Es increíble la abulia que invade al Gobierno que ya se va.
Ayer en el municipio de Coatzacoalcos se inauguró la obra privada más importante de todo el sexenio por concluir, el complejo petroquímico Etileno XXI, en el que se invirtieron 5 mil 200 millones de dólares financiados por 17 bancos nacionales e internacionales, entre ellos el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la banca de desarrollo de México y Brasil, ¡y el gobernador Javier Duarte no asistió!
En cambio sí estuvo presente como invitado de honor el Gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, e incluso la embajadora de México en Brasil, Beatriz Paredes Rangel. Anoche la única explicación que me dieron es que Duarte no fue porque no vino el presidente Peña Nieto. ¡Caramba!
En el mismo boletín oficial del Gobierno del Estado se destacó que es la inversión privada al sector industrial más importante en los últimos 15 años en México, por lo que no se trataba de cualquier cosa. El hecho era histórico y la última gran oportunidad para que Duarte se luciera y hablara de su política de desarrollo económico, y sin embargo le dejó toda la cancha a su odiado enemigo. Increíble, pero cierto.
En representación del presidente Peña Nieto vino el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y estuvo presente el director general de Pemex, José Antonio González Anaya.
Utrera impidió diálogo
En el acto, cuando Miguel Ángel llegó, al ver al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, sonriente se dirigió a saludarlo y en forma respetuosa y amable le pidió que atendiera su solicitud para que lo reciba el cabildo porteño a efecto de tratar el tema de la inseguridad, recordándole que tendrán que trabajar juntos un año, y aunque de momento Joaquín se turbó y se sonrojó, cuando iba a responder se le acercó de manera apresurada el jefe de la oficina de la representación del Gobierno del Estado, José Luis Utrera, quien en corto lo amenazó con acusarlo con el gobernador Duarte, por lo que Caballero Rosiñol sólo se concretó a extenderle la mano a Yunes Linares para despedirse.
Una oposición responsable
La semana pasada planteé la pregunta sobre cuánto tiempo les llevará a los priistas recuperar la gubernatura que acaban de perder, si a nivel federal les llevó doce años obtener de nuevo la Presidencia.
Con todos los priistas de jerarquía con los que he platicado luego del 5 de junio les he escuchado decirme muy seguros que en dos años, a partir del próximo 1 de diciembre, estarán de vuelta en Palacio de Gobierno. Me he limitado a escucharlos.
Pero en Veracruz estarán en posición de iniciar el intento de rescate sólo cuando se den cuenta y entiendan plenamente que ya están en la oposición, de tal forma que entre más se tarden más retrasarán su regreso.
Aunque no, luego de 86 años de haberse mantenido en el poder, no se ve fácil que les entre en la cabeza y que se den cuenta y acepten que su situación política cambió radical y dramáticamente para ellos y que, por lo tanto, tendrán que actuar de nueva manera. Su problema, pues, también es mental.
No es fácil sacudirse la costumbre, máximo cuando se ha convertido en un hábito, en este caso el de mandar y de actuar conforme a sus reglas de poder, un hábito que por inercia creerán equivocadamente que mantienen, quién sabe por cuánto tiempo más, porque ya no tienen con qué.
El escenario ya les cambió y les va a cambiar más radicalmente a partir del próximo 1 de diciembre cuando se den cuenta que ya no tienen el poder político de mando, que sus reglas ya no aplican para los veracruzanos y que se tendrán que sujetar a otras ajenas o a las que les impongan, como ellos impusieron por muchos años.
En uno de sus hermosísimos y enriquecedores ensayos, el XXIII, “De la costumbre y de cómo no se cambia fácilmente una ley recibida”, el genio y la inteligencia que fue Michel de Montaigne escribió que la costumbre “es violenta y traidora maestra de escuela”. Quería significar que sin darnos cuenta “nos pone encima la bota de su autoridad” y que con la ayuda del tiempo nos descubre de pronto un “furioso y tiránico rostro, contra el que ya no tenemos siquiera la posibilidad de alzar los ojos”.
