Bien se puede fijar el domingo 13, el que acaba de pasar, como el inicio de la confrontación abierta entre el panismo y el gobierno del estado, un enfrentamiento que a medida que pasen los días y se acerque el inicio del año electoral que desembocará en las elecciones presidenciales del próximo año se irá recrudeciendo.

El mensaje que pronunció el gobernador Javier Duarte el domingo en la convención estatal del  PRI donde se dio el relevo de su dirigencia tiene todos los visos de haber sido la respuesta a las críticas que hicieron los blanquiazules a su gobierno con motivo de sus primeros cien días.

El viernes 11, Enrique Cambranis Torres, presidente del PAN en el estado, acompañado por todos los integrantes del Comité Directivo Estatal, señaló lo que ellos consideran una serie de desaciertos y errores del gobierno del estado y lamentó que después de cien días de la nueva administración no se sepa cuál será la política estatal para poder anunciar que “Vamos para adelante”, agregando que en ese lapso quedó demostrado que el actual es un gobierno sin plan, sin rumbo y que gasta a capricho sin proyectos concretos para la sociedad. Su crítica fue bastante ruda y sin ninguna consideración lo que desnudó la que se supone es una buena relación entre el nuevo gobierno y las distintas formaciones políticas.

“En adelante –dijo Duarte el domingo– habremos de marchar con renovada actitud partido y gobierno… Nos unen principios, compromisos con la ciudadanía y nos une la congruencia… que nos obliga a atender lo verdaderamente importante y rechazar la descalificación carente de ideas, el enfrentamiento estéril que poco aporta a la construcción de acuerdos y mucho daña a la sociedad”.

Vino entonces un párrafo advertencia que bien puede considerarse como el hito que marca el fin de la luna de miel entre el gobierno priista y la oposición panista que se vivió durante apenas cien días: “Como gobernador he sostenido mi convicción de ejercer un gobierno en condiciones de igualdad, de apertura y sin distingos partidistas. Pero que no se piense que el diseño, la conducción y el impulso de las políticas públicas son carentes de propósito, de metas claras o de compromiso ideológico; habremos de impulsar aquellas políticas públicas que sin dejar de escuchar ni cancelar a ninguno su derecho respondan a los ideales del Partido Revolucionario Institucional”.

Casi para finalizar respondió a la afirmación blanquiazul de que su gobierno no tiene plan ni rumbo: “El PRI de Veracruz (se entiende el PRI-Gobierno, el gobierno mismo, su gobierno) tiene ruta y tiene rumbo”. Y se abrieron, así, las hostilidades. Comenzaron los escarceos PAN vs Gobierno del Estado.

No obstante que el gobernador quiso guardar las formas –hasta en donde en estos casos se pueden guardar o hacer como que se guardan– no respondiendo desde el Palacio de Gobierno o en un acto oficial o haciendo declaraciones en días hábiles sino en un acto de partido, en un día de descanso como se dice ahora en el lenguaje oficial con respecto a sábados y domingos, seguramente a partir de ahora serán más frecuentes las críticas y los desencuentros.

En realidad la actitud panista ya estaba fijada desde el año pasado una vez que pasaron las elecciones y parece ser que quisieron dar una tregua tal vez para ver cómo se conducía o por dónde se iba el nuevo gobierno. No será nada raro que en el futuro mediato e inmediato utilicen las denuncias y acciones que ha estado haciendo y realizando el propio gobierno estatal contra la administración que le antecedió para golpear al priismo y a la nueva administración.

Los panistas se juegan la presidencia de la república, que no es poca cosa porque significa su sobrevivencia con poder político, y no pararán ni darán tregua a todos los gobiernos priistas, en este caso al de Veracruz. Vienen, vendrán con pacas de billetes para “atender” a la prensa, pero también para hacer labor de zapa con trabajo en las colonias, en especial en las colonias marginadas.

Ellos recibieron desde el año pasado cursos especializados sobre cómo deberán meterse entre los núcleos de población más vulnerables, entre los más necesitados e influenciables, que al final son los manipulables para la hora del voto. Por ejemplo, en el caso de Xalapa llevan una bitácora de aciertos y desaciertos de la presidenta municipal y ahora están felices de que ella esté entretenida tratando de embellecer la capital, poniendo macetitas y plantitas de ornato, descuidando las colonias marginadas. Ahí es donde ellos van a irrumpir no sólo con todos los recursos económicos sino con programas sociales, con proyectos en los que han estado trabajando, con brigadas que van a encabezar los regidores blanquiazules, para lo cual han estado planificando la ciudad y trazando rutas críticas. Ya se verá.

Este ambiente político color de rosa que ahora aparentemente vivimos no tarda, lamentablemente, en desaparecer.

Ayer anunció el contralor general del estado, Iván López Fernández, que dos de las 156 constructoras detectadas hasta el momento con irregularidades ya devolvieron el dinero que se les otorgó para la realización de obras, pero que también se les exigió el pago de los intereses que se pudieran haber generado a la fecha por el incumplimiento de los trabajos.

No se duda que así sea o haya sido o esté siendo pero ¿por qué no así como se dio públicamente el nombre de tres constructoras a las que se denunció con un aproximado del monto defraudado no se da a conocer ahora el nombre de las que supuestamente ya devolvieron el dinero que se les otorgó y cuánto ha sido, si además nada más son dos? Al parecer se hacen cosas buenas que parecen malas porque al no darse datos precisos se da pie a todo tipo de especulaciones. A ver si no cualquier día sale el contralor con que ya todo está en orden, con que a los constructores les entró el arrepentimiento movidos por los días de la Cuaresma y la proximidad de la Semana Santa, que arrodillados pidieron perdón, que devolvieron dinero con jugosos intereses y que el asunto ya se cerró y tutti contenti.