En su primer mes como gobernador, para hacer frente a los compromisos de fin de año con la burocracia estatal incluyendo el pago de aguinaldos, la administración de Miguel Ángel Yunes Linares necesitará en diciembre 8 mil millones de pesos.
En el segundo, en enero de 2017, para el mismo objetivo incluyendo el pago de la segunda parte de los aguinaldos, requerirá de otros 4 mil millones de pesos, en total 12 mil millones de un mes a otro.
La calificadora Moody’s reveló el 31 de agosto pasado que el Estado tiene una severa merma en sus reservas de efectivo, pues mientras que en 2014 cerró con 6 mil 800 millones de pesos, al cierre de 2015 sólo tenía ya 576 millones de pesos. A ver si no en 2016 cierra en ceros.
Por eso bajó la calificación de Veracruz porque su perspectiva es negativa, según reportó a la Bolsa Mexicana de Valores. Aparte todos los demás pendientes que le van a heredar.
Moody’s dio datos escalofriantes: La Entidad registró también un aumento en los pasivos circulantes, los cuales pasaron entre 2014 y 2015 de 3 mil millones de pesos a 12 mil millones, y subieron a 17 mil millones al segundo semestre de este año 2016, con lo cual la razón entre efectivo y pasivo circulantes de Veracruz es la más baja entre los estados mexicanos calificados por esa empresa.
Esa calificadora dio la razón a Yunes Linares cuando se opuso a la basificación de trabajadores y que se paguen adeudos con el ingreso del impuesto del 3% a la Nómina, por lo que dijo que la baja de su calificación refleja presiones negativas resultado de esas leyes promovidas por el gobierno duartista, pues tan sólo por la basificación los gastos aumentarán 108 millones de pesos cuando ya no hay dinero y cabe suponer que nada en las reservas.
Las cifras son frías, la realidad lacerante y la situación verdaderamente alarmante, por lo que es justificada la preocupación que tiene el Gobernador electo quien ayer mediante boletín de prensa anunció que dirigirá una comunicación formal al presidente Peña Nieto solicitándole que intervenga de inmediato ante la situación de emergencia en las finanzas públicas del estado (además de en seguridad y en empleo).
Dijo que pedirá la intervención del Gobierno Federal para que las finanzas públicas dejen de ser desfalcadas, para evitar más endeudamiento, para evitar que los recursos públicos se vayan al pago de nómina y para exigirle al gobernador Javier Duarte que inicie el proceso de entrega recepción.
Miguel Ángel, en forma entendible, se está anticipando ya ante el negro panorama que tiene enfrente: “Es mi obligación decirle a los veracruzanos que estamos viviendo un momento de emergencia que el gobierno actual deja correr porque quiere entregar a Veracruz en las peores condiciones; quiere que esta emergencia se profundice aún más y le apuesta que le vaya mal al nuevo gobierno”.
Hace bien en decirnos la verdad sobre la gravedad de la situación y hace lo correcto en tratar de que el Presidente haga lo que tenga que hacer para ayudar a Veracruz.
Sin duda alguna le heredarán una verdadera bomba de tiempo porque tan pronto como tome posesión no tendrá dinero ni siquiera para lo más urgente e indispensable, de lo cual no es culpable ni responsable aunque seguramente sus enemigos políticos le querrán cargar el muerto cuando no tenga en efectivo para pagar y resolver todos los problemas que le heredan.
De la gravedad de la situación hablan también las recientes declaraciones del senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República, quien el fin de la semana pasada advirtió, en entrevista para el portal alcalorpolitico.com, un recorte importante al gasto público, por lo que el Gobierno Federal, dijo, poco podrá hacer para ayudar a las finanzas públicas estatales.
“No va a haber mucho dinero. Si de la Federación están esperando que salga especialmente para cualquier estado, no lo habrá”.
En el diagnóstico del por qué la situación del desastre financiero del estado, coincidió con el gobernador Yunes Linares.
El pasado 22 de agosto, al acudir a Cuernavaca, Morelos, para reunirse con el dirigente nacional de su partido Ricardo Anaya y todos los diputados federales del PAN, el Gobernador electo informó que propuso a los legisladores albiazules que lo apoyen en la negociación del presupuesto para el año 2017 y adelantó que buscaría reunirse con diputados veracruzanos de los demás partidos políticos para que se sumen a su objetivo de obtener más recursos federales para Veracruz.
Al respecto, en “Prosa aprisa” del pasado 30 de agosto publiqué que el diputado federal priista, Jorge Carvallo Delfín, dijo que tanto él como sus compañeros quieren que le vaya bien al estado y a los veracruzanos y que por ello dialogarán, “si así lo considera pertinente”, con Yunes Linares para aportar la parte que a ellos les corresponde para defender el presupuesto de la entidad ante un inminente recorte que se avecina.
