Mencioné ayer los que, a mi juicio, constituyen posibles escenarios que se pueden presentar como resultado de la elección del próximo domingo.
Uno que apunté fue la posibilidad de que pudiera ganar el candidato del PRI, Héctor Yunes Landa, si sale a sufragar el voto duro de su partido y si funciona el fraccionamiento del voto con los candidatos títeres de minipartidos que impulsó Javier Duarte de Ochoa.
Dentro del voto duro, sin lugar a dudas el voto verde, el del campo, no el del partido que manipula en el estado Fidel Herrera Beltrán, será decisivo tanto en la elección de gobernador como de diputados locales.
Aunque poco se menciona y se destaca, históricamente el campesinado veracruzano ha sido un factor clave en los triunfos del PRI, y el tricolor todavía conserva ahí una buena reserva, a diferencia de los centros urbanos donde ha perdido fuerza.
Luego de que Bertha Hernández Rodríguez (cenaba la noche del sábado pasado en un restaurante de Xalapa con la huasteca Anabel Ponce Calderón y con Mina “Minita” Tejeda) mantuvo el control de los hombres del agro al frente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos pese al abandono en el que la tuvo el gobierno duartista, un grupo de ambiciosos y oportunistas “líderes” se apoderó de la organización y casi la desaparecen.
Fue hasta finales de 2015 cuando prácticamente comenzó a resurgir de sus cenizas con la llegada a la dirigencia del cuenqueño Juan Carlos Molina Palacios, quien se dio a la tarea de propiciar cambios que han resultado importantes para la gente del campo y, en consecuencia, para todos aquellos a quienes la gente del agro apoya.
Molina Palacios sacó a la CNC de Veracruz del letargo en el que líderes corruptos la habían dejado; era una organización acéfala marcada por escándalos (hasta prendieron fuego a la puerta del edificio en un choque entre grupos) que sólo tres meses después de su llegada recuperó la fuerza que caracterizaba a los campesinos y que ahora le puede ser de gran utilidad al PRI.
Desde el primer momento luego de su elección unánime por parte de los comités regionales y delegados de la CNC, el cuenqueño visualizó una nueva CNC a partir de que los programas llegaran a mujeres y hombres del campo y los recursos no se quedaran en manos de los líderes corruptos, lo que ha estado cumpliendo puntualmente y puede servirle ahora mucho.
Así, no sólo ha colocado de nuevo a la CNC de Veracruz en los aparadores nacionales, sino que ha retomado el control del agro estatal en un momento clave cuando se disputa la gubernatura, lo que en política se traduce en un voto verde fundamental muchas veces o casi siempre decisivo para hacer ganar a los candidatos priistas.
Ahí puede hacer la diferencia Héctor Yunes Landa en la votación del próximo domingo. Si el campesinado sale a votar, será un tanque de oxígeno para el choleño y su candidatura, un salvavida no sólo para mantenerlo a flote sino para hacerlo llegar triunfante al otro lado de la orilla.
A Juan Carlos lo conozco prácticamente desde sus inicios cuando fue tesorero del Ayuntamiento de Cosamaloapan y un día, del gobierno de Patricio Chirinos le pidieron que “ayudara” a una empresa periodística porque necesitaba “arreglar su oficina”.
Sin malicia política entonces, no agarró la señal y en lugar de dar la “ayuda” en efectivo, ¡les envió escobas, cal, brochas, pinturas…!, lo que le valió que el entonces poderoso Secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, lo pusiera como camote. Lo que son las cosas y el tiempo.
Con el líder agrario hemos comido en varias ocasiones un grupo de columnistas y al menos a mí me ha dejado sorprendido por el gran conocimiento que tiene del campo y hasta por sus logros personales como productor, lo que le ha valido reconocimientos en este año en Fort Worth, Texas (Premio Mundial a la Ganadería) y en Miami, Florida (por su contribución al mejoramiento de la genética bovina a nivel mundial), y más recientemente en Tijuana donde le entregó un premio el propio presidente Peña Nieto.
En esas reuniones les hemos escuchado como ha ido de extremo a extremo de la entidad –algunas veces nos ha invitado a acompañarlo– en diálogo directo con los campesinos, llevándoles además jornadas de salud con servicios médicos de primer nivel y con los medicamentos gratuitos; cómo promovió el programa litro por litro para los taxistas, además de un programa de carne de excelente calidad, de venta a muy bajo costo, en apoyo de la economía de los veracruzanos.
