Cuánta razón le asiste al senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla en su señalamiento de ayer en el sentido de que en Veracruz ya estamos cansados de las descalificaciones, e interpretando el sentir de todos los veracruzanos haya dicho que lo que se quiere es trabajo, resultados y un ambiente de concordia, pero “lamentablemente no se nota que haya interés por parte de los actores políticos para lograrlo”.
Lo anterior lo mencionó a propósito del embate mediático desatado mediante la filtración de un audio en contra de su compañero Héctor Yunes Landa por un tema de la campaña electoral de hace un año, por lo que lamentó que se pretenda generar estridencia mediática y lastimar “y no se vale”.
Ante la elección del próximo año –de presidente, gobernador y diputados– y el inicio anticipado del proceso que han hecho ya los interesados, será difícil que el llamado de Pepe encuentre eco, y seguramente el escándalo, el ruido mediático continuará, por lo que ciudadanos y periodistas debemos estar alertas para que no nos distraigan y nos olvidemos de los verdaderos y graves problemas que padecen Veracruz y los veracruzanos.
Cuánto gana un trabajador, cuánto un diputado
Para este año, el salario mínimo oficial de un trabajador en México es de 80.04 pesos diarios, 2,401.20 pesotes mensuales ni más ni menos.
Un burócrata del Gobierno del Estado, de base, gana un promedio diario de 200 pesos (hay quien gana menos, hay quien gana más).
Pero la mayoría de la población se rige por el salario mínimo establecido por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
Un diputado local en Veracruz gana diario, tan sólo por su “dieta” (su sueldo) 4,666.00 pesos diarios, 140,000.00 pesos mensuales.
Aparte, ya lo publiqué, le dan 40 mil pesos mensuales, 1,333 pesos diarios, para sus gastos (viáticos, gasolina, casetas, etcétera).
Pero si le sumamos los 100,000.00 pesos mensuales más que por cada uno le dan a las diferentes bancadas, tendríamos que les tocan otros 3,333.00 pesos diarios, por lo que redondean un promedio diario de 9,332.00 pesos en números cerrados.
Abismal la diferencia.
Quedémonos con los 4,666 diarios de su dieta contra los 80 pesos diarios de un trabajador común. De todos modos es desproporcionado.
Cuán injusto y ofensivo para la mayoría de los mexicanos es el sistema político.
Imaginémonos las cifras de los diputados con las de quienes se dedican al comercio informal o con las de los que no tienen empleo.
Con una agravante más: no pagan impuestos y además reciben a fin de año su aguinaldo equivalente a 40 días o hasta dos meses de su sueldo, que tampoco se les grava.
Pero se llenan la bocota en la tribuna hablando de transparencia aunque nunca le informan a sus representados de cada distrito cuánto ganan y menos a qué destinan el dinero extra que les dan.
Eso sí, se vuelven fiscalizadores de todos los demás veracruzanos y hasta de los organismos públicos y, como dijo la diputada Cinthya Lobato Calderón, exigen hacia afuera lo que no practican hacia dentro.
Me pregunto cuántos diputados redentores sociales de Morena entregan su sueldo, o parte de él, a instituciones de beneficencia pública o de asistencia social, o a causas justas para los pobres.
Me llama la atención cómo al dispendio de los recursos de los veracruzanos, propio de los de la “mafia del poder”, no le hacen el feo y en cambio participan de él.
Hablo de los diputados, no de los trabajadores de la Legislatura, de entre los cuales tengo amigos y conocidos, uno de ellos el propio coordinador de Comunicación Social, Sergio Melo, un verdadero buen elemento, acaso hasta demasiado sano y decente para el medio en el que está ahora.
¿No les basta a los diputados –hombres y mujeres– con los 140 mil pesos mensuales que les pagan –no que ganan porque no se los ganan–?
¿Qué de esa cantidad no pueden tomar para la gasolina, las casetas, el pago del teléfono celular y todos sus chuchulucos?
¿Por qué en solidaridad con los pobres a los que dicen defender y por los que dicen trabajar no renuncian a los 40 mil pesos mensuales más que les dan?
