“Es pura grilla, ya sabes de quien”, fue el comentario que ayer temprano me hicieron del círculo más cercano del secretario de Finanzas y Planeación, Tomás Ruiz González, acerca de lo que se publicó de que estaba confirmado que el ex subsecretario de Hacienda había presentado su renuncia al cargo. “No hay nada, todo está tranquilo, el secretario está trabajando”. ¿A quién se referían con ese “ya sabes quien”?, no me lo dijeron, pero lo cierto es que antes de que asumiera funciones la actual administración hubo una campaña mediática de grandes proporciones en contra del actuar titular de la Sefiplan aprovechando un incidente en el que se vio involucrado. Por entonces, en el mes de noviembre, una media mañana en que tomamos café, Tomás me comentó que en efecto había personas interesadas en que no llegara al cargo, que cuando –por esas fechas– no obstante que ya se había acordado una reunión con su antecesor como parte de los trabajos de entrega-recepción, a la mera hora le habían puesto pretextos para no recibirlo, que sí, que las finanzas del estado no estaban nada bien y que tal vez el interés en que no asumiera la titularidad de la Sefiplan era porque él no iba a dejar que nadie metiera mano en los recursos del estado.

“Los nuevos alcaldes están dando sus primeros pasos. Por un lado, felices por haber recibido la votación o aprobación popular; por otro lado, inquietos tratando de otear el horizonte para ver lo que se pueda hacer con los medios o el presupuesto asignado. Se espera que lo hagan bien y no roben. Porque por desgracia en cuanto el arca está abierta hasta el justo peca, como dice el refrán. Recibir la confianza de los ciudadanos es una gran cosa, pero es todavía más grande el no defraudar, el no robar. Lo decimos con todas sus letras, porque hace falta que los ciudadanos estén alertas. Por un lado pueden hacer sugerencias para el bienestar de las poblaciones y por otro lado, deben cuidar que el dinero de todos no vaya a parar a manos privadas.”

Esto no lo dijo ningún líder social verdaderamente independiente y crítico –si es que todavía queda alguno por ahí– ni ningún diputado del PRI o de oposición preocupado realmente por los intereses de la población; no, es el editorial publicado –y ahí lo leí– en el semanario Alégrate del pasado domingo, órgano oficial de la Arquidiócesis de Xalapa, cuyo presidente es ni más ni menos que el mismísimo monseñor Hipólito Reyes Larios, jerarca de la Iglesia Católica en Veracruz.

Nunca antes que yo recuerde el clero en el estado se había pronunciado en forma tan directa y con un lenguaje inusual sobre tema alguno, ni expresado su sospecha ni su desconfianza contra autoridad alguna, que eso se entiende cuando piden a los nuevos alcaldes que no roben, que no se dediquen a robar, lo que da pie a entender que si se los piden es porque sucede.

Lo cierto es que desde hace ya un buen tiempo la Iglesia en Xalapa mantiene una actitud  propositiva sobre asuntos de interés público y hasta políticos pero también crítica, de señalamientos, de denuncias e incluso de velada o casi abierta inconformidad. Por los informes que tengo, ello se debe al Director de la publicación y también de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis, el presbítero José Juan Sánchez Jácome, un religioso considerado como de izquierda radical, dentro de la Iglesia, claro está. Por demás está decir que a mí me gusta esta actitud progresista del clero, pues por el peso de la voz que tiene y por su influencia sobre la gran colectividad católica que es la veracruzana hace conciencia entre su feligresía y la alerta contra abusos de los servidores públicos como en el caso de los alcaldes, y, quiérase o no, está contribuyendo a crear una nueva sociedad alerta, vigilante, crítica, exigente.

Alégrate cumplió seis años el 2 de agosto del año pasado y en su oportunidad comenté que esa publicación, que circula en los templos y parroquias de la Arquidiócesis y por el que se pide una cooperación de tres pesos, ¡tiene un tiraje de más de siete mil ejemplares!, por lo que sus asertos cuando se refieren a asuntos de interés público y político llenan el vacío que lamentablemente dejan los medios cuando soslayan temas que afectan a la colectividad.

Se llama “Escuela de Manejo 1x1” y tiene el teléfono 8184558 de Xalapa, según ostenta por dondequiera el coche-escuela de color negro. Ayer alrededor de las diez de la mañana vi dicha unidad que era conducida por una persona de edad por el rumbo del kínder Pestalozzi, cerca del cuartel San José, ¡pasándose todos los altos de los semáforos! Más tarde, cuando marqué a ese número telefónico para cerciorarme si en efecto se trataba de una escuela de manejo se me dijo que sí, pero cuando les hice notar su falta, el hombre que me contestó, que se supone era quien iba manejando, colgó de inmediato. ¿Quién supervisa dicha “escuela” de manejo? ¿Funciona legalmente? ¿Su propietario o director o instructor tiene alguna licencia que lo acredita como instructor capacitado por alguna institución competente? ¿Y las autoridades de Tránsito?

Por cierto, cruel pero ya quedó más que probado. De pronto, el pasado viernes, sin necesidad de ejes viales ni un hoy no circula se acabó el problema vial de Xalapa. Por donde quiera se podía andar en vehículo sin problema alguno, ni embotellamientos, ni bloqueos, ni largas colas, ni carros mal estacionados y en las grandes plazas comerciales los cajones de los estacionamientos estaban prácticamente vacíos; atravesaba uno la ciudad de este a oeste y de sur a norte en unos cuantos minutos. Unas cuantas “rafagueadas” de vez en cuando podrían ser el gran remedio que tanto se ha buscado y nadie ha dado con él.

Bien por el alcalde de Poza Rica, Alfredo Gándara Andrade. Los lunes, como ayer, temprano, acude a las escuelas a encabezar el acto de honores a la Bandera. Ahí convive con los niños a los que estimula con material didáctico y equipos deportivos. Lo que busca es fomentar los valores cívicos tan necesarios hoy día.

Mi abrazo también, con todo mi afecto y solidaridad, para mí querida compañera y excelente periodista Ylia Ortiz Lizardi, Directora del portal www.alcalorpolitico.com, por la pérdida de su hermano Enrique.