Javier Duarte de Ochoa no se fue por su propia voluntad del gobierno del Estado. Se aferraba al cargo no obstante el mundo de señalamientos en su contra por actos de corrupción que lo hacían insostenible.
En la vieja ortodoxia política, la del priismo vertical, autoritario, omnipotente y omnipresente del siglo pasado, era regla el dicho de que el poder da pero también quita. Rescoldos de esa vieja sentencia perviven en el régimen federal que encabeza Peña Nieto.
Y en el caso del hoy prófugo, cuya cabeza tiene precio de 15 millones de pesos, la aplicó cuando ya no pudo más. Seguramente para no verse autoritario, mediante argucias lo echó del poder en Veracruz. De todos modos, por la mala lo hubiera hecho si el otro se hubiera aferrado a quedarse.
En ausencia entonces de un Presidente priista, lo impuso su padre putativo político Fidel Herrera Beltrán, un dinosaurio del sistema tricolor entonces gobernador del Estado. Pero era parte del sistema, cuyo control retomó Peña cuando recuperó la presidencia de la república.
Duarte regresaría a la gubernatura en los días que faltan para terminar el sexenio sólo que el Presidente, que encarna al sistema priista mismo, lo decidiera. Y si así lo determinara, al primero al que se lo informaría en forma directa o a través del Secretario de Gobernación sería al gobernador interino, porque así lo dictan las reglas no escritas de la política.
Pero eso no va a suceder. Se advierte que ni siquiera han pensado en esa posibilidad, de ahí la seguridad anteayer de Flavino Ríos Alvarado cuando al saberse del presunto escrito de Duarte para anunciar que retomaba el cargo declaró que el gobernador era él y que lo otro era sólo un rumor y que por lo tanto no se iba a ocupar del asunto. Hablaba la voz de la experiencia.
Me llama la atención que un anónimo, que no dejó de ser sólo eso, despertó un mundo de comentarios de políticos de todos los partidos, que armaron tal escándalo mediático dándole un cariz de versomilitud, reflejo de que nadie piensa, ni repara, ni analiza, ni razona con buen juicio político, y que se dejan ir con cualquier borrego que les suelten. Quien soltó el “buscapiés” de Duarte debe estar todavía doblado de la risa.
Lo peor y preocupante es que la misma directiva de la Cámara de Diputados local, donde debe haber la mayor experiencia y todo profesionalismo, fue la que ventiló públicamente el anónimo, dejando abierto el camino para que de ahora en adelante a cualquiera se le ocurra enviar oficios firmados presuntamente por Donald Trump o por Santa Claus, y se los crean o al menos les otorguen el beneficio de la duda. ¡Chin!
Sin duda alguna, esta nueva camada de políticos está verde, muy verde, y poco se puede esperar de ella en el corto espacio de dos años en que estará en el poder. Qué desgracia para Veracruz. Los que se fueron, serviles, cómplices, corruptos muchos de ellos, enemigos del pueblo. Los que llegan, inexpertos, sin malicia política y sin nadie que les diga qué sí y qué no. Aliviados estamos. Decía el extinto periodista dueño y director del Diario de Xalapa, Rubén Pabello Acosta: Sea por Dios y que venga más, como decía mi abuela.
¿Y dónde están las mujeres que no celebran a una de las suyas?
En política hay otro dicho: que no hay peor enemiga de una mujer que otra mujer.
El lunes, con el aval de dos gobernadores, algo inédito en la historia de Veracruz, asumió la Secretaría de Finanzas y Planeación una mujer, también hecho sin precedente.
Clementina Guerrero García se convirtió en la primera fémina en ocupar el cargo. Le dio posesión el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado con el aval del gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares.
Pero, ¡ay!, ningún organismo de mujeres, oficial o de alguna ONG, se dio por enterado y menos, lógicamente, lo celebró.
No es menor que las mujeres avancen y vayan ganando posiciones y ocupen cargos relevantes que habían estado reservados sólo para varones.
