Nuevamente tiene que reconocerse el campanazo que dio el gobernador Javier Duarte con su iniciativa para otorgar el pago de una pensión a deudos de miembros de las fuerzas armadas que pierdan la vida en el cumplimiento de su deber en territorio estatal.

El miércoles 17 de febrero el Congreso local aprobó dicha iniciativa, con lo que los beneficiados recibirán una pensión de casi 24 mil pesos trimestrales. El estímulo, se dijo, es como un homenaje a todos los que participan en la lucha contra la delincuencia organizada y pierden la vida.

Digo que tiene que reconocerse que fue un verdadero acierto del ejecutivo estatal tanto y de tal magnitud que aunque sin darle crédito el propio presidente Felipe Calderón decidió copiar tal medida y dos días después de la aprobación que se hizo en el Congreso de Veracruz el titular del Poder Ejecutivo Federal anunció el día 19, Día del Ejército, una pensión vitalicia no menor a 10 mil pesos para la viudas de los soldados caídos.

Pero más –y hay que colgarle al gobernador  todas las medallas que merece–, el general René Carlos Aguilar Páez, comandante de la VI Región Militar, confirmó que varios estados más del país promoverán iniciativa similar a la de Veracruz, empezando por Puebla, Tlaxcala, Tamaulipas y Chihuahua.

Así, el gobernador Duarte demostró cómo sin necesidad de hacer desfiguros como los que ha hecho Felipe Calderón, quien un día se disfrazó con una gorra y una camisola (que le quedaba grande, por cierto, y le colgaban las mangas) del Ejército, otro se subió a un avión de la Fuerza Aérea Mexicana y un tercero montó en un caballo para cabalgar al lado de cadetes; cómo, decía, con medidas efectivas y no sólo con poses para la foto, es posible ganarse el respeto, la admiración y el agradecimiento de los hombres de verde olivo, que hoy por hoy son la institución de verdadera fuerza en el país. Ni hablar. Honor a quien honor merece. No hay que regatearle al gobernador Duarte lo que con medidas atinadas se ha ganado.

Fue el pasado 10 de febrero cuando el Diario de Xalapa publicó en su primera plana una información dando cuenta de que el ISSSTE está otra vez sin medicinas e ilustró la nota con una fotografía en la que se ve una larga “cola” de derechohabientes sin ser atendidos.

Si no es exactamente el mismo caso, también hay problemas con las farmacias Las Torres al servicio de los trabajadores académicos de la Universidad Veracruzana en Xalapa, de lo cual quien sabe si ya las autoridades universitarias están enteradas.

La principal de dichas farmacias está adjunta a los consultorios de los médicos al servicio de los trabajadores de la máxima Casa de Estudios en la avenida Murillo Vidal y el problema se nota más ahí ya que es donde los derechohabientes pasan un verdadero calvario.

Normalmente para ser atendidos hay que hacer “colas” y esperar hasta media hora o más para que al trabajador o al familiar le toque su turno para que le reciban su receta, pero luego resulta –y es lo más común–, que los empleados de dicha farmacia salen con que no hay medicamentos.

Prácticamente no hay un solo trabajador al que le surtan completa su receta. Siempre quedan a deber uno, dos o más medicamentos y, según, toman nota para pedirlas a los distribuidores y piden que vuelva el interesado por la tarde o al otro día o luego piden al derechohabiente que llame al teléfono de dicha farmacia y, adivinó usted: ¡nunca responden!, y, así, ahí se van llevando a los trabajadores o a sus familiares y ha habido casos en que pasa un mes y no surten.

Ante el enojo y la irritación de los trabajadores de la UV, los empleados de la farmacia arguyen que el medicamento llegó pero que se acabó enseguida porque sólo surtieron tres unidades, el caso es que es un verdadero calvario hacer “colas” y estar yendo a ver si ya hay medicamentos, y resulta frustrante perder tiempo para nada.

Quién sabe dónde están los líderes del sindicato que no intervienen para resolver el problema y quién sabe si las autoridades de la UV están enteradas de lo que pasa o quién sabe si es que deben dinero a los dueños de la farmacia y por eso no surten.

¿Hay algún “interés” de por medio para no rescindir el contrato de la prestación de servicios a dicha farmacia? ¿Cuánto dinero no se estará perdiendo ante la pérdida de tiempo que sufren los trabajadores haciendo “colas” o yendo y viniendo sin resultado alguno?

Así, los derechohabientes del ISSSTE deben saber que en su penar no están solos.

Parece que los efectos del orden en las finanzas estatales que pretenden el gobernador Javier Duarte y el secretario de Finanzas Tomás Ruiz empiezan a sentirse, pues según empresarios dedicados a la prestación de servicios sus negocios aunque sea en forma mínima empiezan a repuntar.

Seguramente podrán sentirse totalmente tranquilos cuando en abril, según tienen comprometidas las autoridades, se acabarán de pagar todos los adeudos pendientes, lo que necesariamente habrá de repercutir en los trabajadores, los que su vez podrán consumir más y ayudar a recuperarse a hoteles, restaurantes, empresas turísticas, etcétera.

Sé del afecto, el reconocimiento, el cariño y el agradecimiento que tenía el secretario de Educación, Adolfo Mota Hernández, por el maestro José “Pepe” Iturriaga, quien murió el sábado. Se podría afirmar que fue su padre político. Por eso le expreso mi solidaridad por la dolorosa pérdida que para él significó la muerte de don Pepe.