Vaya que este domingo fue de lo más raro en Veracruz. No fue un domingo cualquiera y déjeme decirle porqué.
Alrededor de las 4 de la mañana suena el Nextel: “Hubo una fuerte explosión. Se habla de varios muertos”. De inmediato a prender computadora, en medio de la madrugada fría del Distrito Federal. La familia durmiendo, pero con el sobresalto de la llamada y de que el voluminoso cuerpo de Pablo Jair se levantara con agilidad entre la oscuridad. Neta: así como Batman.
El asunto: una acumulación de gas en una carnicería que generó una fuerte explosión y destruyó tres humildes viviendas, dañando una decena más.
Esta semana ha sido verdaderamente trágica en cuanto al gas doméstico: el 29 de enero se suscitó una fuerte explosión en el hospital materno-infantil de Cuajimalpa, en la Ciudad de México, donde el corazón se parte porque los más afectados fueron bebés, personitas recién llegadas al mundo y que ya tuvieron su primera tragedia.
Curiosamente, el 31 de enero de 2013 se cumplieron dos años de la terrible explosión en la Torre de PEMEX, donde fallecieron 37 personas y causó daños terribles a la estructura de uno de los edificios anexos. Aquí, el procu Murillo Karam (el abuelito consentidor que deja que su nietecito agarre a madrazos a mujeres y no pasa nada) dijo también que fue una explosión de gas, aunque la teoría también quedó como intragable, infumable.
Le tocó a Xalapa y lamentablemente a Edwin Antonio Rivas Tejeda, quien a esas horas de la madrugada caminaba precisamente frente a la carnicería “El Dique” y le tocó la mala suerte de recibir de lleno el impacto, que lo llevó a quedar debajo de una camioneta que estaba estacionada enfrente de dicho changarro.
El escenario de desastre ya lo habrá visto usted en varios portales: un enorme cráter creado ¿por un sólo tanque de gas?… No, resulta que los tablajeros también vendían carnitas y en una imagen de Google Street se les ven varios cilindros en la calle, operando sin ningún cuidado.
Pero la sorpresa no terminaba ahí: frente a la carnicería, en una casa que resultó con daños en ventanas y puerta que quedó abierta por la explosión, se descubrió el cuerpo momificado de la señora Ana Lilia Landa Hernández, de 62 años, quien de acuerdo a vecinos de la zona, tenía desde noviembre de 2014 que no la veían por la zona. Se infiere que la señora vivía sola y así murió: en el olvido y la indiferencia.
El desastre fue visitado por el gobernador Javier Duarte y su esposa; el alcalde de Xalapa también estuvo presente. Gobierno del Estado va a apoyar a los afectados. Américo dijo que sólo los que pagaron predial. Kool-Aid.
También por ahí llegó Elmo, la ex alcaldesa, quien seguramente con un dolor muy profundo visitó la zona y no porque va a ser la candidata a la diputación federal. Seguramente que no.
Mientras tanto, en las fiestas de Tlacotalpan (léase con voz de locutor de serie de los 50s)… ¡Santos Malpicazos, Batman! ¡Se cayó un helicóptero en el Papaloapan! ¡De Grupo FM!...
Allá en “La Perla del Papaloapan” otra vez el mapping es la estrella; ya sabe: la proyección de imágenes usando la iglesia de Tlaco como pantalla, respetando el diseño de la misma. Chulada de representaciones y hasta el más huraño, crítico e independiente admira; bien también por el tradicional encuentro de jaraneros; mal por el cartel artístico porque no se ve una fiesta netamente tlacotalpeña: parece concierto de la K-Buena.
Mientras tanto, en la hermosa Coatepec (léase otra vez con voz de locutor de serie de los 50s)… ¡Santos Juanelazos, Batman! ¡A Coatepec se lo está llevando la gaver desde que llegó!…
El Pueblo Mágico se inunda en delincuencia, desapariciones y “levantones”. Hace dos noches asaltaron un OXXO, el que está a un costado de Bomberos y curiosamente frente a donde siempre se paran patrullas de Seguridad Pública Municipal, que esa noche misteriosamente fueron abducidas por un OVNI o vaya usted a saber.
Ahí tiene más de dos meses que no aparece el periodista Tomás David Matus Galván, autor de la columna “Cafetópolis”, a quien los aguerridos manifestantes en contra de la violencia a periodistas no pelan ni hacen ruido.
Lo más extraño es que vecinos de la colonia Arenales, desde el viernes, reportaron el cuerpo de una persona tirada en el patio de una casa. La policía se hizo la occisa y no acudió a investigar. Pasó todo el sábado y el desconocido quedó tirado y nadie fue a recoger su cadáver. Surrealista.
Este domingo también le dieron el pitazo al Ejército Mexicano, pero los valientes se quedaron viendo el SuperBowl y puro chile que fueron a Coatepec a investigar. Total que hasta las 7 de la noche apenas y llegó personal del Ministerio Público y, al cierre de esta columna, no se sabe de la suerte del muertito.
No fue un domingo cualquiera… Bueno, sí. De SuperBowl y ganaron los Patriots. Por lo tanto, cúlpese de mi muerte al coordinador ofensivo y al baboso del quarterback de los Seattle Seahawks.
Neta, qué horrible decisión a menos de 50 centímetros del touchdown.