Harto conocido y comentado ha sido en su oportunidad que en su momento el entonces presidente Vicente Fox llamó al hoy titular de Finanzas y Planeación de Veracruz, Tomás Ruiz González, para que como director fuera a la Lotería Nacional a poner orden en documentos y a cuadrar cifras ante los señalamientos que se hacían de que había malos manejos, en los que se involucraba a la propia “señora Martha”.
Nunca se hizo oficial ningún resultado pero nunca, que se sepa, se comprobó nada contra la entonces primera dama. Si el mismísimo presidente de México confió en alguien, sin duda fue porque tenía la certeza de que él si sabía cómo hacerlo. Y lo hizo. Y bien.
Es fama bien ganada –eso creo– que el economista y financiero con raíces en Coatzacoalcos es todo un experto en cuestiones hacendarias, fiscales, en el teje y maneje de documentos que tienen que ver con recursos oficiales y que conoce todos los meandros de la tortuosa selva de trámites burocráticos para obtener fondos públicos; para que no haya pretextos para ello.
Por eso, es de creerle ahora que acaba de denunciar que el Gobierno Federal mantiene una mala actitud con el Gobierno de Veracruz al obstaculizar burocráticamente la entrega de recursos que corresponde a los veracruzanos en materia de desastres naturales.
Al salir a refutar las declaraciones del senador panista Juan Bueno Torio de que los recursos del Fonden (fondo para casos de desastres naturales) ya fueron autorizados y que el Gobierno veracruzano no ha cumplido con su parte, Tomás fue contundente: explicó que desde hace un año el Gobierno estatal realiza gestiones para ejercer recursos de ese fondo y que sólo se han autorizado 3 mil 358 millones de pesos, no obstante que se ha cubierto la paridad (el pago) que corresponde a los gobiernos federal y estatal, según lo marcan las reglas establecidas para el caso.
Informó que están pendientes de autorización más de 7 mil millones de pesos que corresponden al sector de comunicaciones y para demostrarlo –papelito habla– exhibió oficios de recibido con fechas 25 de mayo y 1 de junio pasados, donde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) reconoce y acepta, dentro de la metodología del Fonden, los daños que ha tenido la entidad veracruzana a partir de los meteoros de 2010.
“Pero como eso no es suficiente para el Gobierno Federal, la Secretaría de Hacienda, con fecha 30 de junio del 2011, se atreve a cuestionar a su propia Secretaría de Comunicación (SCT) respecto de la aprobación que hizo de estos daños”. Tiene razón cuando dice que se trata de un derecho de los veracruzanos y no de una dádiva.
Tomás tiene una calificación para lo que está ocurriendo. Se trata de “un juego perverso del Gobierno Federal en donde entre una Secretaría y otra se pasan la pelota con el único propósito de que los recursos que corresponden a los veracruzanos, en materia de desastres naturales, no fluyan como debe ser”.
Él, que fue subsecretario de Hacienda dos veces, señala: “El Gobierno Federal, con una mentalidad de colores partidistas, sólo obstaculiza. No debería extrañarnos cuando el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, está abiertamente en campaña política y buscando la candidatura de su partido, en lugar de estar atendiendo los temas que le corresponden”. Sin duda, sabe lo que dice.
Ha hablado la voz de la experiencia y de la sensatez. Por algo el Diablo sabe más por viejo que por diablo. Acaba de decir el dirigente de la CTM Enrique Ramos Rodríguez, en defensa de sus agremiados, que la contaminación no la provoca el transporte público, esto a propósito de que ahora se han sacado de la manga que también haya “un día sin camión” en Xalapa, es decir, que diariamente no circularán en la capital del estado 260 camiones del transporte público de los mil 300 que hay y que afectarán las 130 rutas que existen.
El también viejo dirigente cañero reclama, y con justa razón, que si a partir del próximo 28 de agosto sacarán de la circulación también a 1685 taxis de los ¿10 mil que ya hay?, entonces que también haya un día sin auto particular. ¡Pues claro! Creo que ahí está la clave, el meollo del asunto, pero parece ser que eso de la contaminación es sólo un pretexto y que en el fondo se trata de otra cosa.
En el Distrito Federal hace ya mucho implementaron o impusieron el “Hoy no circula” pero, siendo la ciudad un verdadero monstruo y con grandes y complejos problemas viales, se prohibió que circularan coches con placas particulares, no los transportes públicos.
Si en Xalapa de veras se quisiera atacar el problema de los atascos –como dicen los españoles–, de los embotellamientos en el centro, el problema de la contaminación –ambiental y auditiva y a veces hasta visual–, entonces lo que se debiera hacer es alentar que los particulares dejen sus unidades en sus casas y utilicen el transporte público.
Alrededor de la ciudad de Madrid, España, existen muchas llamadas “ciudades dormitorios”, lugares en los que viven trabajadores que todos los días van y vienen a y de los centros de actividades de la ciudad e incluso para alentar que precisamente no saturen con sus coches las calles, en medio de las autopistas de acceso y de salida construyeron ejes viales, vías súper rápidas, en la que sólo pueden circular coches que vayan llenos, es decir, con ello han logrado que cada trabajador no lleve su carro sino que en un solo viajen cuatro o cinco, que son vecinos o viven en la misma área, con lo que ya están descontando tres o cuatro unidades.
Acá podrían implementarse corridas directas de las unidades habitacionales hacia el centro en camiones decorosos (en Guadalajara las unidades del servicio de primera tienen clima artificial y todas traen televisores, de modo que las señoras no se pierden los capítulos de sus telenovelas mientras se trasladan), en especial a determinadas horas tanto de entrada a las escuelas como a los centros de trabajo, así como de salidas, lo que quizá podría evitar que los que tienen coche los muevan y quizá con ello se aliviaría también un poco el grave problema de saturación que ya se padece.
¿Por qué no se empezó mejor por un “Hoy no circula” con los vehículos con placas particulares? ¿Por qué no se implementó una campaña publicitaria para desalentar que entren más carros al centro? ¿Por qué no paralelamente se instrumentó un programa para mejorar el servicio de transporte público en todas sus modalidades? ¿Es que acaso nadie ha pensado que al sacar de circulación camiones, a los que se afecta son a los más pobres y desfavorecidos que no tienen coche; a los de las colonias y zonas marginadas?
Y tomo unas vacaciones a partir de hoy. Nos encontraremos aquí en la primera semana de agosto.