se supo que les dieron de baja de inmediato porque resultaban comprometedores para la administración duartista.

Los detenidos finalmente fueron puestos en libertad sin cargos en su contra porque el gobierno estatal reclamó el dinero, ya que dijo que era para el pago de eventos, dos millones de pesos para las fiestas de La Candelaria, que iniciarían tres días después, 15 millones para el Carnaval de Veracruz y ocho millones para el Festival Cumbre Tajín.

Quien dio la cara en aquellas fechas para tratar de justificar lo que nadie creyó fue el secretario de Finanzas, Tomás Ruiz González, quien informó que se tramitaba la devolución ante la PGR, pues los recursos servirían para la contratación de artistas, el montaje de escenarios y la producción de materiales de promoción.

Declaró a la sazón a Radio Fórmula que los pagos se realizarían en efectivo por la “premura de tiempo” y se tenían que hacer “inmediatamente”. 

El caso le costó la cabeza al en aquel tiempo Tesorero de la Sefiplan, Vicente Benítez González, quien fue utilizado como chivo expiatorio para tratar de parar el escándalo.

No quedaron conformes con la explicación el PAN y el PRD, que a través de su secretario de Acción de Gobierno, Juan Molinar Horcasitas, y de su presidente nacional, Jesús Zambrano, respectivamente, acusaron que el dinero era para financiar la campaña del entonces presidenciable Enrique Peña Nieto, por lo que pidieron al Gobierno Federal y al Instituto Federal Electoral que investigara el caso.

Otro de los que pidió investigar el asunto fue el también entonces presidenciable Andrés Manuel López Obrador, quien en un foro sobre economía celebrado en Boca del Río dijo: "Cualquiera que ha estado en la administración pública sabe que no se puede pagar así ningún servicio. 

Está prohibido por las normas legales. El hecho de que el gobierno de Veracruz diga que es dinero del presupuesto de Veracruz para pagar un servicio es una anomalía. No se pueden pagar servicios en efectivo, de ninguna manera".

La versión que obtuvo “Prosa aprisa”

En aquel tiempo la investigación periodística para ahondar en el caso me dio el siguiente resultado: una fuente de la Sefiplan que no estuvo vinculada al asunto pero que sabía la historia desde adentro, en el transcurso de un desayuno me dijo que en realidad el dinero era para Televisa, aunque no sabía si para alguna persona en especial, Emilio Azcárraga Jean o Joaquín López Dóriga, por ejemplo.

Me contó que, institucional, Tomás Ruiz González se había echado el trompo a la uña y había dado la cara para proteger al gobernador Javier Duarte de Ochoa, aunque no tenía nada que ver, lo mismo que Vicente Benítez González, quien calló y apechugó, pero que tampoco había sido el responsable del envío del dinero en efectivo.

Tomás renunciaría en marzo de 2013 a la Sefiplan luego de una agria discusión con el gobernador en la Casa Veracruz después de que se había negado a firmar la Cuenta Pública 2012  al grito de “¡Yo no voy a ir a parar a la cárcel por culpa de ustedes!”, pues al revisar los documentos que le habían llevado para su firma había descubierto que sin informarle, subrepticiamente habían dispuesto de dinero que ya estaba comprometido para pagar los compromisos adquiridos luego de que ya se había reestructurado la deuda (desde entonces empezó el desastre) y que ya había cuadrado el manejo de las finanzas para hacer frente a la deuda que ya se tenía.

La caída de Vicente habría sido por sugerencia de Joaquín López Dóriga, quien ante el escándalo le habría dicho al gobernador Duarte vía telefónica que buscara un chivo expiatorio para tratar de calmar las cosas y que no lo acusaran. 

Ante la bocina Javier habría dicho que así lo haría aunque en el fondo no estaba seguro si finalmente tomaría la decisión, pero por una precipitación deliberada o por celo profesional de la entonces coordinadora de Comunicación Social, Gina Domínguez Colío, quien estaba escuchando el diálogo, sin consultarlo soltó un escueto boletín de prensa anunciando la renuncia de Benítez González que lo inculpó y le dejó la mancha para siempre (en realidad la falta de cuidado en el envío del dinero habría sido de la propia oficina del Gobernador, según la versión).

Un nuevo escándalo

El viernes pasado, el diario norteamericano The Wall Street Journal desató un escándalo al revelar la existencia de una carta de fecha 20 de abril con un remitente anónimo en la que se acusa al vicepresidente ejecutivo de Grupo Televisa, Alfonso De Angoitia, y al director de administración y finanzas, Salvi Foch, como los presuntos orquestadores de un presunto fraude por 1,000 millones de dólares.

La carta con la acusación habría sido dirigida el jueves 5 de mayo a la Securities and Exchange Commission (SEC) –la máxima autoridad de regulación bursátil de Estados Unidos– y al Departamento de Justicia, lo que Televisa intentó desmentir el viernes 6 al calificar las acusaciones de “ficticias y sin fundamento” y como “un intento orquestado para infligir un daño a la reputación de la compañía y sus empleados”.

