La rebatinga por ver quién va a resolver el secuestro y asesinato de los empresarios tamaulipecos Juan Manuel Gómez Fernández y Juan Manuel Gómez Monteverde, padre y hermano del cineasta Alejandro Gómez Monteverde, está alcanzando niveles ridículos.
Tanto la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas como la Fiscalía General del Estado de Veracruz, mantienen su postura de decir que están totalmente a la disposición y pendiente una de la otra, pero en el fondo deslindándose de un problema grave que es la inseguridad en la región colindante de ambos estados.
Porque es cierto que tanto el norte de Veracruz, como en el sur de Tamaulipas, esa zona está inundada de narcos y violencia. Que no haya tanto ruido, es porque prácticamente allá no hay periodismo que le dé cobertura a esa zona tan virulenta; allá no andan tampoco haciendo mitote gritando “¡Represión, represión!” ante el primer empujoncito o celular que los apunta, porque sencillamente allá los matan.
Tanta esa la inseguridad en el norte, que alcaldes y funcionarios municipales (como el alcalde de Pánuco, Ricardo García Escalante o la síndico de Castillo de Teayo, Martha Guadalupe Caballero Serrano) prefieren vivir en el puerto de Veracruz, lejos de sus municipios.
Algunos incluso tienen guardaespaldas o pistoleros que ayudan a movilizar a políticos por la zona, pero con la condición de que no pueden atravesar a Tamaulipas.
Allá sí es zona caliente y no se andan con succionadas.