De paso, expresó que se maximizan los enfrentamientos entre soldados y elementos de Seguridad Pública como constantemente han pasado en los últimos meses en la zona de Veracruz-Boca del Río.
El general no tiene quien le diga la verdad o no quiere verla: las balaceras en Pánuco (en El Moralillo) y Poza Rica trascendieron no por la disponibilidad de Seguridad Pública para dar a conocer los hechos, sino porque la sociedad lo informó a través de las redes sociales, hoy imparables medios para informar en forma inmediata, superando ya a los portales tradicionales de tiempo real.
López Esquer tampoco le da importancia a un delicado hecho como la confrontación constante entre elementos de la dependencia que encabeza y los soldados del Ejército Mexicano en la zona de Veracruz-Boca del Río.
Forjado en las huestes castrenses (y sin salirse de esa burbuja tan protectora) para López Esquer es natural que haya roces, se saquen las armas y se amenacen los unos a los otros. No sé, ni me interesa, sí así se educan en el Ejército, pero no es el trato o imagen que se debe dar en la calle ante civiles inocentes.
A López Esquer no le cae el veinte de lo delicado que la corporación que dirige y el Ejército salgan a relucir sus armas de alto poder en plena calle; si lo que quiere el general es que la población se acostumbre a estos escenarios, pues mejor que lo diga en abierto: “Va a haber más enfrentamientos entre policías y el Ejército, y si por casualidad le toca una bala perdida, será su culpa por andarse atravesando en donde no debe”.
Es muy diferente el actuar de un policía al de un soldado y eso no lo entiende López Esquer: a un elemento castrense si se le ordena disparar, lo hace. Los elementos de Seguridad Pública repelerán la agresión. Se hace una balacera mortal. Así de simple y sencillo.
Esquer no entiende que lo más fácil para un servidor público es echarle la culpa a los medios de comunicación. Que uno escribe tonterías, sí: las tonterías que los servidores públicos hacen, y esa es nuestra función.
La suya --fallida-- es mantener la paz en el estado. No se explica cómo entonces la ausencia de retenes en puntos clave como el norte del estado, donde se puede ir con drogas y armas de aquí hasta Pánuco y regresar como si nada.
Entonces que explique el porqué de las amenazas a delegados de Seguridad Pública por parte de miembros del crimen organizado.
No, mi general, con todo respeto, pero no exageramos. Si la idea es que no trascienda lo que aquí se escribe, la solución es simple: cumpla con su trabajo, informe como son las cosas, de lo contrario, los medios seguiremos investigando por nuestra cuenta en un país donde cada día es más difícil hacer periodismo, pero no nos rajamos.
No nos rajamos, porque precisamente hay funcionarios como usted a los que hay que criticar, hacerle ver que su labor es ineficaz, y que si hay muertos en Veracruz por una balacera entre soldados y policías, usted será responsable, aunque la justicia de este país lo absuelva.
No, mi general, nosotros no tenemos la culpa de las balaceras ni de los enfrentamientos SSP-Ejército. Tampoco de los grupos de delincuencia armada que se pasean como si nada echando bala por las calles.
Según su óptica, Veracruz es una isla como el Distrito Federal: no pasa nada.
Tenemos culpa solamente de dar a conocer estos hechos a la opinión pública. De eso sí, aceptamos nuestra responsabilidad, así como usted, a pocos días de terminar el presente gobierno, tuviera la vergüenza de admitir la suya.