No se dice pero, me imagino, de lo que se trata es de hacer cada vez más equitativos los procesos electorales en el estado. El caso es que con fecha 8 del presente se publicaron en la Gaceta Oficial del Estado los “Lineamientos Generales para el Funcionamiento del Programa de Monitoreo de los Medios de Comunicación Proceso Electoral 2009-2010” emitidos por el Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano. Algo que me llama la atención es que aparte de los partidos políticos o coaliciones, los precandidatos, candidatos, dirigentes de organizaciones políticas, así como las autoridades estatales y municipales “o cualquier otro ente público”, también serán (seremos) sujetos de monitoreo los ciudadanos. En el lineamiento número 20 fracción II se asienta que serán objeto de monitoreo: “Las actividades propagandísticas y publicitarias que realicen los ciudadanos por sí, o a través de instituciones gubernamentales, organizaciones políticas, civiles o terceros, con el propósito de promover la imagen personal de algún ciudadano, de manera pública y con el inequívoco propósito de obtener la postulación a un cargo de elección popular durante las precampañas”. Tal vez soy muy corto de entendederas pero no me queda muy claro. Si un ciudadano, usted o yo, salimos a la calle con un paraguas (ahora que llueve mucho) que nos haya regalado algún candidato o su equipo con algún logo o lema como parte de su acción electoral, que echemos manos de él y lo abramos porque le queramos sacar alguna utilidad aunque no necesariamente seamos simpatizantes de ese candidato, ¿estamos realizando, a criterio del IEV, alguna actividad propagandística y caemos en este apartado y nos convertimos en sujetos de monitoreo? En el caso de los medios, el Programa de Monitoreo contempla la publicidad en prensa escrita, prensa electrónica (páginas web), cine, pantallas electrónicas, espectaculares, bardas, unidades de servicio público (me imagino que los autobuses urbanos sobre todo) “o cualquier otro medio de comunicación para la difusión de propaganda electoral”. Me imagino que con el monitoreo a estos espacios, lo que tendremos será menos bardas con propaganda, menos espectaculares y menos camiones con anuncios, a fin de responder a algún límite que seguramente será fijado o bien para que no se rebase la cantidad en dinero que esos espacios impliquen. Un efecto positivo será que tendremos menos contaminación visual y un entorno más limpio. Habrá perdedores: los dueños de predios que alquilan sus bardas a los partidos políticos y los fabricantes de espectaculares. Me hace ruido la fracción IV, que especifica que serán objeto de monitoreo: “Los espacios noticiosos de los medios de comunicación, así como la promoción de la plataforma electoral”. Tampoco me queda claro. Si el jefe de información de un periódico o el director de noticieros de alguna televisora o el conductor de algún noticiero de radio consideran de interés periodístico entrevistar sin cobro o pago a algún precandidato o candidato sobre un tema que domine la opinión pública por considerar que eso es de interés para sus lectores, televidentes o radioescuchas ¿se fiscalizará para efectos legales electorales? Creo que aquí no se pensó en el potencial elector, en su derecho como ciudadano a recibir información, al inhibir, de alguna forma, la apertura de los medios a los actores políticos, pues ante la posibilidad de una sanción, todos los medios de cuidarán en perjuicio de la calidad informativa, amplia y suficiente. Ojo con la fracción XIV, que dice: “Para la valoración cualitativa, la Comisión considerará que las actividades propagandísticas y publicitarias se abstengan de cualquier expresión que implique diatriba, calumnia, infamia, difamación o que denigre a los ciudadanos, a las instituciones públicas o a otros partidos y sus candidatos. Quedan prohibidas las expresiones que inciten al desorden, a la violencia, así como la utilización de símbolos o motivos religiosos o racistas. En la propaganda electoral, los partidos políticos, deberán guardar respeto al honor, a la intimidad personal y familiar de los candidatos”. ¡Pero cómo se atreven! Ante la falta de ideas y de propuestas, los candidatos y los dirigentes de los partidos optan por lo más fácil: las diatribas, las calumnias, las infamias, la difamación. ¿Es qué no pensaron que en nuestro sistema todo eso es la salsa de las campañas? ¿Es que doña Carolina quiere campañas silenciosas? ¿Y luego, quién se atreverá a tirar