No me crea, pero dicen que El Chapo Guzmán se está convirtiendo en un ícono como Leonardo Da Vinci, pues es un genio polifacético como el italiano.
Así como Da Vinci fue a la vez pintor, anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista, el originario de Badiraguato, Sinaloa, también es narcotraficante, empresario, lavador de dinero, líder social en los penales, filántropo en restaurantes e ingeniero y arquitecto de los mejores túneles en México.
Lo que es un duro golpe para el gobierno y administración de Enrique Peña Nieto en lo que también fue quizás el mayor de sus éxitos, puede todavía salvar la situación de crisis en Veracruz, donde se sabe que el Chapo estableció también sus negocios.
Por ejemplo, ahora con la deuda y aprietos económicos en que pusieron a los hoteleros y restauranteros a los que el gobierno les debe hasta la vida, dicen que los empresarios están esperando que nuevamente llegue el ilustre sinaloense a comer a los exclusivos restaurantes de Boca del Río, que pague la cuenta de toda la banda, deje una generosa propina y así los comerciantes de la comida y bebida tienen para cerrar el año 2015, que francamente ya pinta de la tapu drema.
Pero dicen aquí en esta tierra bendita que según el finado Juan Pablo II es bella con su capital Xalapa, que la verdadera urgencia de que el Chapo llegue a Veracruz es para que se traslade inmediatamente a Coatzacoalcos para que termine ese pinche túnel que lleva tres sexenios construyéndose.
Y es que tenemos que reconocer que mientras el entonces procurador Jesús Murillo Karam decía el 22 de febrero de 2014 que no se iba a extraditar al Chapo a Estados Unidos por una cuestión de ¡soberanía! (WTF, man!)…
Y desde esa fecha, hasta el día de hoy, sólo han transcurrido 17 meses, tiempo en el cual el capo dilató su extradición, fue visitado por una diputada local panista, hizo protesta por los ¡derechos humanos de los capos! (WTF, man!), pero también llevó a cabo la construcción de un túnel de 1500 metros de largo, con su respectivo sistema de ventilación, luces y dicen que hasta adornado con obras de arte, así como el túnel secreto de los Magios que usó Homero El Grande para evadir el tráfico vial.
Siendo así de genio para la ingeniería y arquitectura, los que sólo se están haciéndose vellos púbicos con el asunto del túnel en Coatzacoalcos (y enriqueciéndose, sin que nadie investigue nada) ya deberían traer al Chapo para que termine el túnel sumergido de Coatzacoalcos y en una de esas ¡PUM, WEY! se convierte en una de las mayores obras arquitectónicas de México.
Imagínese usted: paredes transparentes para ver los pececitos y mojones; música de banda y el Komander para amenizar el paso hacia Villa Allende; asfalto bañado en oro de 24 kilates (así como las cuerno de chivo, que se ven medio nacas, pero bueno); también podrían colocar motocicletas en rieles para que los peatones no caminen y pasen rapidito por debajo del río; pantallas gigantes con Bandamax todo el día; climatizado y con un Oxxo a mitad del camino. Todo 100% garantizado.
En una de esas, a lo mejor también caben hasta helicópteros y aviones y se convierte en aeropuerto alterno al de Minatitlán, pues con el poder e influencia del Chapo, es capaz de no hacer sólo un túnel, sino toda una ciudad bajo el mar.
Y es que no nos sorprendería que este genio constructor de túneles tenga todo un hormiguero bajo la superficie de México, y quizás por eso no dejan que los túneles bajo Xalapa sean abiertos al públicos ya que el Chapo debe haberlos comprado.
Mientras tanto, dicen que ya le solicitaron al Proculín que emita una alerta ámbar para la localización del Chapo en Veracruz y entregarlo a sus familiares diciendo que se ausentó por voluntad propia. Ya sé que es para menores de edad, pero dicen que El Chapo es tan chaparrito, que hasta parece Mario Bros.
Chido por tu soberanía, Murillo Karam. Checa tu mail.