En “Prosa aprisa” de ayer comenté que ya en mi etapa de madurez reaprendí con el maestro Germán Dehesa que había que tomar la vida con sentido del humor por muy mal que le fuera o le estuviera yendo a uno, “cosa que trato de practicar y de mantener hasta la fecha con gran éxito”.

 

Hoy complemento: y lo aplico a todas las cosas que me pasan, aunque en la actualidad por fortuna y a Dios le doy gracias no me puede ir mejor: tengo una familia integrada, conservo mi salud en muy buen estado (los médicos se sorprenden lo bien que me encuentran), tengo trabajo estable, de base, digno, que me gusta mucho como editor en la Universidad Veracruzana, no mal pagado, sigo haciendo periodismo a través de esta columna que se reproduce prácticamente en todo el estado, tengo muy pocos amigos, contados con los dedos de las manos, pero verdaderos, disfruto dos de mis mayores places que son leer y ver películas, buen cine (he estado disfrutando de nuevo todo lo de Woody Allen y espero con mucho interés Midnight in Paris su última película que acaba de estrenar en el festival de Cannes la semana pasada), gozo –eso creo, estoy seguro– con la bendición de Dios (ayer mi esposa enfrentó con éxito una operación y al doctor Francisco Martínez Márquez le doy las gracias por sus atenciones de siempre desde hace muchos años), veo la vida con optimismo tanto que ahora a mi edad tomo clases de baile, de salsa (con Perla Hernández, una jovencita bailarina profesional que forma parte del espectáculo Jarocho) y a lo mejor y hasta la vida me alcanza y Dios me permite que pueda ir a bailar un día al Garden de Nueva York, por qué no, y algo fundamental y es mi baluarte: tengo fe, soy hombre de mucha fe en Dios, quien me da más de lo que, creo, merezco; pero, decía, tomo la vida con humor –como lo hacía Germán Dehesa– pase lo que me pase, bien o mal, ante todas las cosas como las de ayer cuando por la tarde de pronto la bandeja de uno de mis correos electrónicos se vio saturada por correos que me reenviaban la columna que escribí sobre el secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón el pasado viernes (“Buganza, candidato priista en potencia”).

 

Se advierte que una persona quiso hacerme una travesura –así lo veo, porque no le doy mayor importancia por lo que a mí hace aunque me apena que algunas personas cayeron en el juego y por eso escribo esto para alertarlas– para lo que tomó el texto de la columna referida del portal www.cronicadelpoder.com (o no le pudo quitar el indicativo o de paso también mal utilizó su dirección) y lo reenvió a muchas direcciones utilizando la dirección de mi correo.

 

Quien hizo el trabajo no lo hizo bien porque lo envió a direcciones de spam (basura), que no le vi ningún sentido salvo saturar mi bandeja. Abrí los primeros que me llegaron y los demás los eliminé en bloque. Me apena con algunas personas a las que les llegó el envío  y que conozco –muy pocas por fortuna– porque cayeron en el juego y hasta las gracias me dieron. Otros a quienes no conozco me pidieron que no les remitiera ese tipo de temas.

 

Algunos aprovecharon para tundirle al señor Buganza. Cuando escribí estas líneas me reía por la travesura. Lo que sea y porque sé algo de cómo se manejan estas cosas desde diversas oficinas, no tengo duda que cuando quieran volverá a ocurrir o tratarán de hacer otra trastada utilizando mi correo. Trataré de seguir imitando a Germán Dehesa de tomar todo con sentido del humor.

 

Es el mejor remedio para este tipo de cosas. Me puse a pensar: ¿Les pesa a algunos lo que escribo y por eso me dan tanta importancia y tratan de molestarme? Yo seguiré con lo mío. Ya lo he dicho: no me molestan. No pierdan su tiempo.

 

Yo ya me sé todo esto. No caeré en ninguna provocación si es que eso lo que pretenden ni culparé ni me enfrentaré con nadie. Se ve que no me conocen. Yo me divierto. De veras. Debieran ver lo feliz que ando en la calle o donde quiera que voy.

Luego de 42 años como director de La Opinión de Poza Rica, el colega Abel Andrade Licona, toda una institución en el norte del estado (quién no lo conoce) se jubiló y para no estar en la inactividad y llevársela ya más tranquilo pero sin dejar totalmente lo que ha sido toda su vida profesional, el periodismo, creó su portal informativo www.noticiasveracruz.com. A Abel mi abrazo, mis felicitaciones y mi deseo de que continúe con éxito. Me dice que sería un honor para él que le autorice a que se publique mi columna en su espacio. El honor es para mí y le agradezco.

Y hoy mi columna es de menos espacio. Quisiera escribir más pero tengo que estar pendiente de mi esposa internada en el sanatorio, recuperándose, por fortuna bien. Ahora salgo volado a verla. Esta prosa está escrita verdaderamente aprisa. Ya mañana o cuando pueda sigo.