+ El “Brendo” lo perdió todo.
México y Veracruz haciendo historia
con las primeras mujeres
como presidenta y gobernadora
--Chopenjawer
Empiezo estas líneas el 1 de junio a las 16:39 horas, adelantando lo que he estado diciendo desde hace más de un año: que Rocío Nahle iba a ser la gobernadora de Veracruz.
En 2015, trabajando en el PRI estatal, llamó la atención de quienes monitoreamos la elección federal de ese entonces que entre los colores del mapa electoral de Veracruz (comicios para diputados) había un guinda que destacaba y que nadie tenía contemplado.
En algún momento, el guinda llegó a tener por lo menos 5 o 6 distritos y eso fue lo que llamó la atención: ¿quién era ese color? (rojo era PRI, verde era PVEM, azul era PAN y amarillo, PRD).
El guinda era Morena, que finalmente sólo llegó a obtener dos distritos, pero de los más poblados e importantes en el estado: Xalapa y Coatzacoalcos. Los ganadores de esa elección fueron un desconocido Cuitláhuac García Jiménez y una mujer muy conocida en el sur llamada Rocío Nahle.
Fueron los dos primeros legisladores federales de Morena y los dos primeros en ganar espacios al partido de reciente creación del que muchos nos burlamos o nos era indiferente porque sólo veíamos a un grupo de weyes bajo una carpa en la Plaza Lerdo (entre otros parques principales de miles de municipios) afiliando al Movimiento de Regeneración Nacional, encabezado por el entonces ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien renunciaba al PRD y formaba su propio partido.
Se puede decir que de 2012 a 2015, en sólo tres años, Morena logró consolidarse ganando sus primeros distritos en Veracruz. Tres años después haría historia arrasando en el país.
Vale recordar que en 2015, varios periodistas fuimos de curiosos a la Plaza Lerdo cuando nos dijeron que estaban celebrando su triunfo los “morenos” y queríamos saber quién era el tal Cuitláhuac. Esa vez llegué con mi brother “BetoGato” y fue quien expresó: “¡Aaaah, es el hijo de Atanasio!”... Se refería a Atanasio García Durán, ex diputado local del PRD y un veterano luchador social muy conocido en Xalapa, quien recientemente había denunciado las porquerías de las granjas porcinas de la empresa Carroll en Perote.
Cuitláhuac había derrotado a la entonces presidenta estatal del PRI, Elízabeth Morales, quien semanas antes había renunciado para contender por la diputación federal. En el caso de Coatzacoalcos, Rocío Nahle había logrado vencer por amplio margen al otrora poderoso grupo priísta cuyos líderes eran el ex alcalde Marcelo Montiel y el todavía líder petrolero Ramón Hernández Toledo.
Fue un duro golpe para el tricolor...
Ya desde entonces, se avizoraba que Rocío Nahle sería la rival a vencer y emprendieron campañas negras en su contra, pues desde entonces los marcelistas ya la estaban candidateando al Senado o a la Gubernatura de Veracruz en un futuro próximo.
De esta manera, Rocío y Cuitláhuac se convertirían en los líderes naturales de Morena en el estado; a estos se sumaría Manuel Huerta, gracias al cargo de super-delegado del gobierno federal casi plenipotenciario.
Rocío Nahle se convertiría en la primera coordinadora de la primera bancada de Morena en la Cámara de Diputados en 2015. Cuitláhuac poco después pediría licencia para contender en las elecciones a gobernador para el periodo 2016-2018, quedando en tercer lugar y ganando Miguel Ángel Yunes Linares, quien intentó heredar el cargo a su hijo “Miguel Chiquito”.
La historia les volvió a sonreír a Rocío y Cuitláhuac en 2018: ella como candidata al Senado y él como candidato a gobernador, teniendo las mayores votaciones en la historia de Veracruz hasta ese momento.
El causante de esta votación en masa —debe decirse— era ni más ni menos que Andrés Manuel López Obrador, quien en su tercer intento logró ganar la Presidencia de la República y lograr un arrastre inconcebible e inédito, pintando de color guinda la mayoría del país y ganando entidades claves. Si en 2015 sólo eran Coatzacoalcos y Xalapa, para 2018 AMLO ya tenía el estado de Veracruz, así como varios distritos y municipios importantes ganados.
Luego entonces, Rocío Nahle se perfilaba para suceder a Cuitláhuac, pero antes le fue encomendada otra misión: el presidente López Obrador la llamó al gabinete para fungir como secretaria de Energía y dio oportunidad a que su amiga Gloria Sánchez (una mujer activista de mucha historia en la izquierda de Veracruz) se convirtiera en senadora.
