Fue en 1976 cuando el presidente José López Portillo emprendió la primera gran reforma electoral que permitió, por la vía plurinominal, el ingreso de la izquierda a la Cámara federal de Diputados. Con ese motivo, el entonces secretario de Gobernación, tuxpeño veracruzano, Jesús Reyes Heroles, invitó a platicar con él en su despacho a Carlos Navarrete, hoy el primer político con raíces en el socialismo mexicano en llegar a la presidencia de la Cámara de Senadores, a Jesús Ortega, hoy también dirigente nacional del PRD, y a Miguel Alonso Raya, hoy ex diputado federal. “Cuando entramos Carlos, Jesús y yo, Reyes Heroles nos recibió con una pregunta. A ver. ¿Ustedes por qué creen que nosotros estamos en el poder; porque somos muy chingones o porque ustedes son muy pendejos?” / “Nos quedamos mudos y antes de contestarle él mismo respondió: ‘Porque ustedes son muy pendejos. Se pelean de todo, cuando no es por el conflicto chino-soviético, lo hacen porque si son marxistas o trotskistas. Miren, con la reforma van a entrar a la Cámara, pero de una vez les digo que mientras la izquierda no sepa unirse, trabajar juntos, jamás nos van a quitar el poder; a nosotros nos unen los intereses comunes, el trabajo y el poder”. Esta anécdota la ha recordado, a propósito de la llegada de Carlos Navarrete a la presidencia del Senado, su amigo desde 1973 Miguel Alonso Raya, “Raya”, quien se la platicó a la reportera Leticia Robles, de Excélsior, y apareció publicada en la edición del pasado domingo 30 de agosto de ese matutino. “Y mira que esa es una gran lección que aplicamos en 1988, cuando pactamos hasta con los apestados y ya ves, nos tuvieron que hacer fraude para ganarnos”, dijo Raya a la periodista. La unidad. Ya lo decía Reyes Heroles. La clave está en la unidad. Lo ha dicho “Raya”: casi ganaron cuando pactaron hasta con los “apestados”. Cuánta relevancia cobrarán de nuevo las palabras de Reyes Heroles en unos meses más cuando se entre de lleno al proceso electoral en el que ganarán quienes mejor integrados estén. En 2010, nadie podrá darse el lujo de ninguna exclusión so pena de pagar las consecuencias.
--- o ---
El hecho significativo no es que la joven diputada federal veracruzana Carolina Gudiño Corro se haya estrenado en el cargo este martes 1º de septiembre fijando la posición de su bancada y de su partido, el PRI, con motivo de la entrega del Tercer Informe del presidente Felipe Calderón al Congreso de la Unión. No. Lo significativo e histórico es que nuevamente, por segundo año consecutivo, esa distinción se otorgó al priismo veracruzano, que en la práctica política se traduce como una concesión y reconocimiento al gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien hace un año obtuvo que se designara para la misma función al entonces diputado Adolfo Mota Hernández. El hecho, este año, cobra más relevancia porque ahora es abrumadoramente mayoritaria la bancada tricolor, es decir, hay más grupos, más intereses y con mucha fuerza, aunque también es mayor la presencia de la diputación federal priista jarocha, acaso superada sólo por la del Estado de México, de tal suerte que en la sesión del martes estuvo y no estuvo presente Fidel Herrera Beltrán. No sobra destacar que esa posición se acuerda con los líderes del Senado y de la Cámara de Diputados así como con la presidenta del CEN del PRI y que se cabildea con el resto de las diputaciones, esto es, con los gobernadores tricolores del país. La inclusión nuevamente de un diputado federal veracruzano deja asomar ya la fuerza, la relevancia y el papel protagónico que tendrá el priismo de Veracruz, o sea Fidel Herrera Beltrán.
