Con su declaración de que como consejero nacional que es, Enrique Peña Nieto tiene su total apoyo y respaldo; de que como veracruzano y como priista está orgulloso de tener un aspirante como el gobernador del Estado de México, que será el mejor candidato y el mejor presidente que tenga la república en toda su historia pues no sólo tiene experiencia sino que reúne además requisitos que ningún otro aspirante posee, el gobernador Javier Duarte de Ochoa metió en un verdadero brete al presidente del Comité Directivo Estatal del PRI Héctor Yunes Landa y casi casi forzó su salida.
Sabido es que el actual dirigente tricolor se identifica plenamente, lo cual tampoco niega, con el senador Manlio Fabio Beltrones, quien también abiertamente ha expresado su deseo de competir para la “grande” aunque en las encuestas aparece muy pero muy abajo en la aceptación ciudadana y nadie se atrevería a aventurar siquiera que obtendrá la nominación de su partido.
Con el pronunciamiento público de llamado primer priista del estado a favor del mexiquense luego de su destape en Televisa la noche del lunes, pone a prueba la congruencia del todavía dirigente estatal del tricolor, quien aquel 13 de marzo, cuando tomó posesión del cargo, dijo que se ni confundía ni se hacía bolas de que él asumía sólo la responsabilidad de la operación política del CDE, pero que el liderazgo del PRI “ese sólo lo ejerce usted, señor gobernador”.
Pues el líder ha hablado, se ha pronunciado, ha tirado línea y ha puesto de manifiesto que el priismo de Veracruz esté del lado de Peña Nieto, pero el operador político no ha secundado a su líder como cabía esperar y guarda silencio.
Le llegó la hora de definirse, de no esperar hasta el próximo lunes a su habitual conferencia de prensa, pero todo indica que preferirá irse del cargo antes que fallarle a su amigo y protector, el sonorense, pues de otra manera hubiera salido atrás del gobernador a sumarse también al seguro candidato priista y casi seguro próximo presidente del país.
Según versiones atribuibles a sus colaboradores, Héctor se iría del CDE no en octubre sino en noviembre, pero quién sabe, de ser cierto lo que se dice, si porque él así lo tiene determinado o porque ya lo acordó con quien lo tenía que acordar, aunque también se maneja la versión de que ya está en la caja o en el círculo de espera, con el bat al hombro para entrar de emergente, el actual subsecretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado, Gabriel Deantes Ramos, quien goza de toda la confianza del líder político del estado, cuestión de recordar que al inicio de la nueva administración se le envió como oficial mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz al lado de Adolfo Mota Hernández para escarbar hasta el último rincón con el propósito de saber cómo había quedado la dependencia, pero también para limpiar la nómina de tanto aviador que había, poner orden y meter control en todo el sistema administrativo.
Deantes o después, pero puede llegar a ser.
En abono de Yunes Landa tiene que decirse y reconocerse que ha estado haciendo bien su trabajo como lo reflejan las gráficas de los últimos actos que ha encabezado para reestructurar toda la estructura humana tricolor en Orizaba, Villa Aldama, Las Vigas, Tlacolulan, Jalacingo, Tlapacoyan, Martínez de la Torre, Nautla, Misantla y Landero y Coss, donde presidió actos muy concurridos, pero sigue arrastrando el señalamiento de que más que para la causa tricolor trabaja para su eventual candidatura al Senado como lo acaba de declarar el coordinador de la fracción legislativa del PRI en el Congreso local, Jorge Carvallo Delfín, quien le pidió manejar con responsabilidad las cuotas partidistas “y que no se utilicen en beneficio de una candidatura o una aspiración”.
Esto último explica bien ahora porque sistemáticamente los diputados locales se han negado a dar su aportación al CDE, pues seguramente tienen línea de no hacerlo.
Cuando en “Prosa aprisa” se comentó de la posible salida de Héctor de la dirigencia, él respondió diciendo que no era cierto, que su periodo se vence hasta septiembre del próximo año, olvidando que casi ningún dirigente ha concluido su periodo estatutario completo. De los dos últimos antes que él, José “Pepe” Yunes acababa de reestructurar toda la estructura humana estatal cuando casi de un día para otro el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán decidió su salida, mientras que Ranulfo “Tonicho” Márquez Hernández también se resistía a irse alegando lo mismo, que apenas tenía meses en el cargo, y se fue.
Pero Héctor es político. De eso vive. Para eso vive. Dentro de la dirigencia o fuera de ella seguramente seguirá dando qué hablar por su activismo y participación. Está en todo su derecho.
Por cierto, al que ya promueven también como futuro candidato a diputado federal por el distrito de Coatepec-Perote o Perote-Coatepec es al actual subsecretario de Planeación del Gobierno del Estado, Fernando Charleston Hernández, pues precisamente durante el reciente recorrido de Héctor por el distrito apareció siempre en el presídium, en una clara muestra de que lo están exponiendo ya a los priistas y a los potenciales electores.
Me llamó la atención esto que leí el martes en la columna “Política con amour…”, de Ingrid, en el diario Notiver, a propósito de la inauguración del restaurante del buque Guanajuato en Boca del Río: “Ayer vimos a Guillermo Herrera y a su esposa Gely Roca, por lo visto los recién casados están compartiendo algo más que los anillos, se cambiaron el ¡tinte! Antes, cuando la boda todavía eran rubios los dos, pero ayer que llegaron al buque Guanajuato, son castaños ¡del mismo tono los dos! Más barato por docena, se ve que preparó el tinte para los dos, qué bueno, comparten hasta las sesiones de belleza, parejas modernas”.
En cuestión de días se acaba el verano. La próxima semana entraremos al otoño. ¿Será para estar a tono con el cambio? ¿Obedece a que Guillermo quiere cambiar de imagen? ¿Será para llamar la atención ahora que ya no está expuesto a reflectores desde que es jefe de la Oficina del Programa de Gobierno? ¡Oh la la!
En la foto que publicó ayer el diario Reforma de Maruchi Bravo Pagola donde se ve de perfil saliendo de Pacho Viejo se advierte que hasta engordó. No cabe duda que se creció al castigo. Seguramente reanudará los toquecitos que suele enviarme por facebook. Ojalá y pronto leamos las reseñas de los libros que leyó allá adentro.