Son días, creo yo, en que debemos actuar con responsabilidad. La muerte de Miguel Ángel López Velasco a manos criminales se presta para los propaladores de rumores que en nada ayudan a la sociedad y, por el contrario, enrarecen el ambiente de la vida diaria.

En ese sentido, escribí ayer, el gobernador Javier Duarte dio un primer paso en forma correcta apersonándose ante el director de Notiver maestro Alfonso Salces tan pronto tuvo noticia de lo sucedido  y el siguiente paso será no quitar el dedo del renglón hasta que se esclarezcan los hechos plenamente  y se castigue a los responsables, expresé.

Ayer por la mañana en Xalapa circularon varios rumores –a mi me estuvieron escribiendo vía Messenger o hablando por teléfono para preguntarme– por el hecho de que no circuló Notiver en la capital. Que el Gobierno había mandado comprar todos los ejemplares.

Que había bloqueado la circulación. Que el día de los hechos había tratado de bloquear el portal web del diario porque no aparecía su imagen y, en efecto, según supe, por momentos hubo fallas técnicas. Que a lo mejor había sido victimado porque era “incondicional” de Fidel Herrera Beltrán (me decían que esto lo comentó una famosa conductora de radio y televisión del Distrito Federal), etcétera.

La persona que a mí me vende y entrega ese diario en mi domicilio me informó que simple y sencillamente no se había publicado el rotativo porque el personal decidió acompañar a su compañero en sus funerales, que tengo entendido que así fue.

Pero el gobernador Duarte de Ochoa no soltó el tema, pues a su declaración del primer día de que no se trató de un hecho aislado, ayer aseguró que en breve –en horas o en algunos días– se informará de los resultados de la investigación del asesinato. “Vamos caminando bien, en horas o en días esperamos tener una comunicación en torno a este tema, pero evidentemente por la secrecía, la importancia, en este momento no podemos dar información de la investigación que realiza la Procuraduría de Justicia del Estado”.

Me parece un buen signo que la primera autoridad mantenga vivo el interés, pues en otros casos y en otras fechas, ante una victimización de ese tipo se ha tratado de echar tierra al asunto, de eludirlo.

(Normalmente esta columna la transmito a los portales y periódicos impresos por las noches para que aparezca publicada al día siguiente –en algunos espacios la “suben” en la misma noche–, pero el lunes, por diversas ocupaciones que me traen corriendo a veces y hasta creo que a causa de tío Alzheimer, se me olvidó enviarla a la mayoría de los amigos editores, de tal forma que ayer por la mañana no estaba yo en algunos medios e igual, me empezaron a escribir o a llamarme por teléfono preguntándome si me habían censurado por instrucciones del Gobierno –hablaba, hablé de la inseguridad–. Nada. Nada de eso.

Debo reconocer que del Gobierno son y han sido totalmente respetuosos conmigo y de lo que escribo. Pero era, fue un día de rumores. Aunque a muy temprana hora traté de subsanar el error y la envié enseguida, algunos ya no la publicaron y otras la “subieron” ya tarde. Pero todo fue atribuible a mí)

Pero, decía, me parece buen signo las reacciones oficiales ante el caso. Le han dado la importancia que tiene, tanto que no obstante las declaraciones del gobernador, la propia titular de Comunicación Social, Gina Domínguez, salió a dar conferencia de prensa para reiterar lo que ha había dicho el Ejecutivo. Esperamos resultados.

Como me pareció buen signo también el del diario Imagen de Veracruz de ocuparse del caso con un editorial en primera plana. “Nos unimos al dolor del gremio periodístico de Veracruz con la lamentable pérdida de la vida del compañero Miguel Ángel López y los miembros de su familia”.

En casos como el ocurrido no debe haber mezquindad de ningún tipo y todo tipo de diferencias, cuando las hay, deben quedar de lado. Pero el editorial también contiene un párrafo significativo: “Pero la muerte en el seno de la casa familiar corresponde a otro tipo de contingencia provocado por la inseguridad que se vive y por ende la directa responsabilidad de los que tienen esta obligación y compromiso de conservar la tranquilidad y la paz”. “La inseguridad que se vive”. Ya lo había dicho la Iglesia Católica en un mensaje.

Pero nuestro oficio no es para pusilánimes no obstante que todos sabemos que es de un gran riesgo, sobre todo cuando se ejerce con libertad. Aparte las secuelas, yo en lo personal guardo la imagen de Miguel Ángel sonriente, animado, amistoso, ingenioso.

Cómo recuerdo la preocupación que tuvo cuando su madre estuvo enferma, lo que a mí me dejó además la imagen de un buen y excelente hijo. Milo Vela ejerció el periodismo a plenitud, con decisión, con valentía, comprometido con su periódico pero también con sus lectores, que los tenía por legiones. Con la verdad también y sobre todo.

Porque creo que “Prosa aprisa” no tuvo ayer la circulación normal diaria, repito lo que escribí de entrada: “Al maestro Alfonso Salces, director del diario Notiver, mi abrazo de solidaridad. A la familia Notiver mi pesar por tan lamentablemente suceso. A la familia de Miguel Ángel López Velasco, mis más sinceras condolencias.

Lo ocurrido ayer temprano lastima a todos. A los deudos directos. Al medio en el que era funcionario y trabajaba. Al gremio todo. Al ejercicio periodístico sobre todo el que se practica con profesionalismo, de manera independiente, crítico, ético, comprometido, valeroso.

A la sociedad porque pierde a uno de sus mejores vínculos de información pero también porque comprueba que en la entidad los civiles, los inocentes, no están exentos de los hechos de violencia. Al Gobierno del Estado mismo porque lo pone a prueba y lo reta a esclarecer los hechos, en efecto, caiga quien caiga.

Desde este espacio me sumo a la petición del diario expresada ayer en la nota que dio cuenta de lo sucedido en su portal: «NOTIVER demanda una pronta y clara investigación conforme a derecho para que de inmediato se dé con los responsables de esta triple asesinato y se les castigue con todo el peso de la ley caiga quien caiga»”.