Renato Tronco Gómez fue al principio un líder carismático que logró que el Gobierno del Estado volteara sus ojos hacia Las Choapas, una de las zonas también muy rezagadas por su lejanía, ubicada en el extremo sur de Veracruz.
La ubicación geográfica de Las Choapas la hace propensa a ser un territorio fértil para la delincuencia y el contrabando: colinda con los estados de Chiapas, Tabasco y Oaxaca, así como una extensa zona de la selva de los Chimalapas y la zona rural de Minatitlán.
Hay poblaciones que tradicionalmente se han dedicado, por años, al tráfico de inmigrantes que han usado a este municipio como inicio del territorio veracruzano en su anhelo por llegar a Estados Unidos.
Otras son bases del narcotráfico, pero también hay actividad ganadera y agricultura.
No obstante, la ciudad de Las Choapas ha vivido especialmente de la producción petrolera, donde se asienta la Sección 26 del Sindicato Petrolero.
Al estar permanentemente en el olvido, también ha sido escenario de manifestaciones violentas que han llegado al grado de que han quemado dos veces el Palacio Municipal.
Y es que pese a tener una población petrolera, Las Choapas sencillamente ha sido relegada históricamente y esto fue caldo de cultivo para que Tronco Gómez, el 25 de abril de 2000, tomara carreteras e hiciera bloqueos. De ahí nació la Unión de Ejidos que luego utilizaría para catapultar su carrera política y usarla como membrete/botín para sus fechorías.
Desde entonces, quienes lo conocen dicen que su principal impulsor era el llamado “Cacique del Sur” Cirilo Vázquez Lagunes y fue éste quien lo conectó con el medio político a través del Partido Acción Nacional, cuando la dirigencia estatal estaba en manos de Alejandro Vázquez Cuevas, “El Pipo”.
Otros de sus impulsores fueron los hermanos Roldán, empresarios transportistas y ganaderos ampliamente conocidos en Las Choapas y también ligados al panismo.
Renato fue alcalde de Las Choapas por primera vez en el trienio 2005-2007, pero se le subió muy rápido el poder y perdió el piso. De haber sido ese líder que obligó a poner atención a Las Choapas, pasó a convertirse en otro aspirante a cacique, igual que su padrino Cirilo.
Y es que Renato tiene una misma historia con el fallecido Cirilo Vázquez Lagunes: también un obsequioso líder que era muy apreciado en la región de Acayucan, pero con el paso del tiempo se convirtió en un dolor de cabeza hasta para sí mismo (alguna vez confesó al maestro César Vázquez Chagoya –su biógrafo más autorizado– que ya estaba harto hasta de las broncas en que lo metían sus pistoleros).
Cirilo Vázquez Lagunes siempre aspiró a ponerse las botas de Amadeo González Caballero, el otrora poderoso dirigente de Ganaderos que controlaba prácticamente toda la zona sur del estado de Veracruz, desde Alvarado hasta Las Choapas, imponiendo a funcionarios en todos los ayuntamientos.
Vázquez Lagunes también emulaba lo anterior y llegó a controlar, en su época de mayor auge, hasta 20 gobiernos municipales.
Renato no llegó a tanto. Si acaso logró controlar Las Choapas e imponer a funcionarios municipales afines y apropiarse dos veces más de la Presidencia Municipal.
Tanto activo político tenía, que pese haber hecho una mención grosera de Doña Rosa Borunda (esposa del entonces gobernador Fidel Herrera) en un discurso se la perdonaron.
Eran los tiempos donde Tronco Gómez podía decirse en la plenitud de su “pinche poder”.
Tanto era su capital, que inmediatamente fue llamado a unirse a la “Fidelidad”.
Obligado o no, pero a Renato Tronco lo tenían “agarrado” por el caso del asesinato del regidor Alfredo Pérez Juárez.
La historia es la siguiente: por la noche del 5 de junio de 2006, a unos pasos de llegar a su domicilio, el profesor Alfredo Pérez Juárez fue ultimado a balazos.
Llegó con vida al hospital pero los doctores no pudieron salvarlo. Las investigaciones dieron con los autores materiales, que resultaron ser empleados del ayuntamiento de Las Choapas, entre ellos el famoso comandante Hormido Cruz Bustamante, quien era inspector de la Policía Municipal.
Otros de los detenidos fueron Ignacio García Meza, identificado como pistolero; y Norberto del Valle, quien ejecutó al regidor y falleciera tiempo después en la cárcel supuestamente por problemas renales.
Todo apuntaba a Renato Tronco Gómez como el autor intelectual del asesinato de Alfredo Pérez Juárez.