La costumbre, pues, el hábito del poder a su manera se impuso desde hace mucho, muchísimo tiempo, a los priistas y ahora, 86 años después, tendrán que alzar los ojos y se quedarán sorprendidos y perplejos ante lo desconocido para ellos: saber que están ya en la oposición, para lo que nunca se prepararon para serlo. Menudo lío.
Porque una cosa es que a partir del pasado 5 de junio hayan pasado al lado opositor y otra que estén conscientes de ello y actúen en consecuencia, esto es, tendrán que aprender a ser oposición, y si quieren sobrevivir bien e intentar en serio el regreso al poder, a ser una oposición responsable.
Pero en los estertores del dinosaurio veo y escucho cómo siguen pensando y actuando –incluso desesperadamente– al viejo y tradicional estilo priista, sin siquiera hacer una pausa, la pausa necesaria de la que habló Manlio Fabio Beltrones el lunes pasado, para que les caiga el veinte y se den cuenta de su nueva y terrible realidad.
En 2017, en sólo unos cuantos meses más, por primera vez en su historia los priistas de Veracruz irán a un proceso electoral para elegir alcaldes y diputados federales como oposición. Será interesante ver de qué forma encaran el gran reto.
Porque las circunstancias ya no les serán las mismas no teniendo todos los recursos humanos, materiales y económicos ni las facilidades con las que contaron hasta el pasado proceso electoral, pero además si vuelven a sus viejos métodos los electores en automático los van a rechazar.
Una pregunta interesante es de dónde van a sacar 212 candidatos a presidentes municipales idóneos, esto es, que se distingan por su honestidad, su identificación con las causas populares y que sean bien aceptados por sus vecinos, porque si salen con los mismos de siempre, bastante conocidos ya, no les esperará nada bueno.
No que necesariamente todo lo tengan irremediablemente perdido de antemano, pero aparte de que se den cuenta de que tienen que actuar como oposición responsable, tendrán que llegar verdaderamente unidos.
En ese sentido, hoy los senadores José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, ya el único con pasta de líder de todo el priismo veracruzano, además congruente y con autoridad moral, y Héctor Yunes Landa, ahora con licencia, darán un paso muy importante y necesario cuando, salvo inconveniente de última hora, ofrezcan una conferencia de prensa al medio día en uno de los cafés La Parroquia del centro histórico de Veracruz (¿no van al de los llamados “200 años” porque era el preferido de Duarte?) para reafirmar su alianza y dar un mensaje de unidad a todos sus correligionarios del estado.
Será un primer paso verdaderamente importante, aunque no suficiente para intentar volver con éxito en el corto plazo. Otro más lo tendrán que dar en agosto cuando en unidad acuerden quién será el relevo de Felipe Amadeo Flores Espinosa al frente del CDE del PRI, quien tiene decidido ya irse una vez que no quede un solo pendiente del proceso electoral que todavía no se cierra definitivamente.
Es cierto, primero el uno y luego el dos, pero el tiempo apremia porque corre, ya que en sólo 24 meses más volveremos a ir a las urnas para elegir al próximo gobernador, y lo más propicio y conveniente para los tricolores veracruzanos sería que este medio día Héctor se descarte definitivamente y le alce la mano a Pepe y todos se pongan a trabajar en torno a su persona, ya que con su intención de volverse a postular lo único que ha logrado Yunes Landa es causar confusión, división, incredulidad y desencanto entre los priistas.
Pero para 2017 estará muy fresco todavía el recuerdo y el peso de la mala imagen de Javier Duarte, por lo que será interesante escuchar y saber este jueves si como lo hizo Manlio Fabio Beltrones el lunes, los Yunes rojos condenan también, con nombre y apellidos, a esos “políticos que incurrieron en excesos, que no tuvieron conductas transparentes y que no actuaron de manera responsable” que mencionó el sonorense y a quienes atribuyó, en gran parte, la derrota del pasado 5 de junio.
¿De paso aprovecharán su encuentro con la prensa jarocha para tomar la iniciativa y hacer suya la bandera anticorrupción y antiimpunidad pidiendo a sus compañeros diputados locales que actúen con responsabilidad y que no blinden a ningún responsable de los que ya se van por el daño patrimonial que han causado a los veracruzanos, máxime que ese fue su discurso como aspirantes priistas a gobernador durante todo 2015.