Inicio “Prosa aprisa” de esta semana enviando un abrazo solidario al maestro Alfonso Salces Fernández, director del diario Notiver, por el fallecimiento, la semana pasada, de su señora madre doña Sarita Fernández Lavid. Por la influencia que ejercen las madres en nuestra formación, no me cabe duda que ella le heredó a tan ejemplar y distinguido periodista la nobleza que lo caracteriza.

A quien envío también un abrazo de viejos conocidos, amigos y compañeros de tantas andanzas en el gremio es al periodista Luis Velázquez Rivera. Hace más de una semana, porque lo leí precisamente en una columna del diario Notiver, me enteré que había terminado su relación con el diario que fue su casa durante más de 20 años, Imagen de Veracruz. Yo sí lo extraño en las páginas de ese cotidiano y creo que conmigo toda la legión de lectores que formó. Ojalá y concluido su descanso, que seguramente está tomando, en ese periódico lo convenzan para que retome su espacio.

Camino por el centro de la ciudad y de pronto veo en un café  a Rafael Junquera Maldonado, el famoso e histórico Junquera. Afectuoso y amistoso me pide que me acerque a la mesa donde está. Es para felicitarme por mi trabajo en esta columna. “Has vuelto a ser el periodista”, me dice. Justifica mi paso por el gobierno. Me dice que le llamó la atención cuando publiqué que el actual ejecutivo del estado prácticamente no lee periódicos ni síntesis de prensa. Me confirma que así es y recuerda que del gobernador Murillo Vidal para acá, hasta ahora, todos lo habían hecho. ¿Cómo lo sabe? De momento lo ignoro. Le preguntó si es cierto que es asesor del gobernador. Saca una tarjeta de presentación personal y me sorprende leer ahí que es ni más ni menos que el coordinador de asesores. Le platico que cuando me inicié en el periodismo en 1970 lo empecé a admirar sin conocerlo porque alguna vez oí platicar a Ángel Leodegario “Yayo” Gutiérrez Castellanos, fundador de Política, que él le redactaba los informes de gobierno a don Rafael Murillo Vidal, no obstante que casi nunca se veían. Junquera fue preso del 68 y cuando salió de prisión lo rescató el maestro Juan Maldonado Pereda, entonces cercano colaborador de don Rafael. ¡Y aquí sigue!, y en muy buen estado de salud, en un caso de sobrevivencia política admirable que sólo se compara con la del recién destituido subprocurador de Justicia en la zona centro Rubén Darío Mendiola Solano, hombre fuerte también en el gobierno de Murillo Vidal (yo estudiaba en la preparatoria cuando Mendiola ya era Mendiola en la entonces Dirección General de Enseñanza Media). Me dio gusto saludar a Junquera, pero más me gustó que deslinda muy bien su criterio personal con el del encargo que tiene ahora. Él entiende, valora y respeta al periodista y su punto de vista. Y cómo no es así así si ejerció la disidencia política, la pagó con prisión y también ha ejercido el oficio de publicar en páginas de diversos medios en diferentes épocas. ¡Salud y larga vida –física, política e intelectual– a Junquera Maldonado!

Recorro en Xalapa una librería (“La rueca de Gandhi”), la mejor, de libros de viejo o usados –aunque también vende novedades– cuando de pronto escuchó atrás de mí una voz conocida. Es Rafael Arias Hernández, ex titular del Copladever, también bibliófilo ¿y bibliómano? Es  mi lector, advierto. Ha regresado como investigador de la Universidad Veracruzana, me dice. Rafa tiene una gran biblioteca, que, la verdad, envidio. Lo veo sumamente excedido de peso, mucho. Ojalá y por su buena salud, ya fuera de la burocracia, reinicie sus ejercicios. Eso en cuanto a lo físico porque, eso sí, está en forma mental, intelectual, crítica. Sin duda seguirá siendo una voz que haga ruido y a la que hay que tener y tomar en cuenta.

Que los colegas, compañeros y amigos Gustavo Cadena Mathey y José Valencia Sánchez, este último ex director del Diario de Xalapa, se harán cargo del área de prensa del Comité Directivo Estatal del PRI ahora bajo la batuta de Héctor Yunes Landa. Los mejores deseos para los paisanos del sur porque su trabajo no será fácil, sobre todo por la escasez de recursos que, de por sí, desde siempre, esa área, por la que pasé varias veces, es una de las más olvidadas en cuanto a apoyos para operar: creo que todavía sólo hay dos o tres computadoras tan viejas ya que a veces arrancan sólo a golpes, cero grabadoras, una camarita instamatic, un tsurito ya casi chatarra y párele. Y seguramente les caerán encima muchos colegas con facturas pendientes de cubrir que datan de febrero de 2009. Pero suerte y todo nuestro apoyo.

Lamento la salida de la también colega, compañera y amiga Aracely Batalla de la jefatura de redacción de la Dirección de Prensa del Gobierno del Estado, a la que llegó con el nuevo gobierno. Que regresa a RTV o se va a la televisión oficial de Tlaxcala. A donde vaya, mi abrazo caluroso y mi simpatía para ella, de siempre. Igual para la reportera Odila Romero Hernández, una compañera y amiga mía de mucho tiempo atrás, quien luego de más de 20 años buscará nuevos horizontes fuera de Prensa del Gobierno estatal.

“Los cuatro poderes en contra de la violencia”, es el encabezado del comunicado de prensa 45 que emitió ayer la Arquidiócesis de Xalapa. Obviamente se refieren al Ejecutivo, al Legislativo, al Judicial y a la prensa. A mí querido, respetado y admirado interlocutor el presbítero colega José Juan Sánchez Jácome, director de la Oficina de Comunicación Social, quien suscribe el texto, le pregunto extrañado: ¿nada más cuatro? ¿Y el poder de Dios, el verdadero poder de poderes? Me gustó el final de esta homilía periodística: “San Agustín lo expresaba de una manera muy elocuente: «In necessariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas» (En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad)”.

En apego a eso de en lo esencial, unidad, en el tema me sumo sin reservas y le ofrezco todo mi apoyo al gobernador Javier Duarte de Ochoa. Lo que ha ocurrido en el estado en los últimos días, lo último en el puerto de Veracruz la madrugada de ayer, no es como para regatearle nada. En el barco vamos todos.