Acaso fue ese negro panorama el que hizo que el viernes pasado Abel Cuevas Melo haya propuesto una reingeniería de gobierno a través de la “erradicación” de los niveles de subdirección de áreas, propuesta que planteó en el foro de consulta para integrar el Plan Veracruzano de Desarrollo que tuvo lugar en Boca del Río.
Me llama la atención su propuesta porque él es el Tesorero del Ayuntamiento de Boca del Río, un cargo de absoluta confianza que le otorgó el presidente municipal Miguel Ángel Yunes Márquez, o sea se trata de un hombre cercano al nuevo poderoso grupo en el poder, que acaba de ganar la gubernatura, y a quien las especulaciones lo ubican como posible Secretario de Finanzas y Planeación.
Pero llegue o no a ese cargo o a otro de relevancia, no puede desestimarse que es un funcionario al que seguramente escuchan en la familia política Yunes Linares-Marquez y su propuesta bien puede ser el adelanto de lo que viene porque tal vez ya lo escuchó o porque él mismo ha participado o está participando en el nuevo esquema financiero-administrativo bajo el que operará el próximo gobierno.
Se habla ya de que desaparecerán muchas áreas de gobierno, que habrá una rebaja sensible de sueldo de los funcionarios y un ajuste en la percepción de todos los empleados que cobran compensaciones, que se eliminarán viáticos y pagos de teléfonos celulares, y que se trabajará con el material estrictamente necesario.
Se trataría de un ajuste verdaderamente draconiano.
Eso iría en consonancia con otra versión de que el ajuste será igual de severo en el Congreso local por parte de la nueva mayoría panista, que iría desde una drástica rebaja de la “dieta” (sueldo) de los diputados, el recorte o eliminación de partidas presupuestales para “asesores”, jefes de prensa (en la actual Legislatura al inicio había más de 30, prácticamente uno por cada diputado uninominal aunque nunca se supo que hicieran algo que valiera la pena), “ayudantes”, convenios de publicidad, vehículos de lujo, pago de teléfonos celulares, viáticos, etc., para dejar recursos para operar sólo con lo estrictamente indispensable.
Lo preocupante es que tanto en el Gobierno del Estado como en el Congreso las medidas llevarían al despido de empleados, para dejar sólo los estrictamente necesarios y que justifiquen un trabajo.
La grave crisis financiera que denuncia Yunes Linares llevaría, pues, a un severo ajuste y recorte presupuestal, de dependencias y de personal por parte del futuro gobierno, medidas que seguramente serán dolorosas para quienes se verán afectados, pero sin las cuales no podrá salir adelante para, al menos, como ya lo ha dicho, sentar las bases para el rescate de Veracruz, que llevará muchos años, muchos más de los dos de la próxima administración.
Dentro de ese terrible panorama, ahora mismo tengo dos versiones sólidas del gobierno que ya se va.
Una fuente suficientemente informada me ha asegurado, con preocupación por los veracruzanos, que, en efecto, el gobierno que sale no le dejará un solo quinto en las arcas al que llega simple y sencillamente porque ya no hay dinero; la otra, que también tiene mucho crédito para mí, me ha dicho que con todo y el odio que le pueda tener a Miguel Ángel, Javier ha comentado en corto que le dejará dinero al menos para que haga frente a los compromisos del mes de diciembre, pero que a partir de enero que Dios lo bendiga.
Como dice el dicho, sobre advertencia no hay engaño. Hay de aquel que no tome medidas previsorias y se prepare lo mejor posible para el terrible ajuste de cinturón que nos espera.
Será inevitable. El gobernador Yunes Linares necesita de la comprensión y del apoyo de todos los veracruzanos porque si se hunde el barco todos nos iremos al agua.
La situación es verdaderamente dramática, por donde quiera que se le vea.
La apuesta de Américo con los niños
Además de apoyar el equipamiento de las más de 800 escuelas públicas de Xalapa –ya lleva 300 planteles atendidos–, el sábado el alcalde Américo Zúñiga Martínez entregó casi un millón de pesos en becas a 870 estudiantes de excelencia del municipio de primaria, secundaria y bachillerato, acciones con las que está financiando el cambio social desde las escuelas públicas.
El joven presidente municipal dijo que la educación es la única revolución pacífica y silenciosa capaz de cambiar a la sociedad, y no sólo lo dice sino que lo cree y lo demuestra con hechos.
En efecto, tiene que coincidirse con él en que el país sólo va a cambiar empezando desde la base que son los niños, lo que hoy en día muy pocos entienden y tienen la visión para proyectarlo.