lodo y a dar las ocho columnas a los periódicos? ¿Tendrán algún catálogo de palabras y expresiones que hayan considerado que caen dentro de esos calificativos? ¿Si así fuera cuáles son para no emplearlas? ¿Quién determinó qué se considera una diatriba, una calumnia, una infamia, una difamación? ¿Qué criterios se utilizaron? En la Gaceta Oficial del Estado se establece que el periodo a evaluar iniciará el día 15 de noviembre de 2009 y concluirá el día de la jornada electoral. ¡Caray! Cuán acertada fue la visión futurista que tuvieron escritores como George Orwell, cuya novela 1984 pinta una sociedad dominada por el Gran Hermano y donde hay una Policía del Pensamiento, sociedad en la que se vigila a todos y que a mi me viene a la memoria cada vez que voy por la calle y de repente me acuerdo que ahora en cada esquina hay cámaras que registran todos nuestros movimiento y que en alguna oficina alguien nos están observando, vigilando, monitoreando, como también las hay en los grandes almacenes, en los edificios, en las residencias de los “ricardos”, en fin, que la novela cobra vigencia en la sociedad actual, en la que el control a los ciudadanos, coercitivo o no, se halla más perfeccionado que en ningún otro momento de la historia de la Humanidad, como nos los demuestran estos lineamientos del IEV; o como Rad Bradbury, que en su novela Farenheit 451 (temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde; equivale a 233 grados centígrados) nos muestra también una sociedad en la que los bomberos tienen la misión de quemar libros ya que según su gobierno leer impide ser felices porque llena de angustia, además de que al leer, los hombres empiezan a ser diferentes cuando deben ser iguales, el cual es el objetivo del gobierno, que vela porque los ciudadanos sean felices para que así no cuestionen sus acciones y rindan en sus labores, y por tal motivo los vigila, los monitorea, como ahora, entre noviembre y julio del próximo año, nos monitorearán a todos por encargo del IEV. En fin, que monitorear será el verbo de moda. Independientemente de todo ello, ojalá y esos lineamientos sirvan para que tengamos un proceso electoral más equitativo y, viendo el lado positivo, se tienen que saludar porque, comoquiera que sea, es un ingrediente más que refleja la fuerza ciudadana que cada vez más se vuelve exigente y vigilante y reclama campañas mejores, de altura, de propuestas e ideas, transparentes y equitativas. Un efecto colateral es que los candidatos, ante la limitación que les implican esos lineamientos, también tendrán que ser mejores, se tendrán que preparar mejor, pues tendrán que usar de otros recursos, de ideas claras y propuestas viables en lugar de basura mental y lugares comunes si quieren persuadirnos para que votemos por su propuesta.
Pienso, creo, confío en que en sus sesiones, los señores integrantes del Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano aclararán suficientemente las interrogantes que planteo, que seguro que se las plantearán también los propios actores políticos, los comunicadores y los ciudadanos electores en potencia. Cierro esta columna recordando que al inicio del actual Gobierno del Estado, la diputación local panista, que entonces era mayoritaria, se obstinó en bloquear la propuesta del gobernador Fidel Herrera Beltrán para que el Procurador General de Justicia fuera el licenciado Salvador Mikel Rivera. No había argumentos de peso, sino, al parecer, sólo el capricho de quien los mal aconseja. El tiempo y el voto de los veracruzanos, que llevaron a los priistas a ser mayoría en el Congreso local, permitieron revertir la situación. En cambio, ahora cuando el presidente Calderón, panista, hizo nuevos nombramientos, entre ellos el de un nuevo Procurador General de la República, Arturo Chávez Chávez, que deberá ser ratificado por el legislativo, desde un principio, horas después del anuncio, el lunes 8 de septiembre, en declaraciones a los reporteros de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, el gobernador dijo: “… es una propuesta que el Presidente envía al Senado, que yo respetuosamente he sugerido al senador Manlio Fabio Beltrones, como ellos ya también lo tenían contemplado en los mecanismos de relación como el Ejecutivo, que se trata de una propuesta adecuada”. Como se ve, de aquí para allá hay apoyo. En cambio, de allá para acá sólo hay agresión o por lo menos el solapamiento para que diputados federales panistas y quien los maneja vengan a agredir al gobernador.