El documento revela: “Grupo Televisa recibe dinero en efectivo de partidos políticos y gobiernos estatales para cobertura noticiosa tanto a nivel local como nacional, con apariciones en noticiarios de la pantalla, revistas y promociones especiales. 

Esta es una operación continua y esta es la razón por la que es difícil rastrear la pista y calcular el costo del product placements (“desplazamiento del producto”) de las producciones especiales en cada segmento de tiempo aire”. Los pagos se habrían venido haciendo desde 2012.

La carta alertó que la operación ha dañado la imagen de Televisa pues partidos políticos y miembros de la sociedad mexicana han acusado al grupo televisivo de tener una información tendenciosa (¿guerra sucia?) lo que ha afectado su credibilidad, y uno de los gobiernos estatales que habría hecho ese tipo de pagos es Veracruz, y en la reconstrucción parcial del reporte de pagos que hace el documento refiere que en 2015, entre los gobiernos de Puebla, Nuevo León, Chiapas, Chihuahua y Veracruz pagaron entre 300 y 450 millones de pesos. 

En edición de ayer domingo la revista Proceso publicó que el documento aclara que los montos se realizaron en pagos bulk cash cada mes o bimensualmente, por lo que no hay registro de facturas o comprobantes del dinero que en su mayoría proviene de recursos públicos. 

Presuntamente las cuentas de Televisa con los gobernadores están bajo la lupa en Estados Unidos.

¿Hay relación entre aquellos misteriosos 25 millones de pesos con el escándalo que se ha desatado? En principio cabría pensar que lo que me dijo mi fuente fue cierto: el dinero era para Televisa. ¿Para qué?, sería la pregunta obligada. Cosa de recordar que en aquella fecha el Gobierno Federal estaba en manos del PAN, en la persona de Felipe Calderón Hinojosa, y por lo tanto no había recursos federales para la campaña priista de Peña Nieto, quien finalmente ganó la Presidencia.

¿Eso explica por qué Javier Duarte de  Ochoa se mantuvo y se mantiene firme en la gubernatura y por qué Enrique Peña Nieto le perdonó y le sigue perdonando sus pecados y los vamos a ver irse tranquilamente a casa el próximo 1 de diciembre, y si gana el  PRI y retiene la gubernatura nadie lo va a molestar?

¿Eso explica por qué la PGR no actuó y delegó a la Fiscalía General del Estado (FGE) dictaminar las acusaciones de la Auditoría Superior de la Federación por peculado o desvío de recursos en contra del Gobierno del Estado, que la FGE desechó y falló –lógicamente– a favor de la administración estatal? ¿Eso explica por qué cayeron en el vacío los señalamientos de Manlio Fabio Beltrones, César Camacho Quiroz y Héctor Yunes Landa para que se investigara al gobernador Javier Duarte de Ochoa, y aunque diga que lo hará Héctor no podrá molestarlo si gana la gubernatura?

Ineludible el sospechosismo.

Sigue ofensiva contra Miguel Ángel

“Julen y Bingen Rementería ofrecieron escrituras de casas y dinero en efectivo para frenar nuestras aspiraciones de convertirnos en candidatos independientes por el distrito XV de Veracruz, denunciaron Diego Santamaría Leyva y Eusebio Salces Hoyos, aspirantes a la diputación local por la vía independiente”.

Este primer párrafo de un boletín de prensa que hicieron circular ayer, fechado en Veracruz, resume otro señalamiento en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, ya que la intención es denunciar que “Hijo de jefe de campaña  de Yunes Linares ofrece casas y dinero para frenar candidatura independiente”.

En rueda de prensa, esos candidatos, jóvenes, hicieron la denuncia e incluso presentaron un audio donde presuntamente quedó registrado el ofrecimiento “de estos dos sujetos abanderando la corrupción y la falta de valores”. 

Más tarde, Bingen negó todo, dijo que ha sido víctima de agresiones y que todo es un “montaje ridículo”.

Independientemente de este tipo de “denuncias” y de “ayudas”, el candidato del PRI Héctor Yunes Landa no se debe confiar pues a pesar de todos los señalamientos Miguel Ángel sigue imparable, como lo demostraron los concurridos mítines que encabezó el fin de semana en Tantoyuca y en Álamo, lo que demuestra que miles de veracruzanos no hacen caso de las acusaciones contra el azul.

Héctor, en la disputa electoral de poder a poder, también tuvo un acto muy concurrido en Misantla. 

El sábado, el senador José Francisco Yunes Zorrilla me invitó a acompañarlo a un “Encuentro de jóvenes para mejorar Veracruz”, acto en el que lo acompañó el alcalde Américo Zúñiga Martínez. Además de concurrido estuvo interesante. Pepe está empujando para la causa priista, sin duda alguna. Eso sí ayuda a Yunes Landa.


  








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