Pues no están ustedes para saberlo pero el fin de semana recorrí todas las farmacias, boticas, droguerías, tiendas de autoservicio y los mercados donde venden yerbas medicinales en Xalapa, y en ninguna, léalo bien, en ninguna  había ningún tipo de medicamentos o tés para calmar los nervios porque se habían agotado. No es para menos. Ningún futuro funcionario recibió la tan esperada señal o confirmación de que van a formar parte del gabinete y no tendrán ninguna certeza hasta que mañana por la noche pronuncie su nombre el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa.

 

Aunque algunos piensan, intuyen o se imaginan o ya en principio de palabra e informalmente les dijeron que van a ocupar tal o cual cargo, por lo que se advierte, el nuevo ejecutivo del estado guardará hasta el último minuto antes de las ocho de la noche de mañana para anunciar urbi et orbi quiénes lo acompañarán en el arranque de su gobierno.

 

Seguramente los aspirantes y suspirantes tendrán fruncido lo que se les pueda fruncir pues tampoco serán llamados a estar presentes en el Hotel Salmones donde se hará el gran anuncio y es posible que se enteren que se sacaron la lotería política administrativa a través de la televisión estando en sus hogares o a través de los portales informativos que suben la información casi en forma instantánea.

 

Está previsto que la noche de mañana todo se concrete al mero anuncio, que consumirá apenas unos cuantos minutos, sesión en la que no habrá lugar para preguntas de los reporteros, que seguramente serán un verdadero enjambre.

 

Como aquí publiqué en su oportunidad, el gobernador Duarte de Ochoa revivirá una práctica que realizó el gobernador electo Adolfo Ruiz Cortines en 1944 cuando hizo el anuncio similar en el mismo hotel de ahora. El nuevo gobernante se hará acompañar únicamente por su directora general de Comunicación Social Gina Domínguez Colío (para el efecto funcionará una sala de prensa en el Hotel María Victoria, que permanecerá para las actividades del día 1º).

 

Para tan pocos minutos pero con un gran significado histórico y simbólico, el propietario del Hotel Salmones invirtió un buen billete en rescatar un espacio que tenía muchos años abandonado dentro del propio edificio y sacó cientos –alguno de los organizadores del acto me dijo que toneladas– de kilos de basura, escombros y cosas inservibles, inversión que seguramente recuperará en poco tiempo pues es indudable que el lugar se pondrá de moda nuevamente (el bar que ahí funcionaba fue centro de reunión de los pocos reporteros que éramos en los años 80, los que entonces teníamos abierta hasta línea de crédito, así de buenos éramos para pagar siempre).

 

Los nuevos funcionarios que anuncie el nuevo mandatario rendirán protesta el miércoles en un acto que tendrá lugar en la Sala de Banderas del Palacio de Gobierno una vez que Javier Duarte de Ochoa haya rendido protesta como gobernador constitucional y en ese mismo espacio se realizará el saludo de los representantes de diversos sectores del estado, acto que tendrá un tiempo limitado ya que el nuevo jefe de gobierno estatal tendrá que volar hacia el norte para encabezar a las cuatro de la tarde el acto de colocación de la primera piedra de la que será la autopista Tuxpan-Tampico.

 

Algo que significan los organizadores es que a diferencia de tiempos pasados, no habrá ni comida ni banquete especial con motivo de la rendición de protesta y el gobernador Duarte de Ochoa se concretará a tomar un lunch a bordo de la nave que lo trasladará al municipio que gobernará Alberto Silva Ramos en el norte de la entidad. Tampoco habrá declaración de prensa (por lo menos eso se tiene previsto) fuera del mensaje inaugural. Concluidas sus actividades en el norte, el nuevo mandatario retornará por la tarde-noche a Xalapa porque a partir del día 2 tendrá una agenda de trabajo muy cargada.

 

Por otra parte, para atender a toda la prensa (se tiene confirmado que vendrá destacados periodistas del Distrito Federal que se sumarán a los del estado) funcionarán dos salas de redacción en el Congreso más la que estará en el Hotel María Victoria. De todos modos, para que todos los veracruzanos estén bien informados, la ceremonia de transmisión de poderes será cubierta a través de una cadena de radio y televisión en vivo. Y de ahí, a escribirse una nueva historia.

 

Pero, decía al principio, no hay calmantes de ningún tipo ahora en las farmacias de Xalapa. Según me dijo un interesado, la semana pasada no fue fácil, me imagino que para ninguno de los que aspira, y no respirarán a gusto hasta minutos después de la ocho de la noche de mañana.

 

Mientras –no entiendo cómo esto es posible cuando se sabe de lo veleidosa que es la política–algunos conocidos míos se han atrevido a cruzar apuestas sobre si a tal cargo va a llegar equis o ye. Por lo que me han dicho, algunos están totalmente perdidos.

 

Lo cierto –ya lo he escrito con anterioridad– es que quien  vaya a ser secretario o subsecretario y demás no interesa al grueso de la población pues –me han dicho muchos– en nada les beneficia, al contrario, no han faltado quienes ante tanto manejo de nombres, ríos de tinta en los periódicos, comentarios en columnas políticas, reaccionan con enojo: “son los nuevos que llegan a robar”, “serán los nuevos ricos”, “Dios nos agarre confesados”, “son igual que los demás”, etcétera, etcétera, lo que refleja la mala imagen que tiene la clase política pero lo que sin duda representa también una oportunidad para  demostrar que es posible revertir esa percepción. Sí, claro, interesa a quienes ven algún beneficio directo o indirecto. Creo que en el fondo lo que de verdad nos debe mantener atentos es  que cumplan con la responsabilidad que asuman y que se conduzcan con toda honestidad y honradez, lo que es pedir mucho en un medio como el nuestro, aunque, creo yo, sí es posible. Ya veremos en los próximos seis años.