El conflicto entre la Universidad Veracruzana y el Gobierno de Veracruz, vía el Instituto de Pensiones del Estado, no debía crecer.
El gobierno siempre será el gobierno y tiene su reputación especialmente ganada en cada sexenio; la Universidad Veracruzana tiene su prestigio y de ella han salido miles de veracruzanos que están agradecidos con su alma máter.
El gobierno podrá tener el aparato ideológico y los recursos para hacerse notar de acuerdo al nivel de soberbia y egocentrismo del gobernante; la Universidad también tuvo malos rectores, también sobrados de soberbia y principalmente de excesos, pero arremeter contra la UV fue muy mala estrategia: miles de veracruzanos están con su universidad y no con el Gobierno.
Nadie, ningún político, en su sano juicio jode por berrinche a su máxima casa de estudios en la entidad.
Por su parte, la rectora Sara Ladrón de Guevara es muy reconocida en la comunidad académica, pero no se le conoce por ser una mujer política con la fortaleza para enfrentarse al perverso sistema, especialmente cuando la nueva generación que encabeza la actual clase gobernante está obsesiva por perpetuarse. Ladrón de Guevara debe cuidarse de que los políticos juegan sucio y mueven temas para sus fines particulares.
OJO, no hay duda: los problemas financieros del Gobierno de Veracruz son indefendibles, y como muestra están los mensajes constantes de deportistas profesionales de los Halcones-UV que se quejan de que no les han pagado sus respectivos sueldos. Gastos que el gobierno prometió absorber.
No obstante, hay versiones de que la rectora está siendo mal asesorada y las bélicas ideas provienen desde la Secretaría de Finanzas de la UV, donde despacha Clementina Guerrero García, quien ha “empinado” a la reconocida antropóloga a la jungla política y al chiquero del poder. No son pocos quienes señalan la cercanía de Clementina con Miguel Ángel Yunes Linares, aspirante a la gubernatura de Veracruz, y principal enemigo del Duartismo/Fidelismo.
Según versiones al interior de la máxima casa de estudios, la secretaria de Finanzas es quien habría propuesto a la rectora el acercamiento de la Universidad Veracruzana con la clase política, primero con aquella reunión del 17 de agosto donde asistieron los diputados federales electos y egresados de la UV: José Luis Sáenz Soto, Erick Lagos Hernández, Cuitláhuac García y Miguel Ángel Yunes Linares (Clementina, al lado de Yunes). Ausente, Adolfo Mota Hernández.
Según comunicado de la Universidad: “Ahí, la Rectora explicó a los próximos legisladores federales la reiterada demanda que se ha expresado, por ejemplo, a través de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), para que la UV se vea apoyada y fortalecida con mayores recursos financieros del ámbito federal”.
Más allá de una reunión institucional, Sara Ladrón de Guevara no percibió que en realidad le estaba abriendo las puertas al poder político y a sus particulares intereses. No se daba cuenta que el pleito financiero la está llevando a confrontarse con animales, con gente sin escrúpulos que no sólo no respetarán a la dama, sino a la institución.
Reuniones posteriores han sido con diputados locales y recientemente con los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Juan Carlos Romero Hicks, presidentes de las comisiones de Hacienda y Educación. En ambas, volvió a plantear el tema del adeudo que existe con la máxima casa de estudios por parte del Gobierno de Veracruz.
De ahí, la respuesta fue aventarle a la UV el Instituto de Pensiones del Estado y el conflicto creció en lo que ya todos conocemos.
Hay que reconocer la valentía de la rectora para enfrentar y encabezar la lucha por lo que a la UV le pertenece, pero la inclusión de fuerzas políticas partidiza el asunto: los políticos tienen sus agendas. La Universidad Veracruzana no debe ser expuesta al escarnio público y mucho menos debe ser denigrada a formar parte de una estrategia de golpeteo contra el Gobierno de Veracruz.
La rectora Sara Ladrón de Guevara tiene que tener la cabeza muy fría para no dejarse llevar por malos consejos, como el del diputado por Xalapa, Ricardo Ahued, quien pide que los estudiantes salgan a la calle a protestar para exigir recursos
En contraparte, el Gobierno de Veracruz debe reconsiderar su estrategia de ataque para arremeter contra la máxima casa de estudios de Veracruz, que tiene un prestigio impecable forjado durante más de 70 años de fundación… a diferencia de los recientes años en el gobierno estatal.
EPÍLOGO
Bastante risible que a través de redes sociales estén difundiendo como logro del Gobierno de Javier Duarte la autopista México-Tuxpan, que lleva más de 20 años haciéndose y es una obra federal. En una de esas, falta que presuman ser autores del Acuario de Veracruz o de la ampliación del Palacio de Gobierno… ¡O hasta de la Catedral de Xalapa!
@pablojair