Una situación desesperada es la que se está suscitando en Barranca Grande, municipio de Ixhuacán de los Reyes.

 

El 8 de septiembre de 2008, un derrumbe de lodo, piedras y maleza se dejó sentir por la noche en dicha comunidad, arrasando cerca de 50 casas. Igual desaparecieron una escuela y un Centro de Salud. Una mujer y un niño fallecieron.

 

Los diarios lo reportaron así: "una mujer de 37 años, de nombre Félix Ortiz Aragón, y el niño Isaías Aragón Muñoz, de tres años, fallecieron al ser arrastrados y aplastados por el deslave. Además tres personas resultaron heridas".

 

Desde entonces, los cientos de damnificados fueron llevados a vivir a un albergue en Ixhuacán, con la promesa de que les serían recuperadas sus viviendas.

 

Ha pasado más de un año, y la realidad es muy distinta a lo prometido: permanecen en albergue amontonados, sin esperanza alguna de ver nuevamente sus hogares.

 

Los niños toman clases en campers habilitados como salones móviles, que de un momento a otro podrían quitarles sin que tengan un aula habilitada. La feria de Ixhuacán es a principios de enero, y su "escuela" podría ser removida.

 

Las casas prometidas por el Gobierno de Veracruz ante la tragedia se comenzaron a construir en la comunidad de Xixitla. Según el director de INVIVIENDA, Manuel Barclay, eran casi casi unas casas del futuro; materiales del primer mundo: cartón y madera comprimida, casas cuyo costo serían de 185 mil pesos.

 

Esto originó una serie de protestas contra el funcionario estatal, por la obvia desconfianza de los materiales que según Barclay son indestructibles.

 

Pues bien, no sólo no parecen ser indestructibles, sino imposibles. Este martes fue anunciado que fueron despedidos 200 trabajadores de la constructora "Grupo Industrial JA" de Coatepec quienes desde hace 15 dias no cobran su sueldo completo. La compañía es la encargada de la obra en Xixitla, que hasta el día de hoy no ha entregado ni una sola casa.

 

No sólo se ha advertido en diversas ruedas de prensa con industriales de la construcción --incluso desde este espacio lo habíamos manifestado-- que se les adeuda y estos acusan al Gobierno de Veracruz de tenerlos abandonados y cargados de millonarios pasivos, proveedores furiosos y conflictos sociales que se van desencadenando ante la triste indiferencia de la administración estatal.

 

Para rematar este drama, muere un albergado de 42 años durante la larga estancia de los damnificados de Barranca Grande, hijo del matrimonio Martínez Fuentes, mismos a quienes quieren desalojar por las fiestas de enero de las aulas móviles de la escuela.

 

Las obras quedan comprometidas. Los habitantes de Barranca Grande siguen sin ser atendidos, y lo que según eran unas casas del futuro fáciles de armar por sus materiales, ahora resulta que no pueden ser entregadas en tiempo y forma, además que la compañía constructora está perdiendo obreros ante la falta de solvencia del Gobierno de Veracruz.

 

Este es un claro ejemplo de lo que no ven allá en la cúpula del poder que siempre pregona que las finanzas en Veracruz están sanas, pero que tienen a un sector constructor sumido en la peor de sus crisis de los últimos años.

 

Insistimos: no sólo están generando un común caso de desempleo; una persona sin trabajo sin estudios profesionales, con resentimiento social y una gran familia que mantener, es un candidato idóneo para las filas de la delincuencia, el comercio informal, incluso para el narco.

 

A esto súmese que los hijos no tendrán acceso a educación, se genera un problema de pobreza, etc., toda una bola de nieve por el simple hecho de no pagarle a los constructores.

 

Lo de Barranca Grande nos viene a demostrar lo que en verdad es un drama de urgente atención, sazonado por lo que parece encaminarse a un desastre en materia de apoyo social, y desacreditando la palabra empeñada del gobernador Fidel Herrera con cientos de albergados arropados sólo con la lejana promesa de recibir una "casa de primer mundo" hecha de cartón.

 

Las imágenes de José Darío Pale, las puede consultar en EnlaceVeracruz212.com.mx