Se extrañó, extrañé ayer el Comunicado Dominical que emite semanalmente la Arquidiócesis de Xalapa. Siempre con comentarios, con reflexiones de mucho interés, la de la Iglesia se ha vuelto una voz digna de tomar en cuenta, sobre todo porque el clero de esta parte de Veracruz se significa por ser progresista, por pugnar por la justicia o por los que sufren injusticias, inspirado en la palabra de Dios y por lo mismo señala, denuncia, critica, haciéndose eco del sentir de su feligresía, con lo que de paso llena un vacío que lamentablemente por su apatía o por su sometimiento a una mal entendida disciplina dejan los llamados representantes populares, los diputados locales, con sus excepciones, claro está.

Al saludar al Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis, presbítero José Juan Sánchez Jácome, deseo que esa homilía periodística dominical que fija la postura oficial de la Iglesia de Xalapa ante problemas y temas de actualidad continúe, que su ausencia de este domingo se haya debido a las ocupaciones que deben tener  por la antevíspera de la Semana Santa, y aprovechando saludo y felicito a los comunicadores católicos por su cuarta reunión que tuvieron en la última semana de marzo.

Los que sí se hicieron escuchar, y también con sentido crítico, fueron los evangelistas. Ante el coro de aplausos de siempre, se escuchó una voz diferente. Tiene razón el presidente de la Red Estatal de Ministros Asociados de Veracruz (Remaver), José Eduardo Ortiz González, al señalar que falta especificar cómo se logrará cumplir con el Plan Veracruzano de Desarrollo. Tal vez  porque cuando se anunció oficialmente dicho plan no estaba impreso y no se distribuyó o porque esta vez no se dará a conocer en su totalidad, el mensaje que se pronunció durante la presentación apuntó muchos buenos propósitos, se dijo el qué pero no el cómo y el cuándo, es decir, con qué, con cuánto y con quiénes se va a operar y las fechas de cumplimiento.

Cómo se advierte, los religiosos están pendientes, y aquí hallo pertinente mencionar la justificación  de su activismo que ofreció en su comunicado del pasado 20 de marzo el presbítero Sánchez Jácome. Apuntó en ese entonces: “Con mucha frecuencia se escuchan comentarios que exigen arrinconar a la Iglesia y la práctica de vida cristiana al terreno de lo privado, o al ámbito de la sacristía.

Estas voces intentan legitimar su postura invocando como principio al estado democrático o incluso atreviéndose a interpretar la sentencia de Jesús «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Por lo que respecta al principio invocado, un estado democrático no puede determinar o reinventar la naturaleza propia de la Iglesia, ni ahogar el espíritu de las expresiones religiosas.

Tiene que intervenir para que, en este caso, las instituciones religiosas se conduzcan de acuerdo a los lineamientos del bien común y al estado de derecho, pero no puede acallar la voz de la Iglesia, pues uno de los principios que consagra el estado democrático es la libertad de expresión para todos sus miembros”.

Argumentó que si la Iglesia quiere ser fiel al mandato de Jesús, debe buscar la salvación integral del hombre, que abarca a las personas concretas, los pueblos, las estructuras y las instituciones creadas por el hombre y para el hombre.

“La salvación cristiana no puede reducirse a lo privado…”, dijo y recordó lo que señalaba Pablo VI, de que la Iglesia “no admite circunscribir su misión sólo al terreno religioso, desentendiéndose de los problemas temporales del hombre”, que es un deber suyo “ayudar a que nazca la liberación… y hacer que sea total”.

El remate es muy claro: “Por eso resulta sospechosa e impensable esa reacción casi visceral de algunos sectores políticos que han tenido una profunda tradición democrática, ante cualquier posicionamiento de la Iglesia que trate de concretar las exigencias sociales de la fe, sin coincidir con su propia postura”.

Así, no cabe duda que tenemos y tendremos Iglesia, iglesias –incluyo a los católicos y a los evangélicos (he dicho que soy bautizado en la Iglesia Católica pero abrevo mucho en la Biblia llamada Reyna-Valera, la que estudian los evangélicos, y tengo amigas con las que pido a Dios pero también a Yahvé)– para rato, y ojalá y dentro de su misión continúen con su línea reflexiva pero crítica.

Pero volviendo a lo que apuntó ayer el representante evangélico Ortiz González, no deja de resultar preocupante el inicio de la confrontación entre los gobiernos estatal y federal, que eso significa ni más ni menos que se haya declarado non grato a un integrante del gobierno de Felipe Calderón.

Poco ha durado la tregua que se había tenido en Veracruz a raíz de la asunción al poder de la nueva administración estatal y creo interpretar el sentir de la mayoría, si no es que la totalidad, al decir que la población veía, recibía, aceptaba, aprobaba de la mejor manera la postura del nuevo gobierno local de llevar la fiesta en paz, sobre todo por el alto grado de confrontación que alcanzaron en el pasado reciente Estado y Federación y que crispó el clima de la vida pública de Veracruz.

“La pregunta es si viene a título personal (el secretario Javier Lozano, ahora non grato) o si viene a nombre del Gobierno Federal, porque entonces esto si sería una provocación al Gobierno del Estado y ustedes mismos han sido testigos de la voluntad de construir puentes, de llevar una buena relación con las autoridades federales, pero funcionarios como él hacen que esa relación se rompa, provocan rispidez, tensión, que lo que hemos podido construir se caiga y si, la verdad, lamento mucho la actitud, lamento mucho la forma”, se dijo por parte del Gobierno del Estado.

Se habló ya de rompimiento, de rispidez, de tensión. Ese non grato suena a un disparo de advertencia y la pregunta es si en el Gobierno Federal se quedarán como si nada. Si –por lo menos aparentemente– la relación se mantenía en un buen nivel cabría preguntar si no hubiera sido mejor utilizar los canales diplomáticos para, en forma institucional, pedir una explicación y a la vez exigir respeto, en vez de ventilar el asunto públicamente, que ya quedó como una advertencia y como un reto.

Y es que además de los costos que tiene toda confrontación entre los gobiernos, no se puede olvidar la crítica situación económica por la que atraviesa el estado y que quien tiene los recursos, todos los recursos, para apoyar es la Federación; que es y que será inevitable que todos los funcionarios federales que vengan, aunque aparentemente lo hagan en plan de trabajo, tratarán de llevar agua al molino panista ante la elección presidencial y no se podrá declarar a todos non gratos. ¿O sí? Tiene razón el ministro evangélico.

Ya se dijo el qué se quiere hacer, pero falta decir el cómo. Una confrontación con el Gobierno Federal pone en riesgo la viabilidad si su respuesta es cerrar sus arcas y guardar la llave.

(ACLARACION: Revisando ya noche, por casualidad advertí que sí envió comunicado el Arzobispado, pero extrañamente estaba en la bandeja de spam, de basura, de mi computadora. Habla del Plan Veracruzano de Desarrollo. Mañana lo comentaré)