¡Zas! Hasta en asuntos meteorológicos se está haciendo a un lado el rojo. El viernes pasado, al presentar el “Programa preventivo de alertamiento y de respuesta inmediata ante la temporada de lluvias y ciclones tropicales en Veracruz”, la secretaria de Protección Civil del Gobierno del Estado, Noemí Guzmán Lagunes, dio a conocer que a partir de esa fecha, con motivo de la temporada de huracanes, se incorpora la “alerta gris”, que se activará cuando exista un impacto probable de cinco días y se desactivará cuando haya pasado por completo la contingencia. La alerta “gris” se crea, dijo, para contar con mayores márgenes de seguridad durante la temporada de huracanes.
Si bien es arbitrario esto de pintar de colores las alertas preventivas, hay una gama aceptada internacionalmente o en una buena parte de países con la que informan o asustan los meteorólogos, aceptándose como niveles básicos: verde: no existe ningún riesgo meteorológico; amarillo, no existe riesgo para la población general, aunque sí para un sector concreto. No se genera ningún aviso, pero se hace una llamada de atención para estar atento; naranja: existe un riesgo meteorológico importante; rojo: el riesgo meteorológico es extremo.
En Veracruz hasta ahora se vino usando la alerta roja en casos extremos y todos desde siempre sabemos lo que significa la alerta roja. En la información que se dio a conocer sobre la “alerta gris” no se dice si la “alerta roja” se continuará manejando o si será suplida por la “gris”. El rojo dejó de ser el color oficial a partir del pasado primero de diciembre, a todos los edificios públicos se les eliminó el color rojo, toda la vestimenta roja quedó proscrita, hasta a los taxis se les quiere quitar ahora el color rojo. Ya nada más falta que a quienes se apelliden Rojo se les obligue, mediante edicto público, a que lo cambien por cualquier otro color: en lugar de Alberto Rojo será Alberto Amarillo, Verde, Morado, etcétera, y que a quien se ponga rojo de coraje lo sancionen.
Cuando se decidió eliminar el color rojo como oficial, nadie se puso a pensar en la friega que le pusieron a los comerciantes, ya de por sí golpeados por la falta de recursos, pues tenían sus bodegas llenas de paraguas rojos, calzones rojos, playeras rojas, camisa y guayaberas rojas, gorras rojas, faldas y blusas rojas, zapatillas rojas, pensando que iba a haber continuidad en el color.
Hoy pasa uno por los aparadores y ahí ve las prendas, que ya no se venden y que no son más que un triste recuerdo del pasado inmediato. La única fecha en que se vendieron y eso sólo calzones rojos fue el pasado primer viernes de marzo, que muchos los usaron para protegerse contra cualquier mal aire por aquello de los brujos.
Dice el primer verso del “Romance sonámbulo” de Federico García Lorca: “Verde que te quiero verde”. Acá y ahora, acaso habría que decir: “Rojo que no te quiero rojo”.
Declaró ayer en el puerto de Veracruz el dirigente estatal del PRI, Héctor Yunes Landa, que los resultados de las encuestas determinarán los candidatos a las diputaciones federales y al Senado. Ajá. Ajajajá. Hasta ahora hay entonces ya dos encuestotas: una que da como casi seguro candidato al Senado al actual diputado federal José “Pepe” Yunes Zorrilla y otra que dice que la otra candidatura a la Cámara Alta debe ser para una poderosa organización sindical nacional que se llama Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
Otra encuesta dice que una suplencia debe ser para el SNTE. Sin duda, llegado el momento, habrá de encuestas a encuestas. Las del Palacio de Gobierno y las del CEN y todas las demás. Jesús “Chucho” Medellín, el delegado nacional, debe tener ya un buen número de resultados. Es un hombre callado, pero muy bien informado.
Para nada se puede ni se debe desestimar lo que dijo el lunes en Boca del Río el ex embajador de Estados Unidos en México, Jeffrey S. Davidow: que la democracia no puede funcionar sin una prensa respetada, protegida y honorable.
Pues claro que no. Ni que no van a tener éxito los países que en su desarrollo no tienen una prensa bien informada ni reporteros ni redactores trabajadores.
La prensa, opino, para que sea respetada debe hacerse respetar, simple y sencillamente con trabajo profesional: informando tal cual los hechos y pensando que el primero y principal objetivo son los lectores, porque lamentablemente caemos luego en el ejercicio de escribir sólo para el poder. Y la honorabilidad se consigue con apego a la ética. Es fácil y sencillo. Todo está en que uno quiera.
“Lo importante es que los gobiernos de cada país puedan hacer buenas recusaciones, necesitan públicos bien informados y la mejor manera de informar a los ciudadanos es por medio de la prensa, no con propaganda, sino con la información que los ciudadanos puedan entender en cuanto a, por ejemplo, el cambio climático u otros temas de gran importancia que nos están repercutiendo hoy en día”, según nota de Antonio Marín publicada en Notiver.
¡De la madriza mediática que se salvó la alcaldesa de Xalapa Elizabeth Morales al haber aprobado la desaparición de la Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlalnehuayocan! El hecho de que el control policiaco de la capital lo haya asumido de nuevo la Secretaría de Seguridad Pública la puso a salvo de las críticas y la inconformidad que ha generado el crimen, el sábado, de un joven a las afueras de la Casa del Lago antes Casa de Artesanías.
De todos modos tiene que atenderse en forma efectiva el renglón de la seguridad pública, porque lo sucedido el sábado más otros hechos de los que ha venido dando cuenta la prensa diaria no vienen más que a confirmar el severo señalamiento que hizo recientemente la Iglesia Católica sobre la inseguridad. Muchas veces a la sociedad no le importan los niveles, si es competencia municipal o estatal, lo que quiere es que se actúe.