No lo conozco en persona, pero ignoraba yo que el delegado de la Secretaría de Gobernación en el estado, Ángel Isaac Ochoa Pérez, fuera ciego, estuviera ciego.
Ayer, en el marco de una demagógica “glosa” del cuarto informe de Enrique Peña Nieto en Xalapa, en un restaurante, ni siquiera en un espacio que correspondiera a una obra federal concluida, en la que participaron los delegados federales (casi todos ellos con el sello duartista), el representante de Miguel Ángel Osorio Chong en Veracruz declaró que en Veracruz ¡hay paz y seguridad!
O sea, este señor, que vive de nuestros impuestos, no ve lo que está pasando cuando a diario secuestran y asesinan a pacíficos ciudadanos, cuando hay un regadero de cadáveres por todo el territorio estatal, cuando se descubren más fosas clandestinas, cuando todos los que pueden hacerlo están huyendo del estado para ponerse a salvo.
Cuando los reporteros le tocaron el tema de la crisis por la inseguridad que vive el estado, el señor respondió que no estaba autorizado para hablar de ello y “por situaciones claras de seguridad” (debe ser por la seguridad de su sueldo).
Y todavía tuvo el cinismo de pedir a los medios informativos que sean “objetivos y responsables” para no alarmar a la población. “… no alarmemos a la población, hay actos que lastiman y laceran a los veracruzanos (¡por fin! ¿hay motivo de alarma o no?), pero sin duda quiero pedirles ser más objetivos”.
¿Más objetivos? ¿Cómo? ¿Diciendo que había rosas en las fosas en lugar de cadáveres? ¿Callando los secuestros y los asesinatos? ¿Evitando informar de los cuerpos inertes que amanecen todos los días por todos lados? ¿Diciendo que es mentira que empresarios, comerciantes, profesionistas, están huyendo dejando atrás toda una vida? ¿Ocultando a la población la ineficacia tanto del Gobierno Federal como del estado para darnos seguridad?
Con razón a este señor, el colega tlaxcalteco Jorge Alfredo Montes de Oca, de gentetlx.com, lo calificó alguna vez de “gris personaje”, cuando fue delegado en Tlaxcala. Cuánta diferencia con su antecesor en el estado Alberto Amador Leal, un hombre cauto, responsable, pero realista, que no ignoraba ni ocultaba la gravedad de la situación en Veracruz.
Y pensar que la “glosa” de ayer fue para comentar e informar sobre los “resultados” del Gobierno Federal en el estado. ¿Cuáles? (cacarearon el libramiento de Coatepec inaugurado el 5 de agosto ¡de 2014!, y eso sólo correspondió a la primera parte porque nunca lo concluyeron en su totalidad).
Personas como el delegado Ochoa Pérez piensan que queriendo pintar un Veracruz bonito donde no pasa nada, de espaldas a lo que viven a diario los veracruzanos, van a ganar las elecciones de 2017 y 2018.
Lo más triste fue que ninguno de los delegados veracruzanos (Ochoa Pérez es chilango y algunos medios lo han ligado a un grupo porril del PRI de la Ciudad de México llamado “Federación de Estudiantes Politécnicos”), que nacieron aquí y viven aquí, alzó su voz para desmentir que haya paz y tranquilidad.
No cabe duda que les interesa más la ubre presupuestal que los intereses de Veracruz, por lo que son indignos del cargo que ostentan.
Pero si este funcionario federal y sus compinches veracruzanos por cuidar su sueldo se niegan a ver y reconocer la realidad, qué bueno que, en cambio, haya quienes sí se preocupen y reconozcan lo que está pasando e intenten hacer algo.
El senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla condenó el sábado el crimen del director del hospital de José Azueta, doctor José Roberto Valderrama, ocurrido un día antes.
Lo hizo durante una gira de trabajo por Chacaltianguis, en la cuenca del Papaloapan, área donde se cometió el asesinato y ofreció luchar porque el estado sea un lugar más seguro, a diferencia del gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien se limitó a lamentar lo ocurrido desde la comodidad, a través de su cuenta de Twitter, y ni siquiera envió al Secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso –y éste tampoco fue por iniciativa propia–, a expresar sus condolencias y solidaridad con la familia, la comunidad médica y los amigos de la víctima.
