Damos el beneficio de la duda, ya que no ha sido terminado en su construcción, pero el anuncio de convertir el futuro velódromo de Xalapa en un posterior centro de convenciones, en verdad causa una eventual tristeza.
Xalapa es la Atenas Veracruzana porque en los años 60 y 70 tuvo su boom cultural a nivel mundial. Se cuenta que aquí el presidente Gustavo Díaz Ordaz quería que estallara la masacre de 1968, lejos del Distrito Federal donde se celebrarían los juegos olímpicos, pero el gobernador Fernando López Arias le espetó: “Yo no mato a mis jóvenes”.
Quien sabe de la capital de Veracruz, es que aquí se asienta una de las más importantes universidades del país, que es cuna de escritores, periodistas, antropólogos, abogados, filósofos, todos natos. De aquí han salido políticos de nivel que tienen que ver todavía actualmente con la política nacional.
Veracruz se distingue, en lo general, como una olla productora de grillos.
Pero también Xalapa se destaca, en el marco de esa capital griega donde nacieran las olimpiadas, por tener espacios deportivos que en su momento se veían por doquier, pero que ahora se han reducido a viviendas, edificios y hasta centros comerciales.
Como ejemplos tenemos a la famosa Plaza Museo que era un campo deportivo muy visitado impulsado por los trabajadores de la textilera que existió en la ciudad, pero en los tiempos de Dante Delgado se engañó a la población diciendo que se iba a construir en ese lugar la biblioteca “Gonzalo Aguirre Beltrán”, que finalmente terminó en terreno propiedad de Chedraui y sus vendimias.
Al lado del cerro Macuitepetl existía otro campo, pero de la nada apareció una constructora que comenzó a hacer viviendas con el pretexto de poblar la peligrosa colonia Progreso. En San Bruno, donde ahora se instala un mercado junto al ISSSTE, de igual manera desplazaron a los deportistas para darle preferencia a la fayuca e importación china.
Caso especial merece la faculta de Humanidades, que está instalada en lo que anteriormente era conocido como “El Cuadro”, que era cancha de fútbol y terreno donde se asentaban los circos que visitaban la ciudad.
Los famosos Campos Juárez se convirtieron en lo que hoy es la USBI, donde no se puede acceder tan fácilmente por ser territorio universitario. En donde actualmente está el inservible Museo del Transporte anteriormente era un basurero, pero justo al lado había una cancha deportiva que fue tragada por la urbanización de Xalapa.
De esos espacios deportivos, el único sobreviviente es en la entrada a la Hacienda Lucas Martín, allá donde todos los años se hace la pachanga para celebrar a los periodistas.
¿Las calles para jugar? Ya no se puede: casi todas están invadidas por camiones de pasaje en aras de la ambición desmedida de los políticos dueños de rutas.
Y así varios espacios deportivos que se han perdido en una Xalapa donde el deporte es puntal para la sana convivencia, hoy muy necesaria ante una sociedad con los vicios más accesibles y una mayor distribución: se cierra una “tiendita” y se abren 10 más.
La falta de estos espacios, sin duda, ha llevado a que buena parte de la sociedad (especialmente los jóvenes) hayan perdido interés en practicar algún deporte. Si bien de vez en cuando se acuerdan de organizar eventos deportivos como caminatas en días emblemáticos como el Día de la Familia, el deporte debería ser promovido diario, en serio, para rescatar a Xalapa.
Un velódromo sería el escenario perfecto para la promoción del deporte en la capital de Veracruz. Fácilmente se puede convertir en escenario de competencias nacionales y de recreación deportiva no sólo para Xalapa, sino para los pueblos alrededor.
Muchos ciclistas lo agradecerían. Si usted va a Coatepec o por la carretera a Veracruz, verá a decenas de ciclistas que se exponen al alto riesgo de morir atropellados por el simple hecho de no tener un lugar para practicar este deporte. Un velódromo serviría para alentar a la región para practicar ciclismo en un área segura.
Un centro de convenciones sólo vendría a atascar el de por sí ya dificultoso tráfico de Xalapa; un espacio oneroso sin fin, que absorbe una gran cantidad de recursos como vialidad, energía, drenaje, etc., sin motivo de necesidad real. ¿Para qué un Centro de Convenciones si ya se tiene un World Trade Center en Boca del Río? ¿Qué necesidad de convertir a Xalapa en una mala copia de la zona conurbada de Veracruz?
Si así van las cosas, no dude usted qué, como dice @jorgelobatoh, lo van a terminar usando para reuniones del PRI en vez de promover el deporte.
La idea sería pedir que el velódromo fuese accesible para todos; si bien tendrá su costo y gastos, bien podrían mantener este espacio que es para fomentar el deporte como mantuvieron un elefante blanco como el Museo de Transporte.
Ojalá se desista de tal idea. Ojalá no se convierta en un capricho próximo porque Xalapa merece ser otra vez una Atenas.