La aparición repentina de candidatos “independientes” obedece al mismo deporte olímpico chapulín que usan los políticos para saltarse a otras opciones o partidos políticos en caso de no verse favorecidos con una candidatura.
En este sentido, será una pena ver cómo una figura necesaria como la de las candidaturas independientes alejadas de los partidos y políticos tradicionales (destinadas para líderes sociales verdaderos), pronto se verán infestadas de aquellos a los que durante años les han negado las cúpulas de sus partidos ser aspirantes a un cargo de elección popular.
En este caso, las candidaturas independientes corren el riesgo de convertirse en simple refugio de tránsfugas.
La llegada de estos políticos a las candidaturas independientes, es la misma gata, pero revolcada.
Nadie puede asegurar que realmente estos políticos estén realmente desconectados y alejados de las mafias del poder que dicen pelear como los nuevos paladines de la política.
Tampoco creemos que su comodidad de haber sido protegidos del mismo sistema partidista y de gobierno, les permita ganarse la credibilidad de ahora representar intereses populares.
Incluso si la idea es copiar lo que en un inicio hizo Barack Obama o recientemente “El Bronco” en Nuevo León, utilizando las redes sociales, basta decir que el mundo real en México está lejos de hacer una verdadera revolución por internet.
Ahí sólo hay frustraciones y chairos… O Buganza y Renato Tronco haciendo el ridículo.
Pero no sorprende: nunca falta alguien así.