Al acudir la noche del miércoles a dar su aportación del 5 por ciento de su salario al PRI sin ser militante de ese partido, el secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón jugó con las palabras al afirmar que  ni se cobija ni se tapa ni se descobija, ya que el clima es muy bueno en Veracruz y no necesita ni taparse ni cobijarse. Es obvio que se refería a la posibilidad de que en el futuro fuera candidato del tricolor a algún cargo de elección popular. Ese tipo de malabares con el lenguaje es típico del cordobés pues lo usó igualmente el 1° de agosto de 2009 cuando expresó sus deseos de volver a ser candidato del PAN a la gubernatura del estado (ya lo había sido en el 2004). “Yo nunca me he tapado y por lo tanto no me destapo y cuando dicen adelantados, yo nunca me he retrasado, siempre he estado pendiente de hacer política y de estar permanentemente en el corazón de los veracruzanos, por esa razón es evidente que todos saben de las intenciones que he tenido siempre, como los ciudadanos, así que si Dios quiere en el momento adecuado aquí estaré nuevamente buscando dirigir este maravilloso estado”, se publicó en El Sol de Córdoba, cita que a su vez registró el colega Marco Antonio Aguirre en su libro Más de 10 para el 10.

La colega Ana Laura Pérez Mendoza, en su columna “Agenda” que publica en el diario Notiver, dijo ayer: “La sonrisota de Yunes Landa no la podía ni disimular, apenas si podía mantener quietas las manos para no arrebatarle el sobre con el billete al ex panista”. Acaso por el dinero Héctor seguramente estaba contento, aunque tal vez no lo hubiera estado si en ese momento se hubiera puesto a pensar que con esa lana, aun sin ser militante, Buganza estaba empezando a comprar boleto para lo que se pueda ofrecer en el futuro y que de alguna forma significa una posibilidad menos para el presidente del CDE del PRI en su aspiración al Senado de la República.

Aunque Buganza reiteró que seguirá siendo un político sin partido, no dijo en cambio que renunciara a alguna candidatura en el futuro, que sería el próximo año. Pero un hecho que cuenta, y mucho, es que hábil, astuto, presto, con un gran sentido del tiempo y de la ubicación, es decir, con mucha oportunidad, se adelantó a todos los demás secretarios de despacho del gobierno de Javier Duarte, esos sí priistas, y se puso como ejemplo y les puso el ejemplo de cómo no regatearle nada al partido que los tiene en el poder… y en la nómina oficial. En palabras que parecieran ser un reproche para sus demás compañeros de gabinete, el ex panista declaró que su aportación al PRI era en reciprocidad hacia el gobernador que le dio la oportunidad de acompañarlo en su gobierno, que lo hacía por congruencia personal y no por compromiso.

Apenas días antes, el 28 de abril, el propio Ejecutivo estatal en su calidad de priista y en un hecho sin precedentes había acudido también a la sede del tricolor a dar su aportación y se entiende que ese mismo día, luego de él, o en los siguientes, todos los secretarios priistas debieron haber hecho lo mismo, pero hasta la fecha ninguno lo ha imitado.

Todo lo anterior vale si Buganza hizo lo que hizo por iniciativa personal –dijo que acudía de manera libre y voluntaria, ya que no hubo nadie que le sugiriera que realizara su aportación, aunque  cuando Duarte fue a dar su aportación exhortó a cooperar tanto a los funcionarios públicos del gobierno estatal priistas, “que son la gran mayoría y los que no lo son pronto lo serán”– y por sentido político y si en todo caso los demás secretarios recibieron la orden de que no se muevan hasta que les ordenen, pero, al contrario, si todo ha sido con línea, que en política cabe toda posibilidad aunque se diga que no, más cobraría fuerza la probabilidad de que se le esté empezando a barbechar el terreno para una candidatura el próximo año, con lo que de paso se les habría enviado ya un mensaje a los demás aspirantes de que no se ilusionen. Pero si Buganza de veras fue en forma libre y voluntaria y sin ninguna indicación, entonces sí que ha dado un verdadero madruguete a los priistas de toda la vida, los que entonces a e
stas alturas deben de morirse de vergüenza y no deben tener dónde esconder la cara cuando se las tienen que ver con su jefe político.

“En su momento, Gerardo Buganza Salmerón expuso que al pagar las cuotas y aportaciones espera ser la mejor secretaría que exista en los últimos tiempos.  «Lo hacemos entusiastamente, venimos con alegría. No venimos ninguno de nosotros con un peso para cumplir con un requisito o con una misión que tiene que ser y hablar con congruencia», destacó. Dijo que cumplirán puntualmente con el pago de las cuotas y aportaciones, dado que todos los funcionarios de la dependencia a su cargo –incluido él– ya firmaron una carta para que mensualmente se les haga la retención del 5 por ciento”, se publicó.

Como quiera que sea, le viene a meter ruido al proceso para designar candidatos priistas al Senado el próximo año. Y se ha sumado ya, y de qué forma, a los nombres de José “Pepe” Yunes Zorrilla, Adolfo Mota Hernández, Jorge Uscanga Escobar, Alberto Silva Ramos, Juan Nicolás Callejas Arroyo (sería el suplente de Pepe Yunes, en una fórmula), Héctor Yunes Landa (Alejandro Montano Guzmán será candidato a diputado federal y  ya tiene asegurada su candidatura) e incluso el propio Fidel Herrera Beltrán, además de todos los dirigentes de organizaciones de alcance nacional que, como siempre, pelearan posiciones.

Con respecto a Buganza, en unos días más, el próximo 5 de junio hará un año que en una visita que hizo a Boca del Río la entonces dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, celebró la decisión del recién ex panista de sumarse a la candidatura de Javier Duarte. “Yo creo que lo que refleja esta decisión de Gerardo Buganza es un sentimiento del panismo histórico de Veracruz, de aquellas gentes que creyeron en una opción política, que lucharon durante muchos años de su vida por esa opción política y que vieron que esa confianza se ha visto frustrada, y yo tengo respeto por el ex senador Buganza”. Cómo no le iba a aplaudir si en 2004 por una diferencia de sólo 25,255 votos no le ganó la gubernatura al tío Fide.

Algo que me tiene verdaderamente sorprendido es que Víctor Alejandro Vázquez Cuevas “Pipo”, ex dirigente estatal del PAN y aliado de Buganza, desaforada y abiertamente anda ya en campaña en busca de la candidatura blanquiazul al Senado, pero parece que contrario a como ha sucedido en el pasado con todo candidato serio y de peligro para los intereses del tricolor, no se le está bloqueando de ninguna forma desde el aparato oficial y hasta pareciera recibir todas las facilidades incluyendo la del manejo de su imagen en los medios. ¿Qué se cocina en el fondo? ¿Alguna declinación futura de Pipo a favor de Buganza para volatilizar al PAN en Veracruz?