Una regla de oro de los altos mandos de la Policía Estatal (especialmente los de la vieja escuela) es ser prudentes y considerar que sus acciones podrían no afectarlos a ellos, sino al gobierno que representan.
En otras ocasiones hemos escrito de una anécdota que alguna vez nos contó el desaparecido jefe policiaco Alfonso Lara Montero (fallecido en febrero de 2018) uno de los fundadores de la actual Secretaría de Seguridad Pública desde sus inicios como Dirección General a cargo de la Secretaría de Gobierno.
En una esas tantas veces, habitantes de Tatahuicapan (al sur del estado) habían tomado el Palacio Municipal, por lo que se programó un desalojo; a los elementos estatales les retiraron el armamento y les dieron solo toletes y escudos para despejar a los manifestantes.
Casi al momento de comenzar dicho operativo, el jefe Lara Montero dio la orden a los policías para que se replegaran y cancelaran el desalojo... ¿El motivo? Se dio cuenta que mujeres, niños y ancianos eran el primer frente de defensa de los cobardes que alborotaban al pueblo.
Cuando el entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes llamó a Lara Montero para preguntarle porque había desatendido una orden directa, el jefe policiaco le respondió: "Mire, señor, con todo respeto, no nos hagamos pendejos; conozco a mis elementos y si uno de ellos pierde el control, iba a resultar herido un niño o un abuelito, y el costo político lo iba a tener que asumir usted".
Acosta Lagunes volteó a sus asesores y les dijo: "¿Ya ven, pendejos? ¡Este sí protege a su gobernador!"
Lo ocurrido el lunes por la noche en la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) aplica para lo anterior: lo que era una protesta pacífica de un conflicto en el que nada tiene qué ver la SEV ni el gobierno estatal, escaló a nivel de represión por la malísima decisión del secretario de Seguridad Pública, el regiomontano Hugo Gutiérrez Mal-donado-al-gobierno-de-Cuitláhuac, de desalojar con violencia a los maestros que protestaban en dicha dependencia.
De entrada, el conflicto es meramente gremial e interno: dos grupos se disputan el poder del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación de Veracruz (SDTEV); uno de ellos, liderado por José Arturo Hernández Ramírez, se ostenta como el que tiene el control del sindicato y este lunes acudieron a la SEV para exigir que les desbloqueen las cuotas que están retenidas que son algo así como 116 millones de pesos.
¿Y por qué están retenidas? Porque existe un juicio en tribunales federales donde esperan la resolución para saber a quién se le deben otorgar dichos recursos, ya que la elección donde supuestamente ganó la planilla de Hernández Ramírez fue impugnada por el grupo contrario, encabezado por Oswaldo Daniel Ahumada.
Lo que motivó la represión fue que José Arturo Hernández Ramírez y sus huestes decidieron cerrar las instalaciones para no dejar salir a los empleados y aparte tomar la carretera Xalapa-Veracruz, ahí mismo frente a las oficinas centrales de la dependencia.
Cerca de las 8 de la noche, policías estatales de Seguridad Pública llegaron al desalojo de la carretera, pero en lugar de despejar la zona (hay operativos "limpios" donde basta la formación cerrada y escudos para desplazar a manifestantes a puntos seguros, sin golpear ni detener a nadie) utilizaron la violencia para detener a los maestros.
Lo anterior, como se comentó párrafos arriba, fue una muy mala decisión de Hugo Gutiérrez (apodado también "Licha Villareal" entre la tropa) y sus asesores, pues no midieron que una protesta que no tenía mayor trascendencia, la hicieron crecer por la manera violenta en que desbloquearon la carretera y todavía detuvieron a los manifestantes.
Tuvo que intervenir el propio titular de la SEV, Zenyazen Escobar, quien junto con maestros del SDTEV, gestionaron la liberación de los docentes detenidos en el cuartel San José alrededor de las dos de la mañana del martes.