Clementina, además, es una funcionaria hecha en Veracruz, en Xalapa, donde ha forjado toda una trayectoria, lo que es digno de tomarse en cuenta porque al menos por ahora desplazó a cualquier persona que por su fama y experiencia hubieran traído de fuera para hacerse cargo del área más delicada que, sin duda alguna, tendrá la administración entrante.
Las finanzas las sigue manejando Flavino
Subrayo que al menos por ahora porque ella misma, en distintas declaraciones de prensa, ha precisado que fue invitada para la transición y que sólo cuando Miguel Ángel tome posesión sabrá si la ratifican o no.
Ayer, entrevistada para noticiarios de la Ciudad de México, aclaró que su llegada al cargo tiene la intención de posibilitar una transición ordenada, transparente y apegada a la normatividad.
En ese tenor precisó que su nombramiento no significa que el gobernador Yunes Linares asuma desde ahora el control de las finanzas estatales, lo que habla de que se están cuidando las formas pues, en efecto, conforme a la ley hasta el último minuto del próximo día 30 la responsabilidad será sólo del gobernador Flavino Ríos Alvarado.
Por lo pronto, la nueva funcionaria corroboró lo que todo mundo sabe: que Veracruz está “devastado” económicamente y declaró ayer que en la Secretaría de Finanzas no hay “ni siquiera para una fotocopia”.
Anunció para este miércoles reuniones de trabajo con los alcaldes aunque el mero hecho
Pero la mujer ya está encima del toro salvaje de la crisis, y habrá que ver si lo puede domar para de ahí conducirlo por el mejor camino para Veracruz.
No protege a nadie
En su mensaje con motivo de la entrega del sexto y último Informe de Gobierno, el gobernador Flavino Ríos Alvarado no se anduvo por las ramas y fue claro y contundente: el que la hizo que la pague, “quien falló a Veracruz que asuma las consecuencias”.
Era obvio que se refería a los casos de corrupción de muchos funcionarios y exfuncionarios, algunos ya señalados, otros en vías de investigación y los que seguramente van a aparecer con las auditorías que ha ordenado su sucesor Miguel Ángel Yunes Linares.
Con ello tal vez quiso anticipar que no meterá las manos por nadie, porque se sabe que varios de los presuntos implicados, incluidos diputados federales, lo han estado buscando para pedirle que los “ayude”.
Enfatizó mucho en la necesidad de que se garantice la transición de gobierno en forma pacífica, apegada a la legalidad, a dejar atrás el encono y la confrontación, llamado que nunca dejará de ser pertinente por la circunstancia política que ha vivido Veracruz.
La comida, ayer
Luego de su mensaje, el gobernador Flavino Ríos Alvarado invitó ayer a comer a todos los miembros del gabinete leal y ampliado, así como a diputados locales aliados, acompañados de sus esposas, en la casa de su hija Dulce María Ríos Guerrero, presidenta del DIF Estatal.
Fue la primera vez en todo el sexenio que las señoras tuvieron tal distinción, y ante ellas el titular del Ejecutivo agradeció a sus esposos su apoyo y colaboración. Fue una comida austera, pero en unidad.
Flavino seguirá este miércoles su trabajo normal. Irá a Orizaba a encabezar una reunión del grupo Coordinación Veracruz para tratar el tema de seguridad en la zona, y luego encabezará en Xalapa una reunión con los dirigentes de los trabajadores del sector salud.
Empleados de la Legislatura se pasan al PAN
A efecto de garantizar el sustento de sus familias, los empleados de la Legislatura, por siempre hasta ahora identificados con los intereses priistas, dicen adiós al tricolor.
Qué le hacen. Del PRI nadie se les ha acercado para asegurarles su trabajo y su ingreso económico, lo que han aprovechado los blanquiazules para muy sutilmente invitarlos a engrosar sus filas como forma de asegurar su permanencia.
No lo han pensando dos veces y casi todos en forma masiva han decidido afiliarse al PAN, así sí, por las buenas.
Que se sepa, esa será una línea del nuevo gobierno panista para desarticular hasta donde más pueda al PRI, por lo que el fenómeno se repetirá a partir del primero de diciembre.