¿Por qué no exigen que los 100 mil pesos extras que les dan por cada uno de ellos a sus bancadas se los destinen a la Cruz Roja, a los bomberos, a los asilos, a los hospitales que tienen graves carencias?
No soy priista ni panista ni morenista como me acusan unos y otros; soy periodista columnista y me preocupan los problemas de Veracruz y de los veracruzanos, así como las injusticias que se cometen.
No quiero dejar de decir que me decepcionan algunos diputados y diputadas que creí que llegarían al Congreso para tratar de cambiar las cosas para bien.
Hace no mucho publiqué que no quería parecer alarmista pero dije que si los políticos fallan lo que nos espera es el conflicto social, en las calles, como en Venezuela, con muchos jóvenes muertos inocentes como saldo, o como en Brasil.
En Veracruz están fallando y no sólo los diputados pues apenas el sábado pasado vimos cómo a una maestra del puerto de Veracruz un granadero de la policía estatal le causó una herida en el rostro de un rodillazo que le propinó y todavía le puso esposas sólo porque junto con otros vecinos estaba protestando en reclamo de agua.
Para las necesidades básicas de los veracruzanos no hay dinero, hay garrote.
No podemos quedarnos callados.
Las mujeres la dejan sola
En política hay un dicho de que no hay peor enemigo de una mujer que otra mujer.
Esto se ha confirmado cuando ninguna diputada local, tampoco federal, ninguna alcaldesa, ninguna mujer política de cualquier partido, no sólo no salió en defensa de la legisladora Cinthya Lobato sino que ni siquiera tuvo para ella palabras de solidaridad ante un problema que atañe al interés público.
Es más, al contrario, varias diputadas locales panistas le echaron monton y trataron de descalificarla mediáticamente repitiendo un guión que se advierte que les dieron para que salieran a recitarlo.
Pero no sólo eso. Tampoco institutos de mujeres, “colectivos”, oenegés que supuestamente luchan y defienden las causas justas de las mujeres hicieron sentir su solidaridad de género. Son puro jarabe de pico.
La incongruencia de los verdes
Carrachos. El diputado Manuel Francisco Martínez Martínez, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), exalcalde de Chicontepec, presentó ayer una iniciativa de reforma a la Ley de Protección a los Animales para el Estado a fin de prohibir en la entidad las corridas de toros o cualquier otro espectáculo taurino que involucre maltrato, sufrimiento o muerte de los animales.
En tribuna, el señor dijo que el respeto a la Ley de Protección Animal equivale a generar un desarrollo sustentable, “en donde el aprovechamiento y convivencia con los animales no se da en detrimento de la sanidad ambiental, psicológica, social y emocional de las personas y de su medio ambiente, sino por el contrario, les allega a una vida plena y de respeto para con otros seres vivos que coexisten con ellas”.
Eso no está mal, lo que sí es la incongruencia de los verdes, porque una foto en Facebook muestra al hijito del señor diputado, Pedro Adrián, y al mismo nuevo alcalde electo de Chicontepec, también del PVEM, Pedro Toribio Martínez, disfrutando, participando en una pelea de gallos, fomentando su práctica, pues.
La imagen, en el muro de Pedro Toribio, se acompaña con un texto que dice: “Conviviendo con parte de los participantes del Derby de Gallos en el Gimnasio Municipal, actividad que es parte de nuestra 6ª. Feria Chicontepec 2016”.
Congruencia pura. ¿Cómo creerle, señor diputado, que su propuesta es seria?
Trabaja ya alcalde electo de Xalapa
Como debe de ser, el alcalde electo de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, ha comenzado a trabajar con miras a lo que será su administración.
Ayer se reunió con representantes de sectores productivos, de servicios y de la academia a quienes les pidió involucrarse para diseñar conjuntamente las políticas públicas del próximo gobierno en materia turística.
Empresarios del rubro hotelero, restaurantero, de servicios turísticos e investigadores de instituciones de educación pública le presentaron la propuesta para el Programa Municipal Gastronómico y Turístico 2018-2021.
El resumen ejecutivo integra las fortalezas y debilidades en materia turística que tiene Xalapa y la región, que se integra por 14 municipios aledaños de la capital veracruzana.