Lo que él considera una de las joyas de la corona por ser una demanda muy sentida de los ejidatarios, el año pasado consiguió que el gobernador Duarte autorizara 3 mil 700 concesiones de transporte mixto rural para los ejidos de Veracruz, las cuales empezaron a entregarse el 6 de enero durante la visita del presidente Peña Nieto. A la fecha se ha otorgado la mayoría, y hay un receso debido a la época electoral.
Pero como decía el inolvidable Angel Leodegario “Yayo” Gutiérrez, para organizar hay que estar organizados y la base de todo ha estado en la confección de un padrón real de afiliados que ya alcanza los 650 mil hombres y mujeres del agro, con nombres y apellidos, de carne y hueso, a los que se beneficia y que pueden fincar ahora el triunfo de Héctor Yunes Landa si salen a votar.
Tal vez esta sea la mejor carta que todavía conserva el PRI. En las grandes ciudades, en los centros urbanos, el tricolor la tiene muy competida con un pronóstico reservado. El campo, en el campo puede tener su salvación. Si lo logra, de paso los bonos de Juan Carlos se irán por los cielos.
Dos encuestas más
El cierre de la campaña no debe dejar dormir tranquilos a los tres candidatos punteros, Héctor Yunes Landa, Miguel Ángel Yunes Linares y Cuitláhuac García Jiménez.
Ayer una encuesta de El Financiero dio una ventaja en preferencia efectiva de un solo punto porcentual, nada, a Héctor sobre Miguel Ángel: 34-33, mientras que relegó a Cuitláhuac al tercer lugar con 26%.
En el escenario de votantes probables, también en preferencia efectiva, igual Héctor aventaja ligeramente a Miguel Ángel: 36-34. Cuitláhuac aparece rezagado con 25.
En cuanto a la percepción de quién cree que va a ganar la elección, 37% cree que el priista, 23% que el panista y sólo 9% que el moreno.
Sobre la imagen y conocimiento de los candidatos, Miguel Ángel tiene 28% de favorable y 24% de desfavorable, Héctor, 21% favorable y 28% desfavorable, y Cuitláhuac, 21% favorable y 4% desfavorable.
Un dato interesante es que 46% de los encuestados ya decidió definitivamente su voto, 30% aún no lo decide, mientras que el 18% tiene idea o podría cambiar. Este segmento es el que podría inclinar finalmente la balanza a favor de cualquier de los tres.
La encuesta no dejó suelto el dato sobre el respeto a los resultados. Así, 46% cree que la elección se resolverá en los tribunales y el 37% cree que los candidatos aceptarán los resultados.
Y, no podía faltar, se mantiene el alto índice de desaprobación para el trabajo de Javier Duarte como gobernador: 71% lo desaprueba y sólo el 26% lo aprueba, un detalle no menor porque esta percepción negativa puede influir también en el resultado final.
La encuesta fue con base a entrevistas cara a cara en vivienda entre el 19 y el 24 de mayo, los días claves para un resultado que puede perfilar muy bien el final, según el candidato y encuestólogo Armando Méndez de la Luz.
Otra encuesta, ésta telefónica, de una empresa local, apareció el domingo en el Diario del Istmo, que da una más amplia ventaja a Héctor sobre Miguel Ángel: 21.1-15.7, colocando en segundo lugar a Cuitláhuac con 19.1, pero donde el nivel de indecisos es también alto: 26.2% no sabe por quién va a ir a votar, y 11.9% no quiso decir por quién lo hará. Esta encuesta se hizo entre los días 20 y 27 de mayo.
El pronóstico sigue siendo reservado. La moneda está en el aire. Aun con sus cierres masivos la tendencia no variará mucho en cuanto a los que ya lograron convencer. El resultado final lo decidirán los indecisos. Hagan sus apuestas.
El imperativo sigue siendo el mismo: hay que salir a votar, por quién sea, pero hay que hacerlo. Que no quede ninguna papeleta en blanco porque los mapaches están a la espera.
La cola de ayer
Era larga la cola ayer para entregar la declaración patrimonial en las oficinas que tiene la Contraloría General del Estado en la calle Carrillo Puerto en Xalapa. El motivo: que este martes a las 12 de la noche se vence el plazo para entregarla.
Viendo a tanto burócrata (hombres y mujeres) en la acera, a pleno sol, se me ocurrió preguntarles qué había, por qué tanta gente, cola muy larga: ¿están repartiendo despensas o comprando votos?, los interrogué. Algunos se rieron, otros me vieron con ojos de pistola. Entonces seguí mi camino.