En su declaración de principios, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se define como una organización de izquierda, “de verdadera justicia social”, integrada por hombres y mujeres “que luchan contra la desigualdad, la inequidad”, que desarrolla una crítica al capitalismo “que es un sistema de explotación, dominación y opresión”, que busca lograr “una nueva sociedad igualitaria” y etcétera etcétera.
Puro cuento.
Un nuevo escándalo envuelve a ese partido. Ahora al haberse hecho público que su dirigente nacional, Alejandra Barrales, posee, ni más ni menos, un departamento en Miami valuado en 990 mil dólares, 14 millones 355 mil pesos mexicanos.
Esta “izquierdista”, luchadora por una “verdadera justicia social” había ocultado la propiedad al presentar su declaración 3de3 y no se apresuró a declararla ante el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) sino hasta que se vio descubierta por Univisión Noticias que le pidió una explicación.
En entrevista con ese medio, sostuvo que el departamento fue comprado por medio de una preventa, con un enganche de 693 mil dólares a pagar en siete meses; es decir, que la presidenta del sol azteca pagó, de acuerdo con la cotización del dólar en 2015, un millón 572 mil pesos mensuales, cuando su salario como secretaria de Educación del Gobierno de la Ciudad de México no excedía los 70 mil pesos al mes.
¿De dónde sacaba el resto? ¿Cómo le hizo? ¿Quién gana en este país más de un millón y medio de pesos mensuales como para cubrir un abono mensual por esa cantidad?
La investigación realizada por Univisión estableció que la cantidad pagada por la líder nacional del PRD excedió en 332 mil dólares el total de los ingresos que había tenido; es decir, unos cinco millones 272 mil 160 pesos mexicanos, tomando en cuenta que recibe una pensión alimentaria y que también recibió un bono de retiro del Senado.
De acuerdo con información del IMCO, el inmueble se adquirió por medio de una estructura de empresas de papel, es decir, que la empresa Maxba Development Inc., donde Barrales aparece como presidenta y única accionista, fue creada tan sólo una semana antes de concretar la compra, además de otra firma denominada Alabama Transportes, también reportada como de su propiedad.
Enriquecimiento inexplicable, pues, con tufillo de corrupción.
Esta mujer, sin duda, es una triunfadora y debe ser muy ahorrativa, una gran administradora con lo que gana, una verdadera maga con su economía familiar, porque apenas tiene 17 años mamando del presupuesto público (se inició en el año 2000 como diputada de la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal, ha ocupado cargos legislativos y en la función pública y ahora dirige su partido) y ya se maneja en dólares en el mismísimo país reino del capitalismo, Estados Unidos, sistema que, según, crítica por ser explotador.
Ya me la imagino pensando en los pobres y en los miserables de México, que suman millones, desde la vista al mar que tiene su depa, en medio de drinks y finos canapés con los amigos; en los pobres y miserables por los dizque su partido y todos sus “izquierdosos” dicen luchar. ¡Ajá!
Refiero la edad que tiene viviendo del erario público porque cuántos y cuántos mexicanos, hombres y mujeres, se han pasado toda su vida trabajando, 20, 30, 40 años, y hoy apenas y sobreviven con su mísero sueldo que le pagan los gobiernos de estos partidos que lucran con el cuento de que luchan por abatir la injusticia social.
La señora Barrales se defiende y niega algo irregular en el hecho. Pero resulta sospechoso que diga que el departamento lo compró no para vivirlo sino para rentarlo y que lo pagará con el producto de lo que le paguen mensual. Para qué si no para disfrutarlo se compra alguien un inmueble en una ciudad como Miami.
Cuando se entera uno de casos como el de esta “izquierdista” se explica porqué el lastre político que constituyen casi todos los perredistas de Veracruz, impresentables, deshonestos, convenencieros, no dignos de credibilidad ni de confianza. Y cómo no van a ser así si tienen una gran maestra: su dirigente nacional.
Veracruz, en estado de letargo
Una cosa es que hayan aprobado la reestructuración de la deuda pública y otra es que ya se tengan recursos.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares fue muy claro ayer: las negociaciones para reestructurar llevarán entre tres y cuatro meses. No será fácil.
Nunca ha sido fácil negociar con la banca privada, más cuando el gobierno pretende sacar alguna ventaja, porque los banqueros nunca están para perder ni para comportarse como instituciones de beneficiencia social: a ellos no les importa la crisis por la que atraviesa el gobierno. Ellos prestan y cobran sus intereses, puntualmente. No rebajan ni un quinto. A lo que más llegan es a renegociar para ampliar plazos y otorgar algunas facilidades, que es lo que se pretende ahora.
Acaso es mi percepción pero ayer vi a un Veracruz en estado de letargo y a un gobierno sin anuncios de obras o de acciones concretas. No tienen con qué.
Para cuando terminen de negociar ya habrá pasado más de medio año y para cuando determinen por fin con cuánto van a contar se habrá ido poco menos de la mitad de este gobierno.
No hay que hacerse mucho ilusiones. En general, económicamente, el año pinta mal.
Xalapa, con un buen alcalde
Una atenta revisión de la prensa estatal sirve para hacer un comparativo sobre el desempeño del alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, con el del resto de los demás en el Estado.
Los testimonios personales y gráficos sobre lo que ha hecho en los tres años que lleva de gobierno municipal dan muestra de que ha sido un presidente municipal constructor e introductor de servicios públicos como pocos.
Lo que ha hecho sorprende gratamente porque le ha tocado gobernar en medio de difíciles condiciones económicas agravadas por el desvío de recursos federales que hizo el gobierno de Javier Duarte, que le correspondían y que no le entregó.
En la presente semana ha entregado tres obras importantes como son las renovadas avenidas Primero de Mayo y Acueducto, además del puente “Juventud” en la zona universitaria, y ya se apunta la cuarta magna obra para entregar que es la tercera parte del colector pluvial “Gutiérrez Barrios”, obra que todo Xalapa celebra y particularmente todos los vecinos de la zona de San Bruno que año con año se inundaban en la temporada de lluvias.
Así como dinero llama dinero, trabajo efectivo, real, concreto, llama inversión privada. Algo que he comentado en este espacio es el apoyo que ha recibido de empresarios xalapeños, quienes han aportado materiales para diversas obras, lógicamente porque han comprobado que no lo desvía ni se lo roba.
Pero no sólo a los empresarios ha logrado convocar y convencer con su trabajo para que aporten, sino a los beneficiados mismos, que en la medida de sus posibilidades apoyan también con alguna aportación económica mientras que el Ayuntamiento pone todo el trabajo técnico y la mano de obra.
Yo que camino mucho las calles de Xalapa, veo a mi paso su obra y valoro los espacios que ha rescatado para los viandantes, algo en apariencia sin importancia pero resaltable por los pocos espacios urbanos de que dispone la ciudad.
Qué bueno que Américo no se ha perdido en quejas y lamentaciones por falta de recursos y ha buscado la forma de lograr mejoras para la capital. Corre su último año de administración y, sin duda, dejará un gran legado para la presente y las futuras generaciones.
Pero, además, el suyo es un Ayuntamiento solvente, que va cumpliendo su compromiso con acreedores y prestadores de servicios; que transparenta sus acciones; que mantiene limpia la ciudad, etcétera.
Este año el cabildo ha aprobado 400 millones de pesos más para obras en lo que le resta a su gobierno. Sin duda es, ha sido un buen alcalde.