Muchas cosas se le pueden cuestionar a Américo Zúñiga Martínez, menos que no tenga experiencia política y administrativa.
El viernes pasado descalificó el mal trabajo de su sucesor en la alcaldía de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero.
Lo hizo en medio de una disputa por señalamientos de la actual administración contra tres excolaboradores suyos.
Mencionó el actual dirigente estatal del PRI que hay un lapso de seis meses desde el momento en que se gana una elección hasta que se toma la administración.
“Ya debiste haber aprendido, empapado y creo que el primer día que tomas un cargo debes estar listo para esta encomienda”.
Dijo que la curva de aprendizaje no se da en la responsabilidad ya que eso genera errores administrativos “incluso delitos”.
“Tienes que estar preparado para el cargo desde el primer día. Esto no tiene curva de aprendizaje, creo que tiene otro nombre”.
Arremetió entonces: “Llevan cerca de 10 meses echando culpas a la administración pasada incluso hasta de los baches nuevos que salen, la culpa es de la administración pasada y eso es a todas luces una cortina de humo ante lo que vemos en Xalapa, una gravísima falta de obra pública, un terrible subejercicio, una absoluta y nula competencia por parte del gobierno municipal y todo esto tratando de ocultarse”.
En Américo, eso creo, habla la experiencia en la función pública. A mi juicio, sabe lo que dice.
Por lo que vivimos a diario los xalapeños, nativos y adoptivos, creo que no le falta razón en su crítica a la actual autoridad municipal.
Hipólito ha resultado una decepción total. Llegó al cargo sin ninguna experiencia política y administrativa y, por lo que se ve, en ocho meses como alcalde no ha aprendido o no ha querido aprender a gobernar.
Seguramente como investigador es muy bueno e impresiona su trayectoria académica, pero una cosa –no cabe duda– son los libros, los proyectos, la teoría, los campus y otra la realidad y el ejercicio para ofrecer resultados.
Me pregunto qué pasa, qué le pasa, que lleva ya ocho meses y entró a nueve como presidente municipal y Xalapa se quedó estancada o incluso vive un retroceso porque no hay solución a los problemas que aumentan.
En las redes sociales los vecinos denuncian los problemas que vive la ciudad e incluso ilustran con fotos; yo mismo he señalado en este espacio la falta de servicios públicos o su pésima calidad. La respuesta de la autoridad municipal ha sido nula.
El área en la que me muevo a diario comprende la Quinta de las Rosas, a la que asisten a diario cientos de personas de la tercera edad a realizar las más diversas actividades.
Gobiernos anteriores se preocuparon incluso por colocar enfrente de la entrada principal una pequeña rampa-tope para obligar a los vehículos a frenar y que puedan pasar los adultos mayores.
Hoy día lleva meses, creo que casi todos desde que asumió la actual administración, que el tramo de la avenida 20 de Noviembre, donde se ubica, permanece a oscuras porque no sirve el alumbrado.
Si eso sucede casi en el centro histórico, cómo estarán en las colonias y en la periferia de la capital.
Me pregunto qué hace el regidor del ramo de alumbrado y por qué el alcalde no se preocupa por vigilar que funcionen bien los servicios públicos.
O qué hace el regidor de obras públicas, que calles y avenidas están destrozadas y ya no tienen baches sino verdaderos hoyancos.
O el de jardinería (o como se le llame su comisión), que no cuida que no broten plantas en los arriates o banquetas que impiden el paso peatonal y agrietan el pavimento.
¿Quién hace qué? ¿Quién hace algo?
Si incluso no hay interés por el bienestar de los xalapeños, al menos Hipólito debiera preocuparse por el grave daño que le está causando a Morena y a su amigo el gobernador electo Cuitláhuac García.