La presa Yuribia parece ser la única en el país que es el botín predilecto para chantajes de todo tipo: desde maestros renuentes contra la Reforma Educativa hasta pobladores que han buscado cualquier tipo de obra pública. El fondo de todas las protestas, siempre es un interés político.
Construida en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes (1980-1986), es una de las magnas obras que aún persisten en la entidad, pues su diseño y caída por gravedad permite abastecer de agua a toda la región sur de Veracruz, cubriendo por lo menos a tres municipios grandes: Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos, que entre los tres suman cerca de medio millón de habitantes. Algunos apuestan a los 650 mil habitantes o 700 mil.
La toma de dichas instalaciones, por consiguiente, presiona y obliga a actuar a los afectados y eso lo han sabido aprovechar bien los habitantes de la sierra de Soteapan, donde se ubica dicho centro de.
Han conseguido de todo y han aprendido a pedir de todo con sólo tomar la presa.
Somos testigos de que, ya sea por verdadera ignorancia o mera apariencia, cualquier motivo es válido para ir a cerrar las válvulas del Yuribia.
Es el gran proyecto histórico que, aparte de surtir agua, sirve como el gran botín que siempre está a la disposición de los pobladores de la zona.
A Coatzacoalcos, por ejemplo, ya le dieron un plazo para que busque otras alternativas de agua, y no es mala idea que se fuese buscando otras, pues el crecimiento de la ciudad ha sido descomunal desde los años 70: el puerto ha ido creciendo y ampliando su infraestructura turística y de negocios impulsada por actividad industrial asentada en la región.
El gobernador Javier Duarte recientemente anunció una inversión de 50 millones de pesos para construir 10 pozos de agua; sin duda, obligado por las circunstancias de constantes protestas en la presa Yuribia.
Y es que mientras están con la obra millonaria del túnel sumergido que unirá a la mancha urbana de Coatzacoalcos con la congregación de Allende, la misma sólo ha sido una robadera de dinero, tiempo e inversión y nadie sabe a dónde ha ido a parar tanta lana perdida; la obra se mantiene detenida y lo peor ¿quién va a pagar por tanto daño al erario?
Coatzacoalcos y el Gobierno de Veracruz ya hubiesen mejor invertido en alternativas para abastecerse de agua, que realmente es una prioridad para la región y no depender de los chantajes y presiones que se realizan en la presa Yuribia.
El túnel sólo es una gigantesca chaqueta mental mal administrada (o bien administrada para robar, como quiera verlo). Los pozos son un esperanzador inicio.
Pero quizás también hay que tomar medidas serias: la implementación de un cuerpo policiaco que vigile la zona del Yuribia o su aislamiento a través de una construcción que permita su protección: el agua es para todos y no de unos cuantos, aunque si bien hay una deuda histórica de la industria con la zona rural que le abastece de agua, no son dueños de la misma.
Y es que la sierra de Soteapan es de las zonas indígenas en Veracruz que más crecimiento ha tenido a lo largo de muchos años, desde el sexenio de Fernando López Arias, quien les abrió la primera carretera hacia el sureste.
Ha habido infinidad de luchas políticas, de poder, han tomado palacios, cerrado caminos.
Han sabido pelear, pero también han sabido lucrar con el agua.
Están bien organizados con armas de fuego, árboles derribados en carreteras, cohetes para avisar la subida de convoys policiacos, tomas de palacio con niños y mujeres al frente para evitar desalojos, etc.
Sus logros son más palpables que en cualquier otra sierra veracruzana, donde no tienen una presa Yuribia para protestar y doblegar a los gobiernos. El gran proyecto de Don Agustín sólo ha servido de botín para los habitantes de la Sierra de Soteapan y sus líderes.
¿Pero será que los veracruzanos somos los únicos perversos para atentar contra nuestra riqueza y para no compartirla con los demás veracruzanos? No se recuerda otra presa tomada en el país que constantemente sea objetivo de grupos que buscan intereses específicos.
Pero volviendo al tema del agua en el sureste, es increíble que durante tanto tiempo se ha desatendido la situación del Yuribia.
Coatzacoalcos, que presume de ser un puerto internacional de altura, ya hubiese por lo menos pensado en plantas desalinizadoras, teniendo tanta playa enfrente.
Baja California es pionero en esta tecnología y el único inconveniente que le ven investigadores es que al meter mucho agua a un ecosistema desértico, temen que se pierda.
Su planta en Los Cabos fue hecha por una constructora española, misma que en Coatzacoalcos construye una planta eléctrica de 60 MW para Sales del Istmo (Cydsa). De hecho España es de los países más avanzados en la materia: tiene 900 plantas en su territorio.
Es cierto, según investigaciones, el uso de las desalinizadoras también parece tener sus contras, como la salmuera producida en el proceso que no es apta para consumo y tiene que ser devuelta al mar ¿pero a poco las playas de aquella región están bien limpias y transparentes en su totalidad?
¿O es que acaso se seguirá con el cuento de la toma del Yuribia? A lo mejor los chantajes son parte de ese botín político que también beneficia a los alcaldes sureños y les gusta también sacar agua para su molino en cada protesta/cierre de la presa…
Ya sé, es una chaquetota tan grande como la del túnel.