Pero mientras en el Congreso se esperaba el desafuero del entonces alcalde choapense, en el Congreso del Estado dieron un argumento bastante risible: que venían mal foliado el expediente y por eso no podían darle seguimiento.
Esto se tradujo en nueve años de impunidad para quien también le dieron la patente de Corzo para convertir a Las Choapas en un feudo de abusos, desvíos de recursos, persecución a opositores y amenazas a críticos, como es el caso del Diario Presencia.
Renato incluso tuvo la osadía de crear un periódico propio, pagar seudoperiodistas y atacar a sus detractores, incluidos los periodistas de Presencia.
Nueve años protegido y todavía le dieron la alcaldía y diputaciones. Pero bien dicen por ahí: “El poder marea a los inteligentes y enloquece a los tontos”: Renato comenzó a apestar en la actual Legislatura local, donde quiso llegar a imponerse a punta de caballos y pistoleros como líder del Congreso, pero cometió un garrafal error: Xalapa no es Las Choapas y se enfrentó con el poderío y experiencia de Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien le mandó a poner un alto.
RIQUEZA INEXPLICABLE
Podrá decir que todo viene de su salario como alcalde o diputado local, pero el mismo Tronco es quien ha exhibido una riqueza inconmensurable por su derroche, ranchos, así como su mansión en Las Choapas.
Y como bien dice por ahí otro dicho: “Hay dos cosas que no se pueden ocultar: el dinero y lo bruto”: con camionetas ostentosas y un despilfarro sin igual de recursos, Renato Tronco ha hecho alarde de ser una especie de Robin Hood que reparte riquezas entre los pobres… Tal como lo hacía Cirilo para ganar popularidad.
Se sabe que hizo varios eventos tipo rodeo en zonas rurales de diversos puntos de la entidad, a donde también llevaba sus caballos pura sangre valuados en millones de dólares para que sirvieran de sementales con las yeguas que los pobladores llevaban para mejorar la raza (en pocas palabras, andaba de proxeneta de sus cuacos, eso sí: gratis, lo que le aseguraba al beneficiado que podía tener algún día un caballo de primera para vender).
Según el cálculo de informantes presentes, se habla que cada evento donde había música, comida, cerveza y espectáculo costaba más de un millón de pesos… ¿De dónde salía para tanto? Nadie lo sabe.
Otra de Renato: llegó a lugares como Teocelo a reconstruir caminos (como lo hacía su padrino Cirilo en otros municipios lejanos a su feudo Acayucan). Incluso, en una de esas amenazó a la alcaldesa del lugar: si no pavimentaba cierta avenida, él regresaría en 15 días y lo haría.
Eso fue recientemente, según consigna Radio Teocelo, que sorprendentemente defendió al legislador “independiente”, pese a la historia de abusos y crimen que lo persigue.
LOS DEFENSORES Y LA FISCALÍA
Y es que más allá de elucubraciones políticas y chaquetas mentales de quienes ahora quieren beneficiarse con el tema del desafuero de Renato Tronco Gómez, a sus repentinos defensores (incluso periodistas) se les olvida la clase de alimaña que es.
Que ahí están los reportes periodísticos, los choapenses, el Diario Presencia como testigos.
Y es que el antigobierno ha llegado a niveles verdaderamente estúpidos, que sólo así se entendería a quienes piensan que la persecución a Tronco es meramente por sus “benevolencias”.
Es claro que el mismo grupo que ahora lo persigue es el mismo que lo protegió durante muchos años, pero eso no vale como que Tronco sea un personaje digno de defenderse.
Lo que realmente sí preocupa es que la Fiscalía General del Estado ha tenido más una suerte de “petate del muerto”; que sus anunciados desafueros han sido más mediáticos que realmente justicieros; por ejemplo, los alcaldes de Medellín y Coatepec han sido señalados de homicidio, se les desaforó y emprendieron la graciosa huida.
Incluso en el caso del último, se fue a un “evento cafetalero” a Nueva York y dijo que regresaba… Y ahí tiene al babas del Fiscal esperándolo.
Renato Tronco ya se había salido de control, perdió la cabeza y puede ir a la cárcel, igual que su protector Cirilo.
Los que lo defiendan por sus “obras”, igual podrán revisar cómo Cirilo se ganaba la simpatía de la gente a costa del caos que significaba.
Y no, no somos tan ojetes para pedir que la historia de Tronco acabe como la de Vázquez Lagunes, pero de que se va ganando a pulso su lugar, se lo va ganando.
Falta ver si otra vez la Fiscalía y su titular Luis Ángel ¿Bravo? no hacen el ridículo que han hecho con los desafueros o si las torpezas judiciales no vuelven a Renato en el héroe ranchero, en el cacique que quiere convertirse, como lo fue Amadeo e intentó Cirilo. Al tiempo.