--- o ---
Leer para creer. En La Jornada del domingo 30 de agosto se publicó una larga entrevista (página 5) hecha al nuevo dirigente nacional del PAN y nuevo diputado federal César Nava Vázquez, y qué cree usted: ¡que coincide con Fidel Herrera Beltrán en que se debe construir más de una refinería! Ante una pregunta de la reportera Georgina Saldierna, el ex secretario particular del presidente Calderón respondió: “Hagamos una reforma en refinación, que permita construir cinco o seis refinerías, en lugar de disputarnos absurdamente una que Pemex construirá con recursos fiscales que podrían dedicarse a proyectos más rentables”. Es exactamente el mismo argumento que ha reiterado desde el 27 de marzo el gobernador de Veracruz cuando participó en la famosa pasarela para definir la ubicación de la nueva refinería. Herrera Beltrán ha dicho que aparte de la Hidalgo se deben construir por lo menos otras dos, una de la cual debería quedar en Tuxpan, además de que ha propuesto dar participación a la inversión privada para dedicar los recursos fiscales a otros fines en beneficio de la población. ¿Qué dirán ante eso los panistas de Veracruz?
--- o ---
Cuando los nuevos diputados federales del PRI no asumían todavía funciones conforme a la ley, tuvieron que invocar a la misma para evitar una flagrante violación a la legalidad por parte ni más ni menos que del mismísimo presidente Felipe Calderón, el primero y más obligado a conducirse con apego a la normatividad vigente. El jueves 27 de agosto fue la nota que dominó toda la tarde en los portales web de los principales diarios del país y al día siguiente, viernes 28, en los principales encabezados de las ediciones impresas. En síntesis la historia es la siguiente: el miércoles 26 de agosto circularon invitaciones impresas del Gobierno Federal para un acto que sería este miércoles 1º de septiembre a las 9 de la mañana en Palacio Nacional, en el que Calderón ofrecería su informe de labores. La reacción de los legisladores electos priistas no se hizo esperar. Al hacer notar al negociador y secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont que se violaba el artículo 6 de la Ley Orgánica del Congreso General, que establece que la nueva Legislatura se debía instalar este 1º de septiembre a las 17 horas, hicieron ver que el presidente se colocaba, así, en la ilegalidad, pues primero tenía que presentar el documento ante la nueva representación popular, porque de otra forma, además, rendiría un informe ante diputados que aún no entraban en funciones. La prensa manejó que ese jueves se “negociaba”, aunque seguramente lo que sucedía era que trataban de convencer a los priistas que avalaran el acto ilegal de Calderón, pues no se puede negociar la ley, además de que a los nuevos diputados se les trataba en forma indignante, como a cualquier empleado, ya que olvidándose que representan otro poder, de hecho les ordenaban que se presentaran una hora antes de la ceremonia y con una identificación. Al final, sólo al final del día, cerca de las 10 de la noche, por fin las autoridades federales entraron en razón y la Secretaría de Gobernación informó oficialmente que “… en evento y fecha posterior dirigirá un mensaje alusivo al contenido del mismo (informe)”. Ese es un botón de muestra, sólo uno, pero muy claro e ilustrativo, de porqué el país está en grave crisis, va sin rumbo y porqué el gobierno federal es un fracaso total. ¿Es que en el gobierno federal nadie pudo advertir que con lo que hacían estaban fuera de la ley, la violaban? ¿Es que alguien sí lo advirtió y se lo dijo al presidente Calderón pero éste no hizo caso? ¿Es que en el gobierno federal nadie es capaz de decirle no al presidente cuando actúa o toma una decisión fuera de la ley? ¿Cómo es que un yerro legal de ese tamaño se le pasó al secretario de Gobernación, responsable de cuidar todos los aspectos legales del gobierno federal y abogado por añadidura? ¿Por qué a sabiendas de que estaban fuera de la ley se empeñaron en salirse con la suya y antes de que estallara el escándalo mediático por iniciativa propia no pararon todo a tiempo dejando sin efecto la invitación? ¿Es que el presidente Calderón quiso “probar” a la nueva y mayoritaria diputación federal priista? ¿Es que quería echarse un “pulso” con los tricolores? ¿Es que en lugar de apegarse a la ley y cuidar las formas políticas quiso madrugar a la nueva Legislatura? De esa forma, además, se subió solo al ring y antes de que suene la campana y empiecen las hostilidades, ¡ya se anda cayendo solito! Pobre México. Lo grave es que todos pagamos los platos rotos sin deberla.