Como si el Gobierno del Estado no tuviera ya suficientes problemas que resolver, sobre todo por la crítica situación económica que aún enfrenta, la secretaria de Protección Civil, Noemí Guzmán Lagunes, anunció el lunes que por primera vez la administración estatal tendrá la coordinación en las políticas sobre el manejo de los cuerpos de agua de las presas Cerro de Oro y Temascal, oficialmente Miguel de la Madrid y Miguel Alemán, respectivamente, ambas en el estado de Oaxaca aunque colindantes con nuestro territorio.
Dijo que ello se logró con la finalidad de prevenir inundaciones durante la temporada de lluvias, ya que así la administración veracruzana sabrá y estará pendiente de las decisiones que se tomen en caso de la necesidad de abrir las compuertas de ambas presas para su desfogue.
Informó que para el propósito se firmó un convenio entre el Gobierno de Veracruz y la Federación a través del Centro Nacional de Prevención de Desastres Naturales, la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua.
¿Supo lo que hizo? ¿Calculó bien las consecuencias? ¿No tenía ya suficiente con atender las contingencias de los pueblos ribereños de toda la cuenca del Papaloapan? ¿Acaso los recursos económicos, materiales y humanos que se destinarán a este nuevo compromiso no harán más falta para atender a los damnificados del estado?
A estas horas los funcionarios de la Federación deben estar felices, acaso carcajeándose, pues de golpe y porrazo se deshicieron de una gran responsabilidad y de un verdadero broncón como es regular esos grandes embalses, tarea que ahora tendrá que hacer el Gobierno del Estado, el que a su vez no tendrá ya a quien echarle la culpa cuando vengan las horas críticas y el agua esté a punto de rebasar los niveles de capacidad permitidos y se tengan que abrir las compuertas con lo que se propiciarán inundaciones, que supuestamente es lo que se ha prevenido.
Con el agregado de que si no las abre entonces el desbordamiento de las aguas inundará y causará desastres entre poblados oaxaqueños, lo que sin duda motivaría reclamos de las autoridades de aquel estado.
¿Es que nadie en Protección Civil se puso a pensar que esa fue una verdadera trampa en la que se cayó pues de cuando acá la Federación cede la administración de alguna instalación estratégica? ¿Por qué la Federación no ha cedido, en cambio, por ejemplo, a la petición de que se bajen las tarifas eléctricas?
Dijo la secretaria de Protección Civil que con la medida, la administración estatal sabrá y estará pendiente de las decisiones que se tomen en caso de la necesidad de abrir las compuertas. Que yo sepa, el Gobierno del Estado siempre ha sabido y ha estado pendiente de esas decisiones porque la Federación le ha informado oportunamente con el propósito de que se desalojen pueblos, como ocurrió el año pasado, pero las consecuencias hasta ahora fueron responsabilidad federal.
“Expuso que cuando ambas presas estén entre las cuotas 52/58, será cuando se empiecen a desfogar de manera paulatina. Eso garantiza que aunque vinieran las lluvias torrenciales, no se van a desbordar y por consecuencia la población asentada río abajo estará protegida”.
Ajá, ajajajá.
Como cuenqueño y como diablo que sabe más que el diablo, Fidel Herrera Beltrán nunca pidió ni peleó por administrar los desfogues de esas presas. Sobrevolaba los vasos y pedía, reclamaba, exigía, pero hasta ahí.
Ojalá y la buena de la Noemí esté consciente de que esto no será igual a andar en una lanchita y desde ahí, sin poner un pie en el agua ni mojarse, pasar despensas a damnificados como lo hizo en las inundaciones pasadas y como parte de la campaña política de su partido.
O a lo mejor lo que quiere es poner a prueba su capacidad o bien demostrarle al mero mero que ella sí sabe cómo hacerlo. Es posible. De todos modos y por si las dudas, que Dios agarre confesados a todos los cuenqueños.
Pensé que cuando me avisaron previamente por la vía telefónica que lo harían, era broma. ¿Está segura?, le pregunté a la joven que me contactó. A mí no me invitan, insistí pensando en el tipo de comentarios que hago.
Advertí que titubeó, me imagino que consultó a alguien o una lista y me replicó que sí. Pero no. Sí, en efecto me llegó la invitación para estar ayer en el desayuno que el Gobierno del Estado ofreció a periodistas con motivo del Día de la Libertad de Expresión (fue la primera vez que me hicieron una invitación a un acto oficial). Donde me la dejaron no me la entregaron a tiempo, pero sí, si hubiera ido.
La tomo como un reconocimiento a mi trabajo. Me gustó leer que el gobernador Javier Duarte dijo que no le teme a la crítica; “todo lo contrario, reconocemos el valor de la misma que nos permite corregir el camino y enderezar el rumbo con plena garantía a la libertad de expresión. Con periodistas responsables, preparados y comprometidos los ciudadanos estaremos mejor informados y tendremos más elementos para entender y participar del desarrollo de nuestro estado". Que así sea.
Si el tiempo me lo permite, este fin de semana estaré en el festejo de los famosos “Fitos”, una celebración anual de reporteros de Xalapa con motivo del Día de la Libertad de Prensa, la única vez en la que se practica una forma de autocrítica otorgándole premios a los compañeros, mediante una votación previa, en los que se les califica aunque con un humor muy ácido.
Se llaman así porque es una fiesta que inició y mantiene el compañero Rodolfo “Fito” Soler, cuyo sentido de humor y desparpajo siempre me han gustado y porque dice las cosas en forma directa sin ninguna hipocresía.
El que asiste a ella sabe que tiene que aguantar cualquier nominación, pero su característica es que cada quien se divierte como quiere y puede. Ayer, por cierto, a propósito, leí con sorpresa un comentario que hizo mi amiga y compañera Jazy Meza en su siempre leída columna “Meza Política”, que me atribuye. Qué pena que publicó cosas que jamás le dije. Lo que sí le dije lo grabó. Los Fitos y todos mis compañeros se merecen mi respeto. También Jazy.