Po’s a ver si no terminan vendiendo como fierro viejo el helicóptero que el Gobierno del Estado decidió sacar a subasta.

¿Es que acaso alguien se va a animar y a arriesgar a pagar los 9 millones 700 mil 250 dólares que costó (121 millones 683 mil 120 pesos al tipo de cambio el día de ayer) si tiene fallas en el piloto automático (ahora sí, ¿y dónde está el piloto?), en el aire acondicionado y  en el sistema del rotor principal? ¿Acaso alguien se va a atrever a volar en él sabiéndolo?

El Heraldo de Xalapa informó en su edición de ayer que la Comisión de Hacienda del Estado autorizó ya vender el helicóptero mediante subasta pública–que estaba asignado a la Secretaría de Seguridad Pública– pues el costo de su mantenimiento resulta excesivamente oneroso.

Como se comentó en “Prosa aprisa” del 19 de agosto pasado (“El helicóptero en venta”), el titular de Finanzas y Planeación, Tomás Ruiz González, solicitó la autorización de venta aunque el día que se dio a conocer la petición, el miércoles 17 de agosto, no se dieron a conocer detalles del expediente respectivo.

El citado periódico los dio a conocer ahora. Fue adquirido en 2007, hace cuatro años, aunque, como di a conocer aquí, se entregó en febrero de 2008, hace tres años. Pero en esos tres años y seis meses sólo ha acumulado un total de 1523 horas de vuelo porque durante el lapso mencionado únicamente se ha elevado 13 meses ya que los restantes ha estado parado debido a sus fallas.

A ello se ha sumado que el suministro de las refacciones por parte del fabricante, Eurocopter de Francia, se lleva mucho tiempo debido a lo cual, se informó en El Heraldo, ha permanecido gran parte del tiempo en el centro de servicio, espacio durante el cual se ha gastado en mantenimiento 759 mil 624 dólares (9 millones 480 mil 107 pesos al tipo de cambio el día de ayer).

Obligadamente surgen varias preguntas. ¿Ya no tenía garantía el aparato? ¿Desde cuándo empezó a fallar? ¿Las fallas se deben a defecto de fábrica o a mal uso por parte de los pilotos del Gobierno del Estado? ¿Por qué no estaba asegurado un bien de este tipo que vale mucho dinero? ¿Ni siquiera para eso había recursos? ¿Hay algún responsable?

En el expediente de la venta se informa que aun cuando el helicóptero resulta funcional desde el punto de vista técnico para las actividades de seguridad pública, el costo de su mantenimiento resulta excesivamente oneroso, considerando la actual situación financiera que prevalece en la entidad. De todos modos, por lo que se intuye, tener esa nave nos costaba a los contribuyentes un ojo de la cara.

No sé por qué pero cuando la leí relacioné de inmediato una nota informativa que publicó ayer Notiver acerca de la nueva gobernadora del estado de Nuevo México, en Estados Unidos, la primera latina en llegar a ese cargo, la republicana Susana Martínez.

Ella entregó a un rico empresario una avión propiedad de su administración a cambio de 2.5 millones de dólares, eliminando, de paso, “otro vestigio de su antecesor, Bill Richardson” (por cierto, muy amigo de nuestro anterior gobernador).

“«El año pasado, cuando estaba en la carrera por la gubernatura, no sólo prometí a los contribuyentes que no usaría este jet personal como un taxi aéreo. Prometí que me desharía de este símbolo de avaricia y excesos del Gobierno estatal», señaló Martínez el pasado jueves, durante el acto en que hizo entrega del avión (un Cessna Citation Bravo de 2005) a Richard Felland, informó The New York Times”.

Se antoja la comparación. ¿Qué hubiera dicho la gobernadora de un estado que se supone rico, que se escandalizó por un avión (debe ser lo que aquí conocemos como “avionetita”) de 2.5 millones de dólares (31 millones 200 mil pesos al tipo de cambio al día de ayer), si estuviera enterada que acá en cambio se tiene un helicóptero (se compraron dos, en realidad) de 9 millones 700 mil 250 dólares, que al tipo de cambio ayer equivalen a 121 millones 683 mil 120 pesos?

“En sus primeros ocho meses en el cargo (¿¡igual que acá!?), Martínez, rara vez ha desperdiciado la ocasión para diferenciarse de Richardson, demócrata, quien tras agotar dos mandatos acabó con los índices de popularidad por los suelos”. Este párrafo lo transcribo sólo por citarlo, porque en nada se parece a lo que pasa en la aldea jarocha, rumbera, trovadora de veras, desmadrosa y ahora twittera.

“Durante su mandato ha firmado órdenes ejecutivas para revertir las políticas heredadas de Richardson y ha presionado a la legislatura estatal para eliminar otras, a veces con éxito y otras no, tratando de imprimir su propio sello…”. Lo bueno que eso no pasa acá, que hay continuismo para mantener la unidad. Lo bueno.

Pero volviendo a lo nuestro, dadas las condiciones actuales en que está, ¿cuánto irán a ofrecer por el helicóptero?, tomando en cuenta que, además, se trata de un aparato fino, caro, cuyo mantenimiento es muy costoso, con el inconveniente también de que no se tienen refacciones a la mano y que traerlas de Europa es también costosísimo.

 

A ver si no terminan comprándolo como cualquier bagatela o a ver si nadie se anima a adquirirlo y terminan desarmándolo para venderlo en partes o como piezas viejas y usadas en cualquier deshuesadero. ¡Ahora sí, como Juan  Garabato, que compra caro y vende barato!

Mientras, ¡ay!, más de cien millones de pesos nuestros, que se pagaron con nuestros impuestos, están bailando. Como siempre, no hay ni habrá responsable alguno. Total, el pueblo aguanta.

¿Un éxito, un exitazo el hoy no circula en Xalapa? ¡Ahhh, ahhh, ahhh! Lo que es estar en la cómoda oficina, lo que es no vivir la vida diaria que vive la población. Sorprende, deja maravillado ver lo despejadas que están calles y avenidas en un día normal, como Hidalgo, 20 de Noviembre, Xalapeños Ilustres, Murillo Vidal, Ávila Camacho, etcétera, etcétera, como sorprende que ahora particulares, con chalecos y banderolas naranja, tengan que dirigir el tránsito vehicular frente a la céntrica escuela primaria Rébsamen. ¿Es qué ya no hay agentes de Tránsito para eso?