La Semana Santa es más ansiada por las vacaciones que por su sentido religioso. Eso no es novedad: la mezquindad del ser humano es legendaria; la fiaca es más cómoda que la responsabilidad espiritual.
Veracruz reportará que hubo “millones” de visitantes pese a las balaceras y operativos confirmados por los mismos canales oficiales del gobierno estatal. Pese a que empresas especializadas en turismo como TripAdvisor (sitio web de viajes que proporciona información y opiniones de los usuarios respecto a sus experiencias de viaje) hace poco dio a conocer los 10 destinos más populares de México en sus premios "Traveler’s Choice" y ¿adivine qué?... No menciona a Veracruz.
Playa del Carmen, Puerto Vallarta, Ciudad de México, Cabo San Lucas, Zihuatanejo, Tulum, Oaxaca, San Miguel de Allende, Puerto Escondido y Acapulco son los 10 destinos más populares por los turistas, de acuerdo a TripAdvisor, considerada la comunidad de viajes más grande en el mundo, con más de 32 millones de miembros y más de 100 millones de críticas y opiniones sobre hoteles, restaurantes, atracciones y otros negocios relacionados con los viajes.
No, no se encuentra Veracruz en esa lista, lo que nos hace pensar que los miles de bañistas que se ven en las playas veracruzanas son en realidad paisanos que ya están acostumbrados a no salir a otros estados porque, seamos honestos: no necesitamos ir a otros lugares si ya estamos en el paraíso.
Pero además la inseguridad crece en una entidad que concentra su turismo en un sólo punto: Veracruz-Boca del Río, porque pareciera que el resto del estado no existe y los negocios de los políticos jarochos a través de prestanombres son lo únicos que tienen que ser beneficiados por los turistas.
Los únicos acostumbrados a lidiar con los problemas domésticos de violencia, pues son los veracruzanos (pese a que desdeñan al turismo local como “jicamero”). Un turista nacional o extranjero, en su sano juicio, no vendría a Veracruz luego de tantas alertas, pese a que estrellas veracruzanas como la niña-mamirriqui Ana de la Reguera hace promoción a Veracruz por su lado (porque causa celos en el gobierno).
A Veracruz se le quiere convertir en algo así como Guerrero con Acapulco, pese a sus 720 kilómetros de costa. Concentra todo en un sólo lugar, mientras la pobreza, la violencia, las atrocidades, crecen en el resto del chorizo veracruzano.
El turismo local es el que abarrota las playas que no se quieren difundir como Costa Esmeralda, Actopan, Lechuguillas, las de los Tuxtlas, la sierra de Soteapan, Coatzacoalcos, Tonalá, etc.
Pero si de veras disfrutó mucho sus días de descanso en nombre de Jesús El Cristo, pues ahí le va el moco de la realidad para este lunes: subió la tarifa del pasaje urbano en todo el estado y falleció Gabriel García Márquez.
A lo anterior añádele que ha habido temblores como si estuviesen en oferta y el nortazo que se metió por el Frente Frío 50 y mató al menos a un menor de edad al que le cayó un anuncio espectacular en la cabeza.
Lo de los aumentos al transporte tampoco es novedad.
Siempre es el mismo teatro de siempre; le hacen al cuento, al monje: en el primer acto, los transportistas se empiezan a quejar de que no les alcanza con lo que pagan los usuarios; que los gasolinazos (que raro, se supone que usan diesel) les afecta de sobremanera; que son pobres e inocentes víctimas de un gobierno que los jode con sus medidas fiscales…
Se quejan de todo, chillan de todo, hacen drama de todo…
El otro actor es el Gobierno de Veracruz. En el segundo acto, aparece como “defensor” de los veracruzanos; se aplica la declaracionitis demagógica: “No hay aumento”, “Se defenderá la economía de los veracruzanos”, “Castigaremos a quienes infrinjan la ley”.
Los permisionarios y concesionarios contestan al mismo tono, algunos salen a las calles, los líderes declaran en la prensa y es una rebatinga de dimes y diretes sobre la tarifa de transporte. Le llaman la época de “medirle el agua a los camotes”.
Luego llega alguna fecha especial; alguna tragedia como la muerte del Gabo. En otras ocasiones han sido utilizados como comparsa los 400 Pueblos, con algún incidente o escándalo político planeado, desvían la atención con algún absurdo, etc.
Todo como comparsa para filtrar a cuentagotas que ya hay acercamiento con los transportistas y que tiene como resultado final el aumento anhelado por los camioneros. Así la tragicomedia de siempre.
Pero, sin duda, la muerte de Gabriel García Márquez es la que impactó más entre las noticias tristes de la Semana Santa. La ausencia del Gabo pesará como nunca y habrá lectores que lo extrañarán como si la partida fuese de un amigo entrañable, un hermano mayor, un tío alcahuete, un padre amoroso o un abuelo sabio.
Al patriarca del Realismo Mágico debemos agradecerle el ser el colombiano más mexicano de todos: que aquí creó su obra cumbre “100 Años de Soledad”; que aquí decidió pasar buena parte de su vida, así como escogió a México como el lugar donde partiera al gran viaje. No sólo México, sino el mundo entero, le debe agradecer que haya escrito y haya existido para las letras.
El maestro César Vázquez Chagoya tenía como referencia literaria siempre obligada a García Márquez; sin duda algunos de sus textos, especialmente los que narraban historias, tenían mucha influencia de él. En pláticas informales sobre libros o periodismo, nunca se olvidaba de mencionarlo y podría decirse que, muy escondido en esa figura estoica de policía reservado, Vázquez Chagoya profesaba una gran admiración al Gabo.
EPÍLOGO
No tiene desperdicio la anécdota que comenta el periodista Álvaro Quino Mixtega: resulta que en la representación de La Pasión de Cristo en Cotaxtla, el actor que representaba al Nazareno pidió que lo “desclavaran” de la cruz después de haber sido crucificado.
¿La razón? Le dieron ganas de ir al baño… Detuvo toda la obra escénica y ahí lo ven pidiendo paso para ir directo a los mingitorios para ir a miar. Y es que como le diría McClusky a Michael Corleone cuando éste pide permiso para ir al baño antes de pegarle un tiro a la cabeza: "Cuando tienes que ir, tienes que ir"