El que no dio la cara ni tampoco admitió el grave error en el pico de la crisis fue el secretario de Seguridad, quien seguramente por no tener arraigo en Veracruz ni conocer la situación magisterial, se le hizo muy fácil golpear y arremeter, sin antes investigar o tomar en cuenta que tanto el gobernador o el secretario también fueron maestros y estuvieron en protestas.
Lo que tampoco midió "Licha Villareal" es que sus acciones no perjudicaron al secretario de Educación (como ha pretendido desde meses, pues al parecer tiene algo contra el titular de la SEV), sino que pegan directamente al gobernador y a la administración estatal... en plena temporada electoral.
¿O será que Hugo le juega la contraria al Gobierno de Veracruz? Miren que por ahí se sabe que trae a muchos cuates del norte para darles trabajo, aparte del montón de cargos de delegados y subdelegados que se crean al vapor en la entidad.
De por sí hay zonas, como el norte del estado, donde de plano no se ve la presencia de SSP, pero con este tipo de operativos en Xalapa, vaya que se luce el secretario como si fuese vocalista de Límite.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Que ya se supo cuál es el fondo del conflicto entre padre e hijo. Todo se debe a una indiscreción del ingrato vástago por andarle contando a su señora madre sobre las aventuras del padre... No es que sea un caso inédito; alguna vez un amigo tuvo la confesión de su papá sobre que tenía otra mujer e hijos: "ahorita te vas a encabronar, te va a hervir la sangre, pero cuando crezcas, seas adulto y tengas a tu familia, me comprenderás"... Al parecer, el padre ofendido, decepcionado por las acciones del mayorcito de la prole, se la cobró y bonito: le retiró todo el apoyo en la campaña que va perdiendo; por lealtad, sus colaboradores hicieron lo mismo y por eso dejaron solo al "Chiquito"...
NOTA MUY TRISTE: Bonachón, dicharachero, lo conocí en una comida que ofreció a su amigo César Vázquez Chagoya cuando tenían 10 años de no verse: "Lo tengo prohibido. Nomás por esta ocasión me voy echar una copita contigo porque estoy muy contento de verte" le decía el empresario al político/periodista; fue ahí en su palapa en Minatitlán, a un costado de la UV... A "Colacho" todo mundo lo conocía porque era flota, pero también porque se hizo leyenda en el mundo de las trompadas: no había quién no supiera de la facilidad que tenía "Colacho" de agarrarse con varios y partirles la madre. Mi abuelo Don Amado lo apodaba "El Rambo", por aquello de que era bueno pa' los madrazos... En Xalapa, en su época estudiantil, hizo muchos amigos que lo recuerdan con respeto y cariño porque saben el vato jalaba y era chido, solidario como pocos, quien a la vez sabía lo que era ganarse un peso en las calles vendiendo chácharas... A "Colacho" nadie le podía reclamar diciendo que su fortuna no le costó, porque muchos fueron testigos de que se partió el lomo e hizo su nombre forjándose con las durezas de la vida... Muy cariñoso con su familia, un hombre dedicado a sus negocios como líder transportista, pero también al amor a su compañera de vida, Doña Marina, así como a sus hijos Rocío, Nico, Édgar y Dulce; y a sus nietos, que quería mucho... Intentó ser alcalde por el PT, pero no logró la posición; ahí le conocí su lado más humano, el del esfuerzo, el de nunca rendirse y siempre mantener la sonrisa; el juguetón con su guacamaya y otros animalitos que ahí guardaba en su mini zoológico... Sin duda, un tipazo que lamentablemente se nos adelantó en el viaje... Descanse en paz, Don Alberto Ruiz Rossett.
LA ÚLTIMA PORQUE YA ES VIEEEERNEEEEES: Por primera vez (gracias a los berrinches de Miguel Chiquito) no hubo candidato del PAN en el tradicional debate de XEU... Como va en alianza, tampoco hubo del PRI ni del PRD... Para suplir lo anterior, mandaron a gente pagada con 300 varos de la colonia Carranza de Boca del Río a hacer una muy extraña campaña a lo "V de Vendetta" o "¿Quieres ser John Malkovich?"... Lo bueno que su doñita dice que Miguel va a regresar... ¡Pero a Francia!...