¡Vaya manera de reprender en la nueva administración a un secretario de despacho! Llama la atención la forma en que desde el gobierno mismo han amonestado al secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesca (Sedarpa), José Tomás Carrillo Sánchez, para quien no ha habido ninguna consideración y se le ha exhibido públicamente.
Al diputado federal con licencia se le acusa de no entender la nueva dinámica de trabajo que quiere y exige el mandatario estatal, Javier Duarte de Ochoa, “quien pide orden, resultados y eficacia en la administración pública”.
Se le reprocha que el mandatario depositó en él su confianza para que relanzara el sector agropecuario y que “hasta hoy no hay un solo viso de que la Sedarpa esté en mejores manos que en el gobierno anterior”.
Se le señala que no ha querido o no ha podido “acabar con inercias que perjudican seriamente al sector agropecuario”.
Se le hace responsable de que la burocracia, la falta de atención a las demandas de los productores, “el exceso de grilla por encima de trabajo y resultados, ahogan literalmente a la dependencia”.
El fuego amigo es duro y descarnado. Lo acusan de indolencia, ineficacia y falta de compromiso con el proyecto “de un gobierno ordenado y austero que propugna el gobernador”.
“Y para muestra, un botón: mientras a nivel estatal se promueve el ahorro y el uso racional de recursos humanos y materiales, hace unos días el titular de la Sedarpa puso a consideración de la Sefiplan una solicitud de ampliación presupuestal para gasto corriente, es decir, pago de nuevas plazas, por la cantidad de 3.5 millones de pesos al mes”. ¿Para quién habrá querido las nuevas plazas?
Llama la atención que ante todo de lo que se le acusa, no se le llamó al despacho del ejecutivo y en privado lo pusieron como camote, alguien escuchó y lo filtró a la prensa, o en una reunión de gabinete el gobernador le reclamó y lo exhibió ante sus demás compañeros y también alguien se lo comentó a algún columnista. No. Se apeló a la vara, al palo, al chilillo mediático, enviando el texto acusador a diversos columnistas quienes lo publicaron con su firma sin siquiera modificar los párrafos para dar la apariencia de que era una información investigada suya. De que el comentario salió del mismo gobierno lo confirma el manejo de la cifra de la ampliación presupuestal que solicita el secretario, pues nadie más podía saberlo, a menos, claro está, que el propio Tomás Carrillo hubiera querido denunciarse públicamente.
A través del mensaje se le manda decir al cuenqueño que es “manifiesta” la molestia del gobernador con él; que ha defraudado su confianza; que el ejecutivo Duarte de Ochoa “no está dispuesto a tolerar más esa situación”. Lo emplazan, le advierten, ¿le avisan?, que “podría ser el primero en abandonar el gabinete”. ¿Se ha tratado sólo de una advertencia, lo que en el lenguaje político se conoce como un “calambre”? O con ese “… no sería extraño que en los días por venir Tomás Carrillo anuncie su reingreso a la diputación federal para dejarle el espacio a alguien que realmente entienda el nuevo estilo de gobernar en Veracruz” ¿le están enviando el mensaje cifrado para que renuncie y se vaya?, ¿le están diciendo que ya no lo quieren?
Queda claro también que con ese “Tomás Carrillo puede ser otro gran hit del gobernador Duarte de Ochoa, quien mandaría un claro mensaje al respecto a sus colaboradores en el sentido de que trabajan y dan resultado, poniendo a Veracruz por encima de sus intereses particulares o políticos, o más vale que vayan buscando otra ocupación” están haciendo una advertencia a los demás miembros del gabinete y del gobierno para que se alinien o se alinien.
Me atrevo a especular con base en información sobre cómo se está operando desde dentro. Además de la indolencia, ineficacia y falta de compromiso de que acusan a Tomás Carrillo, cuando se habla de que “en el cuenqueño el mandatario depositó su confianza para que relanzara al sector agropecuario” y luego lo acusan de “exceso de grilla por encima de trabajo y resultados”, de que debe poner “a Veracruz por encima de sus intereses particulares o políticos” y de que “Duarte de Ochoa no está dispuesto a tolerar más esa situación”, tal vez lo agarraron orinándose fuera de la bacinica, es decir, no sería nada raro que le hubieran interceptado llamadas telefónicas grillando al gobernador Duarte con “alguien” que tuviera algún interés por estar molesto. Acaso por eso le reprocharían que no obstante que confiaron en él, atiende sus intereses particulares o políticos grillando por encima de “Veracruz”. A otros funcionarios de menor nivel ya los apretaron de ya se sabe dónde pues hay grabaciones de que estaban filtrando
información y traicionando con ello la confianza y oportunidad que les dio el nuevo gobernador. Acaso por eso no han tenido piedad ni compasión con Tomás Carrillo.
Lo que queda claro es que el gobernador ya le perdió la confianza y en política eso es grave para un funcionario, pero más para –por el cargo que tiene– la vida productiva del estado, para los intereses de Veracruz. Lo han de tener, lo habrán de tener bajo estricta vigilancia. Tomás Carrillo debiera jalar la maleta, guardar sus cosas y marcharse e incluso no esperar a ser otro hit del ejecutivo. Debe ofrecer una explicación de porqué su indolencia, ineficacia y falta de compromiso. Incluso, independientemente de cualquier consideración estrictamente política si es cierto que pidió más presupuesto como seguramente lo pidió de otra forma no se lo hubieran sacado a relucir, 3.5 millones de pesos más para crear nuevas plazas, es indudable que no es capaz de hacer más con lo mismo e incluso más con menos como ha estado pidiendo su jefe que se haga.
Le queda el amortiguador de volver a su curul en la Cámara de Diputados, pero siendo como es el sistema político nuestro, después de la exhibida púbica oficial que le han pegado, seguramente la bancada priista veracruzana lo congelaría, por el resto del sexenio no sería bien visto en los círculos políticos del estado, y, lo peor, seguramente también muchos paisanos y representados suyos de la cuenca le volverían la espalda, y más como son en la cuenca.