Como en los tiempos cuando era el partido político dominante, el comité estatal del PRI prepara para el martes 14 la asunción de Marlon Ramírez Marín como nuevo presidente del otrora partidazo.
Con toda anticipación han repartido las invitaciones para el acto que tendrá lugar en el Club Libanés de Boca del Río. La nueva secretaria general del Comité Directivo Estatal será Arianna Ángeles Aguirre.
Regidor del ayuntamiento de Veracruz con licencia, exsubsecretario de Gobierno, exsecretario de Fiscalización del Congreso local y exsecretario de Organización del CDE, Marlon será el primer presidente que asuma la dirigencia de su partido en las peores condiciones, lo que lo enfrentará a muchos retos.
El PRI en Veracruz tiene una base de militantes muy disminuida, su economía es la peor en su historia, sufre el rechazo y la desconfianza ciudadana, carga con la división interna por el control de la dirigencia y no tiene, como hasta no hace mucho, el apoyo del gobierno del Estado.
Ramírez Marín tiene oficio político, sabe operar (como lo demuestran las reuniones que ha tenido con dirigentes y organizaciones luego de que confirmaron su triunfo en la elección del pasado 28 de abril), conoce bastante bien la geografía estatal y a sus grupos políticos, es conciliador y busca sumar, tiene ganas de trabajar pues buscaba la dirigencia estatal desde 2017, y se pone la camiseta de su partido.
Es posible que integre a su dirigencia a mujeres que han ocupado cargos políticos o funciones en el gobierno (federal y estatal) y que por lo mismo lo ayuden a recuperar parte de la militancia que se ha ido de las filas tricolores, no obstante todo eso su tarea no es fácil y será titánica.
Habrá que ver si asume en forma abierta su posición opositora y convierte a su partido en el contrapeso necesario al grupo de Morena en el poder, contrapeso saludable si lo ejerce con responsabilidad pues ahora no hay ninguna corriente política que intente contener el ejercicio avasallante del gobierno moreno.
Recupero ahora parte de un texto que publiqué en “Prosa aprisa” el 12 de junio de 2015 (“Marlon falló con Anilú y se fue”) que daba cuenta del cumplimiento de su palabra:
“El diario Notiver manejó ayer en exclusiva en su primera plana que el subsecretario de Gobierno, Marlon Ramírez Marín ‘¡Cae por el carolinazo!’ y ofreció dar detalles este viernes. En su columna ‘Sale y Vale’ se dijo que ‘En las próximas horas’ se sabría de su salida y ‘que en una muestra de vergüenza y honestidad presentó anoche su renuncia al gobernador...’.
En efecto, Marlon había dicho que si perdía Anilú presentaría su renuncia. Y es que días antes de la elección, cuando los dirigentes del PRI estatal fueron a informar al gobernador Javier Duarte y a entregarle las encuestas, que coincidían con otra que había realizado el portal RadioVer.com de Juan Antonio Nemi Dib, que mostraban que Anilú estaba hasta abajo, Marlon dijo que estaban mal, que la candidata iba bien tanto que si perdían presentaría su renuncia. Ingram Vallines se confió y perdió. Marlon se fue antenoche, la noche del miércoles.
Acaso a eso se refiere la columna periodística del diario jarocho cuando cita que fue ‘en una muestra de vergüenza y honestidad’. Seguramente el subsecretario de Gobierno fiel a su ofrecimiento fue y presentó su renuncia. Y se la aceptaron”.
En aquel año el entonces gobernador Javier Duarte encargó a Ramírez Marín sacar adelante la candidatura a diputada federal por el distrito de Veracruz de Anilú Ingram (hoy una de sus fuertes apoyadoras), pero perdieron ante la candidata panista Gabriela Ramírez.
Ahora, otra tarea del nuevo dirigente, además de reconfigurar la estructura de su partido, será obtener el mayor número de triunfos en las elecciones intermedias de 2021, casi exactamente dentro de dos años, cuando se renovarán los Congresos local y federal y los 212 ayuntamientos. A eso tendrá que dedicarle también mucho empeño.
En el PAN, entrampados
Mientras que en el PRI ya resolvieron la renovación de su dirigencia, en el PAN están entrampados y si bien se aferra a la presidencia José Mancha, la autoridad electoral ha determinado que no triunfó en la elección que se celebró para renovar el CDE pero tampoco le otorgó el triunfo a su competidor Joaquín Guzmán Avilés, por lo que habrá de celebrarse nueva elección.
Si este vuelve a competir se da por sentado que ganará, pero mientras tanto el tiempo ya corre y la indefinición retrasará los trabajos para que también renueven su estructura o afiancen la que tienen, y para que la nueva dirigencia comience a perfilar a los militantes con los que competirá en 2021.
Al margen de la dirigencia formal, trabaja ya una estructura paralela encabezada por la familia Yunes Linares Márquez, que buscará crear las condiciones para que nuevamente vuelva a repetir como candidato a la gubernatura Miguel Ángel Yunes Márquez.
Partido alterno
A los partidos políticos tradicionales PRI y PAN se habrá de sumar por lo menos un nuevo partido político estatal, aunque existen varios grupos que pretenden alcanzar su registro también.
El que más se ve que trabaja es Podemos, que ha estado realizando puntualmente sus convenciones regionales para cumplir con la ley, y además está haciéndose del número de militantes requerido como requisito legal.
El tricolor y el blanquiazul tienen un voto duro todavía aunque ya reducido y Podemos puede capitalizar la división que se da en esos partidos para recibir a los inconformes, pero también a quienes están decepcionados con Morena pero ya no quieren regresar al PAN o al PRI.
Movimiento Ciudadano y el PRD se mantienen como partidos políticos minoritarios y si la oposición se atiene a lo que deje de hacer Morena o a los errores de sus militantes en el gobierno y no trabajan para avanzar por méritos propios, se ve difícil que logren recuperar terreno luego del desastroso resultado para ellos en la elección de julio de 2018.
A 24 meses para la elección de 2021, por lo pronto no se ve que esté en peligro la mayoría que obtuvo Morena el año pasado, que en el próximo proceso electoral irá en alianza con el PT y el PVEM.