Pepe dijo estar seguro que miles de familias veracruzanas compartían su preocupación y sentimiento porque “a nadie le satisface el día a día que tenemos que sortear”. Claro que no. Estamos desprotegidos, indefensos.
El pasado 5 de septiembre, cuando el alcalde de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol, pidió auxilio al Gobierno Federal para frenar la ola de violencia, mediante un tuitazo el gobernador Duarte de hecho lo descalificó y dijo que “la responsabilidad es nuestra”. ¿Qué le puede decir ahora a la familia del doctor Valderrama? ¿Qué era suya la responsabilidad pero que, ni modos, lo siento, y ya?
Las campanas de La Piedad
En el boletín dominical de la iglesia de La Piedad en Xalapa, del 28 de agosto pasado, con el subtítulo “Las campanas”, se publicó el siguiente texto:
“Hace 132 años, construido el templo de La Piedad, se subió una campana en esta torre. Una campana de 300 kilos aproximadamente. Es la campana de la que se rompió el badajo y fue refundido recientemente.
Otra campana, más chica, de unos 70 kilos, se rajó y trae el nombre del donante y fecha de 1884. Otra, del mismo peso, también se rajó y trae la fecha de 1895 y en memoria del que mandó a hacer la campana anterior. Ambas se bajaron de la torre y esperan su renovación”.
Se agrega: “Consultamos a campaneros profesionales del Estado de Hidalgo. Pueden renovarlas con las mismas inscripciones o incluyendo alguna nueva. Pueden fundirlas por separado o juntas. Se comprometen a venir por ellas y a traerlas ya renovadas. El costo es el mismo si se refunden por separado o juntas: $25,000.00”.
“Así volverían a repicar las tres campanas. Como no tenemos dinero, estas dos campanas continuarán su silencio hasta que la Divina Providencia nos ayude”. En el boletín de ayer se continuaba pidiendo ayuda.
La iglesia de la Piedad está bajo el cuidado del padre Celestino Barradas, historiador de la Iglesia Católica en Veracruz y a quien se conoce como “el constructor” porque por todos los templos por los que ha pasado ha dejado su huella con reconstrucciones o reparaciones, o construcciones nuevas de recintos religiosos, quien clama por la ayuda.
Me puse a pensar en lo que gastó uno de los candidatos a diputados en el pasado proceso electoral en su campaña (fue el que más gastó) y que, por lo mismo, ganó: 80 millones de pesos, según me informaron otros candidatos que perdieron porque cuando mucho tuvieron para gastar 3 milllones de pesos. Y en nuestra iglesia sólo necesitamos 25 mil pesos. Me he propuesto a colaborar con la causa.
Sé de políticos, muchos funcionarios, que podrían resolver el problema en un tris. Con cinco que donaran 5 mil pesos cada uno estaría listo, o con 25 que pusieran mil.
¿Qué no hay dinero? ¡Por Dios! ¿Cuánto se va a gastar el jueves con el pago a los colonos de Xalapa para que desde muy temprano lleguen (los van a llevar en camiones urbanos contratados ex profeso y les van a dar lonches y refrescos) y prácticamente tomen y llenen el frente del Palacio de Gobierno y aplaudan a rabiar al Gobernador cuando salga a dar El Grito, con lo que se asegurará que no haya abucheos? Espero que nos ayuden en nuestra causa.
La reunión de El Lencero
Luego de que la semana pasada se supo que el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) había presentado una denuncia penal contra quienes resulten responsables en la Sedesol estatal, la SEV y Protección Civil por un daño patrimonial por más de 940 millones de pesos, funcionarios y ex funcionarios de las tres dependencias y del órgano fiscalizador se reunieron el viernes pasado, por segunda ocasión, ahora en las instalaciones del aeropuerto de El Lencero.
La reunión habría sido para tratar de ver cómo solventan lo que presuntamente recibieron y entregaron por el monto señalado, para evitar la acción de la justicia.
Lo más grueso está en la Sedesol de donde se esfumaron 508 millones. A ver hasta dónde se llega.