ROCÍO SUREÑA
Rocío Nahle tuvo como misión principal construir la refinería de Dos Bocas. Para quienes somos del sur y nuestras familias tienen varias generaciones trabajando en la industria petrolera, sabíamos que no iba a ser una empresa fácil y que claro requeriría de mucho más tiempo no sólo para terminarla, sino para arrancarla. No obstante, poco a poco ha ido avanzando desde que Nahle la dejó ya terminada de construir (que fue en tiempo récord) y ahora se espera que ya esté operando al 100% antes de que acabe este sexenio.
Rocío, efectivamente, no nació en Veracruz, pero tiene más de la mitad de su vida residiendo en Coatzacoalcos, laborando en lo que quizás es uno de los ambientes laborales más hostiles y misóginos: PEMEX.
Ahí una mujer que destaca es porque se enfrenta --lamentablemente-- a un ambiente muy complicado y adverso. La mujer que entra ahí se forja y se fortalece como el acero; pocos aguantan ese ambiente, incluso los más machines; algunos no resisten la presión del bullying, la corrupción anidada o la pesada jornada bajo el sol. Otros de plano se van a Coatepec para vivir de lo que escriben (es neta).
A eso súmese que el sur tiene una tradición matriarcal muy arraigada, distinto al Veracruz del centro cuya figura principal en la familia es el patriarca.
Para quienes somos del Istmo (y creo buena parte del sureste), sabemos que la abuela o la mamá es la que manda, dispone y ordena en casa; no sólo cría hijos o nietos y se dedica a las labores del hogar, sino que es la que lleva las cuentas de la casa y planifica los rumbos de la familia. Ser mujer en el Istmo es tener una educación diferente, una visión muy distinta, más si se vive en las muy competitivas zonas petroleras.
Rocío Nahle se forjó en esos ambientes y por eso no la iban a doblegar ni se iba a cansar de hacer una extenuante campaña recorriendo todos los municipios del estado. Ha navegado contra corriente y marea, pues ha sido una luchadora social desde los tiempos del PRD (cuando eran de izquierda) combatiendo al todopoderoso PRI. Si alguien en Morena merecía ser abanderada a la gubernatura de Veracruz, era ella.
Mire, no me malinterprete: es verdad que existen muchos buenos cuadros como Ricardo Ahued, Manuel Huerta, Claudia Tello, entre otros que se me escapan a la memoria. Pero Rocío Nahle, ya desde 2015, se perfilaba como candidata y fue quizás una estrategia de AMLO el cuidarla hasta el momento más indicado.
LA VERDAD SIEMPRE ESTUVO AHÍ
Ahorita son las 2:12 de la mañana del 3 de junio y lo que puedo confirmarle es que a varios haters-yunitos se les fue el internet y las ganas de castrar.
Pero la verdad siempre estuvo ahí: Rocío era la segura ganadora y así lo decían las encuestas desde hace más de un año. De la Secretaría de Energía pasó a la contienda interna (que en un principio ni debió haber existido), y pese a la guerra sucia e idiota, terminó ganando la candidatura y la elección de Veracruz.
Siempre fue Rocío. No había que hacerse tantas chaquetas mentales.
La contundente victoria de la “inge” es muestra de que la guerra sucia no funcionó; tampoco la estúpida estrategia de denigrarla por no ser originaria de Veracruz, pero a sus ocotitos les ganó el odio y los cegó la ambición, el ego, la hambruna, el ansia por regresar al poder después de estar entre 5 y 7 años en la banca, ya casi retirados y viviendo de la pensión del Bienestar.
Por cierto, ojalá Tía Chío no cometa el error de pensar que esos personajes están muertos políticamente. Eso se decía de los Yunes y ahí los veremos convertidos en un dolor de huevos en un futuro cercano, gracias a sus plurinominales que le sacaron al derrotado PepeYu.
ÚNICA NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: “Brendo” Yunes y sus bailarinas de burlesque de plano se perdieron en la noche del 2 de junio. Ya no se les vio, ni se les leyó en redes sociales... Pero eso es lo de menos: el vato perdió todo y no ganó nada, ni siquiera la casilla donde votó, ni el distrito donde nació, ni el distrito donde es diputado federal... Como van las cosas, dicen los chismosos de Perote que en una de esas hasta ya perdió a la familia por andar ocultando a la otra familia, y en una de esas, hasta la casa chica… ¿Habrá valido la pena servir de títere a sus tíos adoptivos y a sus primitos postizos?