En tiempos de crisis, más cuando es causada por una amenaza a la salud e incluso a la propia vida de la población, se impone la unidad pero también la solidaridad.
La pandemia de coronavirus todavía no nos impacta de lleno pero por la experiencia de Europa sabemos que no solo es mortal sino asoladora.
La unidad es necesaria para hacerle frente a lo que para nosotros hasta ahora es desconocido aunque tenemos referencias de la mortandad que puede causar.
La solidaridad se hace obligada para apoyarnos unos a otros sin ningún distingo y sin ninguna exclusión o discriminación. Al buey en la barranca solo se le puede sacar entre todos.
Ante la magnitud del problema, en Madrid ayer fueron habilitados los dos primeros hoteles medicalizados para atender a pacientes afectados mientras se recuperan.
La medida se tomó entre el Gobierno de la Comunidad de Madrid y la Asociación Empresarial de Hoteleros de Madrid, que ofreció su colaboración permanente y puso a disposición más de 40 hoteles con una capacidad de alrededor de 9,000 camas.
¿Daña en algo al gobierno que particulares, la iniciativa privada madrileña ayude no obstante que, ciertamente, los hoteles no son hospitales?
Al contrario, le quitó una gran carga y le resolvió un problema ante lo saturados que están los nosocomios. El gobierno lo tomó bien y aceptó la ayuda.
Claro, hablo de un país desarrollado, verdaderamente democrático, con un alto nivel de profesionalización de sus autoridades que anteponen el verdadero interés común por sobre cualquier otro. En México se diría, que no tienen telarañas en la cabeza.
Apunto todo lo anterior porque no me explico la actitud mezquina, excluyente, centralista de las autoridades de Salud del Gobierno del Estado ante el problema que ya comienza a presentarse.
En este espacio me referí ya al caso del empresario del puerto de Veracruz que, socialmente responsable, alertó que una hija suya había dado positivo en coronavirus luego de haber retornado de España.
De ello tuvo la certeza porque acudieron a un laboratorio privado tan pronto supo de los síntomas de ella. Tan fue efectivo el diagnóstico que finalmente, a regañadientes, se ignora por qué, el gobierno estatal terminó aceptando el caso, el primero oficialmente.
Quedó demostrado que el laboratorio privado está profesionalmente capacitado para atender casos como el que se comenta y que, afortunadamente, hay un sector de la población con capacidad económica para pagar sus servicios.
¿Dañó en algo a la institución gobierno que un particular con posibilidades económicas haya atendido cuanto antes a su hija lo cual seguramente le salvó la vida?
Gracias al oportuno diagnóstico y porque pensó en los demás, en una actitud que tiene que reconocérsele, el responsable padre al alertar del caso de su hija haciéndolo público en las redes sociales sin duda también puso a salvo a mucha población, que entonces tomó precauciones.
Por eso extraña la posición oficial del Gobierno del Estado de prohibir a los propietarios así como a los responsables de los laboratorios clínicos privados que realicen las pruebas “pues de lo contrario podrían hacerse responsables de acciones legales”.
“Los Laboratorios de Análisis Clínicos de iniciativa privada no están autorizados ni facultados para llevar a cabo la toma de muestra, realización de la prueba y diagnóstico molecular, ni publicidad de algún tipo en que se ofertó dicho estudio” (alcalorpolitico.com, 19/03/2020).
El oficio es de la Dirección de Protección Contra Riesgos Sanitarios y de la Subdirección de Operación Sanitaria y autorizaciones del Departamento de Vigilancia Sanitaria, cuya titular es Elena de la Cruz Herrera Cogco.
Que el gobierno lleve un control es necesario, pero que centralice la realización de las pruebas y que prohíba a los laboratorios privados a que las hagan es no tener sentido de la gravedad de la situación.
No quiero pensar qué va a pasar si nos llega el problema, se multiplican los casos, se rebasa la capacidad del gobierno para atenderlos y necesitan entonces del apoyo de esos laboratorios. Se negarán a actuar porque ya han sido amenazados con acciones legales y a los únicos a los que dejarán indefensos serán a los afectados.
Qué estrechez de miras. ¿Es que van a actuar legalmente contra el laboratorio que diagnosticó el caso de Veracruz por haber actuado con responsabilidad y en forma profesional? ¿No debieran mejor agradecerle que los haya ayudado a detectar el primer caso?
Si tuvieran tantito sentido profesional, si pusieran por delante la salud de la población antes que su “autoridá”, debieran alentar a los laboratorios privados a ayudarlos tomando muestras y compartiendo estudios y resultados con ellos para confirmarlos o desecharlos, sin que dejaran de reconocer la rectoría del Estado.
¿Es que acaso no se dan cuenta que la población desconfía de ellos cuando han mentido sobre la solución a la escasez de medicamentos, como por ejemplo para combatir el cáncer, o porque no han podido controlar la epidemia de dengue?
Debiera de preocuparles que su actitud de soberbia, de yo, primero yo y únicamente yo, ha llevado a la población a rebasarlos ignorándolos y saturando el Hospital de la Beneficencia Española en el puerto de Veracruz para hacerse la prueba (nota de Wilber Vázquez, alcalorpolitico.com, 19/03/2020).
Quiero pensar que los interesados actuaron así por desconfianza en las acciones de gobierno luego de que vieron al propio presidente de México, al jefe de los de acá, presumir amuletos para combatir el mal.
¿Piensan ir a clausurarlo y a detener a los directivos?
Si en un caso tan serio que requiere de la unidad y de la solidaridad de todos actúan así, en adelante ningún particular va a tratar de ayudarlos cuando se presente un problema grave aportando sus servicios profesionales en caso de que se requirieran.
¿O es que no quieren que los laboratorios particulares confirmen que no son dos los casos confirmados hasta ahora de coronavirus en Veracruz sino muchos más, como se teme, y quede al descubierto que han estado encubriendo la situación real?
Hay múltiples muestras de que no pueden, que solos no pueden, y aparte no se dejan ayudar. Esa ha sido la constante. Veracruz sufre.