¿Hermanamiento entre Xalapa y Toluca? Más bien, hermanamiento entre Javier Duarte y Enrique Peña Nieto.
Porque el veracruzano no es el alcalde de Xalapa ni el mexiquense el de Toluca. Y además, la ceremonia ni siquiera se va a celebrar en el palacio municipal de la capital del estado sino en el salón Carranza, así llamado el que fue recinto de la Legislatura del Estado, dentro del Palacio de Gobierno, hasta que el gobernador Dante Delgado construyó el actual Palacio Legislativo.
De todos modos, para taparle el ojo al macho, en la mesa principal, la mañana de este martes a las once horas, estarán los dos ejecutivos estatales, sus respectivas esposas –Karime Macías y Angélica Rivera, respectivamente– y las presidentas municipales de Xalapa, Elizabeth Morales García, y de Toluca, María Elena Barrera Tapia, una doctora por cierto muy guapa, ambas priistas. Y en lo que fue la sección de curules colocarán a los miembros de las comunas de ambos municipios. En el graderío del pequeño recinto estarán los invitados especiales, no más de 70, seguramente los secretarios de despacho entre ellos.
De prensa habrá solamente un muy pequeño pool, casi sólo el de casa, y el resto tendrá que atestiguar todo en unas pantallas que se colocarán en el patio central, donde también se tenía previsto colocar a otros invitados, que no podrán ver en persona al futuro presidente de México porque las medidas de seguridad serán estrictas y nadie que no tenga su invitación especial podrá acceder al ex recinto parlamentario.
Más tarde, ambos, con sus respectivas esposas, comerán en privado en la capital del estado y de ahí, si el tiempo cronológico y el tiempo climático lo permiten, irán a tomar un café al puerto de Veracruz.
Rendido su último informe de gobierno ayer y a sólo nueve días de que entregue el poder en el Estado de México, de alguna forma el acto de Peña Nieto este martes en Xalapa constituye el inicio casi formal de su campaña como precandidato presidencial del Revolucionario Institucional y no deja de ser significativo que lo haga en Veracruz seguramente por todo lo que significa en la historia del país, por sus riquezas naturales y su gran potencial económico, pero, más que nada, por el tamaño del padrón electoral, sólo más chico que el del propio Estado de México y que el del Distrito Federal.
El hermanamiento de este martes –¿cómo típico cuenqueño tratará Duarte de Ochoa a Peña Nieto como “mi hermano”?–, como quiera que sea, significa la alianza política entre el gobernador de Veracruz y el futuro presidente de México con lo que, de paso, queda totalmente en claro que no hay apoyo ni para Fidel Herrera Beltrán, aunque ya se descartó para la “grande”, ni para Manlio Fabio Beltrones, con lo que hoy también puede iniciar el principio del fin de la dirigencia priista que encabeza Héctor Yunes Landa, cuya abierta simpatía es con el sonorense, y acaso a eso se deba que le hayan cerrado ya la llave de los recursos (que de por sí casi no se la han abierto), de lo que se están quejando en el CDE tricolor. Seguramente para la presidencia priista preparan o tienen listo ya a un duartista-peñanietista, en lo que constituiría una verdadera sorpresa, y no sería raro que al actual presidente priista en el estado le den una salida digna con una candidatura a diputado federal.
Los motores políticos, pues, empiezan a calentarse y mientras Alejandro Montano Guzmán recorre sin parar el distrito de Xalapa Rural donde será candidato, José “Pepe” Yunes ahora sí aprieta e intensifica el paso recorriendo el estado con el buen pretexto que le da su importante cargo como presidente de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados federal, lo mismo que hace Jorge Uscanga Escobar instalando programas del Plan Integral de Prevención Social, a los que se suma, por si las moscas, el propio Héctor Yunes con actos que, según he visto fotografías, están muy concurridos lo que muestra y demuestra la fortaleza del tricolor, lo que hace prever también un fuerte jaloneo por la otra candidatura si, como se presume, Pepe Yunes ya tiene casi amarrada una.
El hermanamiento de hoy hace presumir que hay y que habrá entendimiento entre el candidato presidencial y el gobernador y que una candidatura segura será la que proponga el ejecutivo estatal y la otra la que acuerden el propio Peña Nieto, el presidente del CEN de PRI y el mandatario estatal, por lo que la aduana a pasar será muy controlada y nada fácil.
Un efecto inmediato –así se puede ver– del asunto este de los twitteros, de la operatividad, instantaneidad y penetración de la herramienta que constituyen las redes sociales, parece ser la reacción que ha habido en la todavía Dirección General de Comunicación Social del Gobierno del Estado donde ayer iniciaron la reubicación de personal y de espacios físicos moviendo trabajadores al antiguo Colegio Veracruz y a la calle Zaragoza para dejar un lugar en Palacio de Gobierno a una nueva área que ha sido creado o se creará y que se llamará precisamente de redes sociales.
Si usted vive en Xalapa o la visita, no deje de ir a la nueva sección de restaurantes en el barrio de San José, a espaldas del mercado del mismo nombre. Además de la carga histórica que tiene, es un espacio que ha quedado muy bonito y que seguramente pronto será un atractivo gastronómico. Ya con sus áreas jardinadas hasta la joven araucaria que sembraron en lugar de la otra centenaria que tiraron luce bien.
Este nuevo atractivo es un ejemplo de cómo puede haber empate entre dos administraciones municipales sin demérito de ninguna, pues el proyecto lo inició y dejó muy avanzado la presidencia que encabezó David Velasco Chedraui y que ahora ha concluido la que encabeza Elizabeth Morales García, quien la inauguró la noche del pasado viernes. El lugar se podría enriquecer con manifestaciones culturales y artísticas de los grupos profesionales y de estudiantes de la Universidad Veracruzana. El área es muy parecida a la del Parián en Puebla donde se colocan los pintores.