Independientemente de otras consideraciones, un hecho cierto es que en menos de diez días se fueron de la administración pública estatal los dos únicos secretarios de despacho que repitieron en el cargo al entrar el nuevo gobierno: Sergio López Esquer y Guillermo Herrera Mendoza.

 

En realidad, el general retirado solicitó su salida, que se precipitó por uno de los hechos de violencia que ya empiezan a ser comunes en el estado, mientras que al ex convergente lo removieron, si bien quedó dentro del gobierno aunque ya sin autonomía al pasar a depender directamente del Ejecutivo, o sea, le dieron un bajón, ante lo que debió haber presentado su renuncia, pero la nómina oficial es la nómina. Ahora, herencia del gobierno anterior, el único funcionario de alto nivel que queda es el procurador Reynaldo Escobar Pérez, quien en la anterior administración fue el secretario de Gobierno.

Dijo el gobernador Javier Duarte de Ochoa la noche del lunes que su administración se reestructura en diversas áreas “con la finalidad de ser cada vez más ordenada y eficiente en su responsabilidad”. Eso da pie entonces a interpretar que con las personas a las que se removió, en los cargos en que estaban –porque siguen en el gobierno–, no se había logrado el orden y la eficiencia que se requieren para “responder a las expectativas y necesidades de los veracruzanos”.

Con el ajuste que hizo, más que un enroque, el mandatario estatal completa su gabinete con personas que responden totalmente a su sello personal. Así, ha hecho movimientos a escasos siete meses de haber asumido el gobierno, si bien salvo el caso del general López Esquer, a los removidos los ha ubicado en otras áreas lo que, es de suponerse, no les garantiza que terminarán el sexenio, aunque podrían.

Cosas de la vida… y de la política. Al relevo de Herrera Mendoza entró Raúl Zarrabal Ferat, cuyo padre, Raúl Zarrabal García, también llegó al mismo cargo en el pasado gobierno luego de que al inicio de la administración lo habían nombrado director de la Junta Estatal de Caminos.

 

El padre, ya se sabe, terminó brincando al panismo, apoyando al entonces candidato a gobernador Miguel Ángel Yunes, luego de que su amigo personal y paisano Fidel Herrera Beltrán lo cesó por los excesos que cometió en el poco tiempo en que duró en el cargo, independientemente de que ni a él le hacía caso además de que ni bien había rendido protesta como secretario cuando enloqueció y se puso a “trabajar” porque vociferaba que él iba a ser el próximo gobernador. Así, el junior no sólo está ante una gran responsabilidad sino también ante la gran oportunidad de reivindicar política y administrativamente el apellido de la familia.

El ajuste del lunes fortaleció también al secretario de Finanzas y Planeación Tomás Ruiz González, pues era un secreto a voces que había una feroz disputa por el control de la dependencia con el subsecretario Édgar Spinoso Carrera, diferencia que comenzó desde que éste nombró a funcionarios de la dependencia y redujo la capacidad de maniobra del titular.

 

No sería nada raro que, ahora sí, Tomás nombrara a las personas que considere de su confianza y con las que piense que su gestión puede estar e ir mejor.

Pero en el caso de Édgar, en efecto, vuele a un cargo que conoce muy bien y desde el que, seguramente, podrá operar en el nada fácil manejo de las relaciones con los maestros y de paso ser de mucho auxilio, sobre todo por lo que viene el próximo año, tanto para el titular del ramo, Adolfo Mota Hernánez, como para el propio Ejecutivo, de quien es amigo personal muy cercano y de mucha confianza. Cuando Mota fue presidente del Comité Directivo Estatal del PRI tuvo entre su equipo de trabajo a César, hermano de Édgar, y los Spinoso en varias ocasiones le facilitaron su avionetita para que se movilizara por el estado. Entonces, hay buenas relaciones y seguramente harán un gran equipo de trabajo.

Del nuevo subsecretario de Finanzas, Gabriel Deantes Ramos, vuelve a un área que conoce muy bien y acaso lo enviaron un tiempo a la Oficialía Mayor de la SEV para ayudar a Adolfo Mota Hernández a hacer una radiografía completa, exhaustiva, de la nómina de esa dependencia, y una vez que la limpió y entregó el reporte a quien se lo tenía que entregar, lo han regresado a su área natural de trabajo.

El que sigue en el barco es el ex panista Agustín Mollinedo Hernández, quien ante la presión que sufrían él y su familia para que se plegara a una candidatura blanquiazul a la gubernatura en el pasado proceso electoral, optó por buscar blindarse en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, quien lo nombró a inicios de julio de 2010 como director de la Junta Estatal de Caminos. Ahora ha recibido la encomienda de hacerse cargo de la Dirección General de Carreteras Estatales.

Por la forma en que ha actuado, tan pronto, es posible que el gobernador Duarte de Ochoa haga cuantos ajustes sean necesarios en su equipo de trabajo y en cualquier momento, por lo que no sería raro que al término del sexenio sean muy pocos de los que iniciaron los que terminen en el gobierno o en el cargo que recibieron el 1° de diciembre anterior.

 

A diferencia de su antecesor, que al asumir la responsabilidad declaró que durante su sexenio habría tres gabinetes –el del inicio, uno intermedio y otro para finalizar–, el actual Ejecutivo no dijo ni ha dicho nada parecido. Simple y sencillamente ha actuado.

Si es que no ocurre antes, de todos modos es casi seguro que en los próximos ocho meses haya otro reajuste pues muchos de quienes ahora cobran  en la nómina oficial aspiran a ser candidatos a diputados federales, por lo que tendrán que renunciar a sus cargos para buscar la nominación.

“Gobernar Veracruz significa una gran responsabilidad que no admite dilaciones ni descanso. Siempre he manifestado mi decisión de encabezar un buen gobierno; un gobierno de metas que se cumplan; un gobierno que conozca y reconozca los grandes retos y, sobre todo, que tenga la capacidad de enfrentarlos y de superarlos.

 

El quehacer público estatal debe renovarse, tiene la obligación de refrendar a diario y en los hechos su compromiso de trabajar y dar resultados a los veracruzanos”, dijo el gobernador la noche del lunes. Ojalá y así sea.