Considero necesario dejar muy claro, de entrada, que el siguiente comentario está totalmente alejado de cualquier intención de lastimar o herir cualquier sentimiento de persona alguna; la única intención es de tratar de reflejar la grave situación económica que ya vivimos y que el propio Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, nos advierte, desde ahora, que se pondrá peor el próximo año.
Desde que incursiono en la vida pública de Veracruz y en la vida diaria de Xalapa en especial, por ser el lugar de mi residencia, conozco personas que mantuvieron un buen estatus económico y que hoy, seis meses después de la pandemia, contando a partir de marzo, sufren un deterioro en sus finanzas que seguramente no se imaginaron. Me apena porque no puedo ser solidario con ellos comprando todo lo que me ofrecen, como seguramente lo hacen con todos sus conocidos: cochinita pibil, hamburguesas, tamales, pozole, hielitos de sabores, galletas, panecillos, antojitos de todo tipo, bolsas para basura…
Personas que trabajaron y otras que trabajan todavía en la función pública, que han vivido honradamente de su sueldo, esto es, que no han robado; conocidos que han pasado por el campo académico, por el artístico, los más diversos que se quedaron sin empleo apenas llegó Morena al gobierno, sin ningún rubor y en forma digna han optado por tratar de sobrevivir vendiendo lo que pueden, algunos habilitando las cocheritas de su casa o la sala de la misma como pequeñas cocinas económicas, y ya ni se diga los que a las puertas de sus hogares ofrecen su ropa usada, sus zapatos, lo que tienen para tratar de obtener cualquier ingreso.
Por muy lejana que sea la distancia, por hábito casi siempre me traslado caminando. No hay mejor forma de ver, de conocer y de vivir la realidad que estando en contacto directa con ella. Es lastimosa. El año pasado vine comentando aquí lo que llamé la cubanización que se estaba dando de la economía que, lógicamente, no se alcanza a ver desde la comodidad del despacho del palacio de gobierno o del municipal, tampoco desde la camioneta de lujo oficial.
Salvo la élite del gobierno, estoy seguro que el resto de la población vive en toda su intensidad la crisis económica, aparejada a la del desempleo, y la que no, ya empieza a acusar sus efectos. Desde mi experiencia personal y familiar, pienso que quienes hemos vivido apenas con lo indispensable no hemos resentido mayormente el impacto, pero advierto que quienes se daban lujos (afortunadamente para ellos), la crisis adquiere el cariz de un verdadero drama: la clase media ha empobrecido; la media media pasó a baja, y la media alta se ha caído a media e incluso a baja, y buena parte linda los límites de la pobreza.
Las causas son varias: la crisis causada por la pandemia de COVID-19, principalmente, pero también el declive que ya traía la economía por el mal manejo, a juicio de la mayoría de los especialistas, que comparto, de la política económica por parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que terminó causando desconfianza entre los inversionistas nacionales y extranjeros.
El viernes, el titular de Hacienda, Arturo Herrera, en un encuentro con los diputados de Morena, adelantó que se hará un recorte al Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021, que enviará a la Cámara de Diputados a más tardar el próximo martes 8 de septiembre, dentro de nueve días. ¿El motivo?: porque habrá menos recursos.
"Vamos a tener que enviarles un Presupuesto muy cuidadoso, muy prudente, muy responsable, y que va a requerir la comprensión y la solidaridad de muchos". Dijo que no solo habrá menos recursos que este año sino menos de los que había cuando menos en los dos años fiscales anteriores.
¡Ajá! Comprensión y solidaridad, o sea, evitó decir que más sacrificio de los mexicanos y que no se quejen ni protesten.
Para dar una mejor idea de lo que quiso significar, expresó que el país enfrentará la peor crisis económica que ha vivido desde 1932, o sea, desde hace 88 años. "Lo que estamos viviendo ahorita, y vamos a seguir viviendo por los próximos meses, es la crisis sanitaria y la crisis económica más seria del último siglo… Va a ser la crisis más fuerte desde 1932".
No solo eso: confirmó lo que varios analistas, desde meses pasados, habían pronosticado: el agotamiento de los recursos. Explicó que en este año se tuvieron tres amortiguadores que absorbieron el impacto del coronavirus: las coberturas del precio del petróleo, los fondos para los choques económicos (de Estabilización de los Ingresos Presupuestales y de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas) y los “guardaditos”, el “colchón” del Gobierno, que no se tendrán para 2021 porque se gastarán este año.
El 25 de marzo pasado, cuando apenas iniciaba en México la crisis por la pandemia, Viridiana Ríos publicó en El País una columna que tituló: “El Estado mexicano que no existe”. Ella es investigadora del Wilson Center en Washington y doctora en gobierno por la Universidad de Harvard (de las que critica AMLO por haber ido a estudiar al extranjero) y se especializa, entre otros temas, en el estudio de la economía regional. Sus trabajos de investigación han sido publicados en The New York Times, The Washington Post y Forbes.
En aquella fecha dijo que el presidente López Obrador al parecer pensaba que se tenía suficiente dinero, porque entonces había fondos por 400,000 millones de pesos. Apuntó entonces: “El Estado mexicano prácticamente no existe y nos haría bien darnos cuenta pues, en caso de que se presente una emergencia en salud, la comunidad internacional deberá estar preparada para solidarizarse. Muchos países no tienen recursos para dar batalla a la Covid-19 y necesitarán ayuda, no solo préstamos”.
Apuntó: “México no tiene dinero…”, dijo que no era suficiente lo que se tenía ahorrado. “Los 400.000 millones de pesos que López Obrador dice tener son parte fondos de estabilización presupuestaria que no serán suficientes pues, de acuerdo a los estimados de riesgo de la misma Secretaría de Hacienda, si la economía mexicana se contrae al -4% (el viernes, Herrera dijo que será de -7.4%) y el tipo de cambio continúa arriba de 24 pesos por dólar, se necesitará usar dos terceras partes de esos fondos tan solo para mantener el mismo nivel de gasto en México”.
“Aún si México tuviera el dinero –agregó–, el Estado carece de vasos comunicantes con un gran porcentaje de la población. El 32% de la población no tiene una cuenta bancaria, el 22% de la economía es informal y el 56% de los trabajadores son informales. Incluso los programas sociales se estima que llegan a 20 millones de personas, en un país donde hay 54 millones de pobres”.
El Secretario de Hacienda acaba de confirmar ese pronóstico (el peor). Qué bueno que lo hizo días antes del Segundo Informe del presidente López Obrador, mañana martes, quien seguramente saldrá a decir que, como lo hacía Javier Duarte, aquí no pasa nada, que vamos bien y que ya empezó la recuperación económica.
El recorte federal, forzosa y necesariamente se traducirá en un recorte en las finanzas estatales; en un nivel más bajo aún, en los bolsillos de todos los veracruzanos. Yo también estoy previendo ya qué voy a empezar a vender entre mis conocidos.