De alguna forma, ayer por primera vez, el gobernador Fidel Herrera Beltrán salió al paso de señalamientos –acusaciones de carácter político les llamó él– acerca de presuntas deudas de su administración, de carecer de fondos hasta para las más elementales necesidades y de un comprometedor uso del crédito autorizado por el Congreso del Estado hasta por 10 mil millones de pesos para atender los daños que dejaron los fenómenos meteorológicos que golpearon el mes pasado a la entidad.
Durante una conferencia de prensa le preguntaron si ya se empezaron a realizar los trámites para hacer efectivo el crédito, a lo que respondió que se tiene la autorización para acceder a recursos que se puedan requerir para dar los pari passus (participación financiera de los gobiernos estatales; el término viene del latín que se traduce como “con igual paso” o “en igualdad de condiciones”) a fin de hacer pagos para la reconstrucción o como complemento de los requisitos financieros del gobierno.
Textualmente le dijo a los reporteros: “Si acceden a la página de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público me gustaría explicarles, porque por ahí vi un reportaje en una revista nacional con datos totalmente infundados, con datos completamente extrapolados que hablan de créditos y endeudamiento que ni tenemos.
Tenemos el oficio de la Secretaría de Hacienda donde se establece que la bursatilización no es una deuda sino una obligación y la única que hemos hecho es la de la tenencia, tenemos libre una bursatilización por seis mil 500 millones de pesos, 25 por ciento de las participaciones federales, que no hemos hecho y una línea de crédito que aún no hemos ejecutado, de manera que estamos viviendo con las fortalezas y recursos de los ajustes cuatrimestrales de las participaciones federales” y agregó que se lleva una política financiera muy rigurosa, muy puntual y transparente que echa por tierra “todas esas acusaciones de carácter político que emitieron sin fundamento”.
No se imagina el Ejecutivo estatal con cuánto interés se ha esperado su opinión sobre el tema y cuán oportuna resulta su declaración de ayer, porque están desatados los mil y un rumores sobre la situación financiera de la administración estatal, magnificados por sus opositores quienes, muchos de ellos, según he leído, lo han acusado de hacer mal uso del crédito autorizado ¡cuando todavía ni se ha obtenido!
Pienso que lo que ha dicho ayer es un adelanto de todo el alegato que a su favor y de su gobierno hará el próximo 15 de noviembre, ya casi dentro de un mes, cuando rinda su sexto y último informe de gobierno, fecha en que seguramente se tomará todo el tiempo necesario, ya sea en la misma sesión solemne en el Congreso local o en algún acto con los sectores representativos del estado, para dar cifras, hacer cuentas, restar o sumar, multiplicar o dividir guarismos, dígitos, números, a efecto de dejar lo más claro posible la real y verdadera situación económica del gobierno que habrá de entregar.
Ayer, por lo pronto, fue directo cuando respondió que se habla de créditos y endeudamientos “que ni tenemos”.
Sobre la autorización, el diputado presidente del Congreso del Estado, Héctor Yunes Landa, en un artículo que publicó el domingo en diversos medios impresos y portales informativos y que tituló: “Por qué autorizó el Congreso línea de crédito al Gobierno del Estado”, en uno de los párrafos apunta: “Con unidad y anteponiendo siempre el interés de Veracruz, de manera casi unánime, los diputados locales coincidimos en que era necesario autorizar al Ejecutivo del Estado la contratación de esta línea de crédito, que será cubierta a más tardar en un plazo de 20 años a través de las participaciones federales que le corresponden al estado.
Es muy importante señalar que los recursos de este préstamo estarán etiquetados y por ninguna razón podrán aplicarse para pago de adeudos, bonos de marcha, pago de aguinaldos o alguna otra forma de gasto corriente. También es importante señalar que los montos están previamente especificados en cuanto a la proporción que habrá de destinarse a cada rubro, como son educación, salud, desarrollo económico, agricultura, etc. Todo está a disposición de cualquier ciudadano que desee consultarlo en forma detallada”.
Acaso porque nuestros políticos gozan de una gran desconfianza entre la sociedad y la población en general –ganada a pulso en muchos, muchísimos casos, que no es el de Yunes Landa, hasta donde lo conozco– y muy pocos los leen o les dan crédito, esas palabras del presidente del Congreso, del titular del otro poder, el Legislativo, que se supone es el contrapeso del Ejecutivo, debieron haber significado un alivio y una garantía de que, en efecto, no se hará mal uso de los recursos del crédito cuando se ejerza y haber apagado la ola de rumores que como las del mar van y vienen y vienen y van y no ha sido hasta ahora cuando ha tenido que ser el propio gobernador el que ha tenido que salir a dar la cara, como siempre, para tratar de esclarecer las cosas.
No ha dejado de llamarse la atención que Héctor Yunes Landa haya hablado que el crédito por ninguna razón podrá aplicarse para “pago de adeudos, bonos de marcha, pago de aguinaldos”, a menos que haya intentado responder precisamente a esos rumores a que me refiero y de paso dejar libre de toda sospecha al gobernador de cualquier uso de los recursos para otros fines y contra quien sus malquerientes ya están enfocando las baterías, como ocurre cada seis años con cada gobernador que está a punto de salir.
Aquí he escrito que Fidel Herrera Beltrán es un político de muchos, de todos los recursos, que ha superado obstáculos, retos, metas, adversarios, enemigos, pero que además es un hombre de sorpresas, y acaso habría que esperar una última de gran magnitud precisamente sobre el tema económico de su administración para el próximo 15 de noviembre, fecha y oportunidad que seguramente no dejará perder para rendir cuentas claras a los veracruzanos y responder a sus críticos.